Thekchen Chöling, Dharamsala, India - Mientras caminaba desde su residencia hasta el Tsuglagkhang esta mañana, Su Santidad el Dalái Lama se acercó a los simpatizantes y devotos que se encontraban a ambos lados del camino. Entre ellos había ancianos y enfermos que necesitaban consuelo, niños y bebés y gente común feliz de tener la oportunidad de ofrecer una kata, un pañuelo de seda.
En el templo, los procedimientos comenzaron como de costumbre con los monjes de Tailandia recitando el Mangala Sutta en Pali. Hoy fueron seguidos de nuevo por un grupo de monjas coreanas que cantaron el Sutra del Corazón en coreano siguiendo el ritmo constante de un pez de madera llamado «moktak».
Su Santidad se dirigió a la reunión. «Aquí tenemos monjes de la tradición Theravada y hermanos y hermanas coreanos del dharma, que siguen la tradición sánscrita. Todos nosotros somos seguidores del mismo Buda Gautama. El budismo se extendió por Asia desde la India hasta Sri Lanka, Birmania, Tailandia, Laos y Camboya, y hasta China, Corea, Japón y Vietnam. También fue llevado a Nepal y Tíbet, Mongolia y las repúblicas rusas de Kalmykia, Buryatia y Tuva.
»Hay muchas tradiciones religiosas en el mundo, todas las cuales abogan por la práctica del amor, la paciencia, la tolerancia, el contentamiento y la autodisciplina. Sus muchos seguidores se han beneficiado de esto. Lo que hace diferente al budismo es su postura filosófica. El budismo no afirma un dios creador. El Buda dijo a sus seguidores: ‘Tú eres tu propio protector’. Lo que te sucede es el resultado de tus propias acciones.
»El logro de la liberación y la omnisciencia no se trata de algo fuera de ti. Se trata de que transformes tu propia mente. Cuando nos liberamos del karma y de las emociones nocivas, logramos la liberación. Las contaminaciones de la mente pueden ser superadas. Sus manchas residuales pueden ser eliminadas, permitiéndonos ver todo tal cual es.
»La naturaleza final de la mente del Buda y de otros seres sensibles no es diferente. Los seres sensibles tienen la naturaleza de Buda. Pueden convertirse en Budas. El potencial para alcanzar la iluminación está dentro de cada uno de nosotros. La naturaleza vacía de la mente, común a los Budas y a los seres sensibles, está en nuestro interior. Siempre está ahí. Este es el material de la Budeidad.
»Como seguidores tradicionales del Buda, podemos sentirnos afortunados de haber nacido en lugares donde las enseñanzas del Buda se han extendido y han florecido. Sin embargo, simplemente mantener nuestra fe y recitar reverentemente el Sutra del Corazón no es suficiente. Necesitamos estudiar y pensar en lo que el Buda enseñó. La enseñanza budista incluye una comprensión completa del funcionamiento de la mente y de las emociones que sólo podemos aprovechar si estudiamos. Siempre que tengo tiempo, sigo leyendo y estudiando.
»Escuchar las enseñanzas es bueno, pero tenemos que reflexionar sobre lo que oímos y luego meditar sobre lo que hemos entendido. Me gustaría enviar un mensaje a través de ustedes a sus amigos de otros lugares sobre la importancia del estudio. Cuando las enseñanzas terminen hoy, todos ustedes se dispersarán en diferentes direcciones, pero seguiremos juntos en espíritu. No los olvidaré».
Su Santidad declaró que el objetivo principal de la enseñanza de Buda era el logro de la liberación y la omnisciencia. Aclaró que se siente incómodo usando los términos Hinayana y Mahayana —vehículo menor y vehículo mayor—, prefiriendo referirse a la tradición Pali y a la tradición sánscrita en su lugar. Dijo que le gusta que los monjes Theravada abran las enseñanzas con su recitación porque sirve como un recordatorio de que la tradición Pali llegó primero.
A medida que el budismo se desarrollaba, sus eruditos tabajaron en sánscrito, lo que condujo finalmente a la Tradición de Nalanda. La esencia de la tradición sánscrita es la mente del despertar, la bodichita.
«Hay bodichita de aspiración y bodichita de compromiso —aclaró Su Santidad—. Yé Tsongkhapa dice que la bodichita es el fundamento de toda gran práctica. Sin ella no se puede cultivar el estado omnisciente de un Buda. Incluso aunque hayamos adquirido una visión correcta de la vacuidad, sin bodichita no podremos eliminar las obstrucciones cognitivas. Por otro lado, si cultivamos la bodichita será una fuente de grandes y saludables méritos.
»La bodichita es el núcleo de la práctica de un bodisatva. Trae paz a la mente, lo que a su vez trae buena salud. Shantideva describe la bodichita como algo que conduce a la felicidad y pregunta:
»Montando sobre el caballo de la bodichita,
que elimina todo dolor y todo abatimiento,
¿qué persona inteligente puede sentirse
descorazonada yendo de felicidad en felicidad?
»Y añade:
»Hoy, frente a todos los Protectores,
invito a los transmigrantes al estado de Sugata
y hasta entonces a la felicidad.
Que dioses, semidioses y demás se alegren.
»Fundado en la ética, el cultivo de la bodichita depende de los seres sensibles. Los seres sensibles son tan infinitos como el espacio, así que beneficiarlos es poderoso. La Budeidad se produce a través de las bendiciones de los Budas, pero también en dependencia de los seres sensibles. Shantideva pregunta: ‘¿Por qué venerar a los Budas, pero no a los seres sensibles?’ Una vez que desarrollamos la bodichita podemos ver todo bajo una luz positiva.
»Hoy, desarrollaremos la bodichita de aspiración. El voto de bodisatva implica evitar 18 caídas primarias y 46 secundarias. La práctica principal es apreciar a los demás más que a ti mismo. Si puedes hacer eso, podrás mantener el resto del voto».
En el curso de la ceremonia de bodichita, Su Santidad discutió la diferencia entre la estructura general de las enseñanzas de Buda y las instrucciones especializadas como el tantra. Al final, instó a los miembros de la audiencia a animar a sus amigos a que también tuvieran un buen corazón.
Explicó brevemente que está comprometido a promover el amor y la compasión como fuente de felicidad humana. Del mismo modo, se dedica a fomentar la armonía interreligiosa. También está comprometido a mantener viva la religión y la cultura tibetana, derivada de la Tradición de Nalanda, así como a revivir el antiguo conocimiento indio en la India moderna.
Concluyó la enseñanza con un sonoro: «Hasta el año que viene».