Thekchen Chöling, Dharamsala, India - Después de que el Ministro Principal de Sikkim, Prem Singh Tamang, viniera a verlo esta mañana acompañado de su esposa, su hijo y miembros de su personal y gabinete, Su Santidad el Dalái Lama se reunió con aproximadamente 100 delegados de la Reunión de Inversores Globales del Himachal en Ascenso, que actualmente tiene lugar en Dharamsala.
«Siempre considero a los 7.000 millones de seres humanos como hermanos y hermanas —les dijo—. Las diferencias de color, país o religión son distinciones secundarias. Fundamentalmente, la forma en que nacemos y la forma en que nuestra madre nos nutre son las mismas. Y cuando llega el final, morimos de la misma manera. Nuestras vidas comienzan en el regazo de la compasión de nuestra madre, sin la cual no podríamos sobrevivir.
»Los científicos dicen que la naturaleza humana es básicamente compasiva porque somos animales sociales. No importa cuán exitoso sea un individuo, su supervivencia depende de la comunidad. En el pasado, las comunidades eran limitadas y locales, pero hoy en día toda la humanidad es una sola comunidad. Por consiguiente, me comprometo a promover la noción de la unidad de la humanidad y la idea de que la calidez de corazón nos hace no sólo más felices, sino también más sanos.
»Enseñamos a los niños sobre la higiene física desde el jardín de infancia en adelante, pero también deberíamos enseñarles sobre la higiene emocional. Necesitan saber no sólo cómo cultivar la paz mental, sino también reconocer que son las emociones como la ira y los celos las que perturban nuestra paz interior. Los antiguos valores indios de 'ahimsa' —no violencia— y 'karuna' —compasión— tienen un gran papel que desempeñar en esto. Es más, las prácticas ancestrales para desarrollar una mente serena y una visión profunda de la realidad, han dado lugar a una comprensión rigurosa del funcionamiento de la mente y de las emociones».
Su Santidad explicó que la primera ronda de las enseñanzas del Buda, en Sarnath, fue grabada en Pali. La segunda ronda, que comprende la perfección de las enseñanzas de sabiduría que sentaron las bases de la Tradición de Nalanda, dada en Rajgir, fue registrada en sánscrito. La tercera ronda, impartida principalmente en Vaishali, también fue escrita en Sánscrito. Señaló que, a pesar de las estrechas conexiones familiares con China, en el siglo VIII, el rey tibetano Trisong Detsen decidió invitar a un erudito de Nalanda para que introdujera el budismo en el Tíbet desde la India.
Subrayó que una característica distintiva de la tradición de Nalanda era el uso de la razón y la lógica. A los seguidores de este enfoque se les animó no sólo a aceptar lo que se les dijo, sino a preguntarse «¿Por qué?».
«La educación moderna es, por supuesto, importante en términos de desarrollo material —comentó Su Santidad—, pero no incluye instrucciones para lograr la paz mental ni para abordar nuestras emociones destructivas. La India podría combinar la educación moderna con la antigua visión india y permitir así gozar de ambos beneficios. Es por eso que estoy tratando de revivir la apreciación de la antigua sabiduría india.
Al responder a las preguntas de la audiencia, señaló que mientras que las emociones positivas están respaldadas por la razón, las emociones destructivas como la ira, el miedo y la sospecha no tienen esa base. Muchos de nosotros pensamos en el yo, como el dueño independiente de nuestro cuerpo y mente. Algunas tradiciones se refieren a esto como un «atman» y afirman que es su continuidad lo que es la base de la reencarnación. El budismo, por otro lado, enseña que no existe tal yo independiente y que el yo es una mera designación sobre la base del cuerpo y la mente. Se perfilan diferentes niveles de conciencia y es la conciencia más sutil la que pasa de una vida a otra.
Su Santidad recordó a sus oyentes que el Buda aconsejó: «Monjes y eruditos, tal como examináis bien el oro quemándolo, cortándolo y raspándolo, es así como debéis aceptar mi palabra, no por respeto a mí». Este es un enfoque científico que fomenta el uso de la razón.
Cuando un representante de un grupo de vietnamitas invitó a Su Santidad a visitar Vietnam, confirmó que Vietnam es un país tradicionalmente budista. Los instó a estudiar y practicar, a desarrollar la sabiduría y el altruismo, y así convertirse en budistas del siglo XXI.
«He estado pensando en el 'shunyata', la vacuidad durante unos 70 años y mis emociones destructivas se han reducido. Reflexionar sobre la ausencia de identidad tiene el efecto de reducir el egocentrismo, que da lugar al miedo, la ansiedad y la ira».
Cuando le preguntaron sobre la forma en que algunas tradiciones religiosas parecen pensar que tienen el monopolio de la verdad, Su Santidad respondió que, en términos de la práctica personal de un individuo, la idea de una verdad y una religión tiene valor. Sin embargo, en términos de una comunidad y de la humanidad en general, tenemos que aceptar que hay varias religiones y varios aspectos de la verdad.
«En este país —observó—, muchas tradiciones religiosas conviven una al lado de la otra. En Bombay, la relativamente pequeña comunidad parsiana de zoroastrianos, originaria de Persia, vive entre millones de hindúes, musulmanes y cristianos sin temor alguno. Esto es la India.
»Todas las religiones del mundo florecen aquí y podemos ver que la armonía entre religiones es realmente posible».
En cuanto a la pregunta de cómo podemos hacer que el mañana sea diferente, Su Santidad sugirió que aprendiéramos sobre los valores internos, que reflexionáramos sobre lo que hemos aprendido y que nos familiarizáramos completamente con ello. A través de la escucha o la lectura, la reflexión y la meditación, es posible transformar tu mente.