Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana Su Santidad el Dalái Lama fue invitado a participar en un diálogo con el Prof. Andreas Roepstorff del Centro de Mentes Interactivas de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, sobre el tema «Cultivo de nuestra humanidad común en medio de la incertidumbre». Su Santidad fue recibido por la Dra. Amy Cohen Varela, Presidenta de Mind and Life Europa. Le dio las gracias por haber aceptado la invitación y aseguró que Mente y Vida, Europa, está bien establecida y trabajando duro para cumplir su visión. Últimamente esto ha supuesto una cooperación más estrecha con los colegas de Rusia.
Su Santidad respondió mostrando una fotografía que guarda en su escritorio de Francisco Varela, el difunto esposo de Amy Cohen Varela, quien, dijo, lo introdujo a la ciencia moderna. Fue una de las personas que ayudó a desarrollar un diálogo serio entre Su Santidad y los científicos modernos. «Como resultado, muchos más científicos modernos están aprendiendo ahora sobre psicología y ciencia de la mente. Una de las cosas que admiraba y siempre recuerdo de él era que decía, 'Ahora llevo mi sombrero de científico y, en otro momento, digo esto con mi sombrero budista puesto’».
Ven. Matthieu Ricard, moderador de esta sesión, informó a Su Santidad de que tenían cuatro preguntas principales sobre la interdependencia y la humanidad común en relación con sentimientos personales, como la soledad, así como otros temas globales. Con respecto a la soledad, Ricard informó de que muchas personas se han sentido incómodas en el aislamiento forzoso que a formado parte de las medidas en respuesta a la pandemia. Le pidió ha Andreas Roepstorff que explicara lo que había descubierto en su investigación sobre ello.
Roepstorff observó que las personas aisladas no han podido interactuar con otras de la forma en la que estaban acostumbradas. Él y sus colegas han estado explorando cómo se sentían al respecto. Descubrieron que el aislamiento no sólo ha producido dolor y arrepentimiento, sino que también ha permitido a muchas personas desarrollar un sentido más agudo de lo que es importante para ellos. Le preguntó a Su Santidad si podía recomendar herramientas para lidiar con el aislamiento.
«En el pasado —respondió Su Santidad—, vivíamos en países más o menos independientes unos de otros. La gente vivía en pueblos que eran relativamente autosuficientes. Así que las palabras "nosotros" y "ellos" se referían a un pequeño círculo de personas. Hoy en día, la realidad es diferente.
»El calentamiento global nos muestra que todos compartimos este planeta por igual. La economía global no hace diferencias entre nosotros, ya sea que vengamos del este o del oeste, del norte o del sur. La idea de limitar nuestra preocupación a sólo un pequeño círculo de personas está desfasada.
»Nosotros los budistas hablamos de todos los seres sensibles como nuestras madres. Los cristianos, judíos y musulmanes dicen que todos hemos sido creados por un solo Dios, así que de nuevo no hay diferencia entre nosotros. Todos somos hermanos y hermanas. Por eso trato de promover la idea de la unidad de todos los seres humanos y de que tenemos que convivir en armonía.
»Aferrarse a fuertes sentimientos de 'nosotros' y 'ellos' crea problemas porque al final lleva al conflicto y a la guerra. Algunos científicos han encontrado pruebas de que es la naturaleza humana básica ser compasivo. Tenemos una inclinación natural a 'cuidar'. Como animales sociales no podemos sobrevivir solos. Dependemos de la comunidad en la que vivimos. Como seres humanos pertenecemos esencialmente a la misma familia y tenemos que pensar en cada individuo como parte de "nosotros". Para desarrollar la paz en el mundo, tenemos que educar a la gente para que entienda que todos somos iguales en cuanto que seres humanos. En este contexto, las armas son inútiles porque sólo pueden ser utilizadas para matar y eliminar a otros.
»Los seres humanos somos inteligentes, desarrollamos diferentes puntos de vista, pero tenemos que respetar los puntos de vista ajenos, porque tenemos que vivir juntos. Las diferentes religiones, por ejemplo, adoptan diferentes posiciones filosóficas, pero aún así transmiten un mensaje común de amor, perdón, tolerancia y satisfacción. Todas ellas fomentan el desarrollo de la compasión. Hay aspectos en los que somos distintos unos de otros, pero no debemos sacrificar nuestra naturaleza compasiva básica por diferencias superficiales».
Ricard preguntó a Roepstorff qué había descubierto sobre la forma en que la gente reacciona ante la incertidumbre. El Dr. Roepstorffrespondió que en general la gente no sabe qué va a pasar a continuación y, aunque las noticias vuelan, no saben en qué información confiar. Las personas leen los periódicos para tratar de entender el mundo. Pero para que sean noticia, las historias tienen que ser impredecibles, no siempre iguales. Las noticias deben tener alguna novedad. Según su experiencia, después de que el virus llegara a Dinamarca y se impusiera un bloqueo, no había más noticias que las que informaban sobre el virus. La gente, sugirió, no sabía en quién o en qué confiar. Y no sabían cómo hacer frente a esta incertidumbre.
Su Santidad le dijo que, en el mundo actual, el sistema educativo tiende a centrarse en lo externo y material, ignorando el funcionamiento de nuestras mentes y emociones. «Empleamos la higiene física para preservar nuestra salud física, creo que necesitamos observar una higiene emocional correspondiente para mantener nuestra salud mental. Si queremos desarrollar una comprensión funcional de nuestra mente y emociones, tenemos que prestar atención, no a nuestras conciencias sensoriales como la visual o la auditiva, sino a nuestra conciencia mental.
»También tenemos que entender algo que la física cuántica señala, que es que las cosas no existen tal como aparecen. Una simple investigación sobre los fenómenos físicos revela que están formados por partículas. No hay ninguna entidad independiente que se pueda encontrar en ellos. Las emociones negativas se basan en las apariencias, es decir, en la apariencia de que las cosas existen de forma independiente por su propio lado. Las emociones positivas como la compasión no dependen de las apariencias, se desarrollan en base a la razón. Necesitamos añadir a nuestra educación general un entrenamiento secular sobre la naturaleza de la mente y sobre cómo lograr la paz mental».
Andreas Roepstorff preguntó a Su Santidad qué debemos hacer con las emociones negativas. ¿Qué debemos hacer con la ira que sentimos frente a la desigualdad y la injusticia, la sensación de que ya no queremos pertenecer a este grupo injusto, al "nosotros" del que solíamos sentirnos parte? Respondió que la causa de muchos problemas que enfrentamos es que nuestra educación actual no nos enseña cómo manejar nuestras emociones, ni cómo podemos lograr la paz mental. Sugirió que algunas personas pueden pensar que una cara severa muestra que estamos tranquilos y que una sonrisa es algo trivial. Sin embargo, todos sabemos que en cualquier lugar las personas responden positivamente a una sonrisa genuina.
Sugirió que la educación debería incluir explicaciones sobre cómo cultivar las emociones positivas sobre la base de la razón. Del mismo modo, podemos aprender a reconocer que la ira es sobre todo una respuesta espontánea a algo basada en una visión distorsionada de la realidad.
Matthieu Ricard intervino para señalar que en tiempos de crisis los más pobres siempre resultan peor parados. Son ellos los que experimentan las mayores injusticias. En los 30 países más ricos del mundo la brecha entre ricos y pobres ha crecido. Mientras tanto, desde 1970 el mundo ha perdido el 65% de los animales salvajes. ¿No deberíamos preocuparnos también por estas otras criaturas?
Su Santidad respondió que una mayor atención a los valores humanos llevará a que la brecha entre ricos y pobres se reduzca de manera natural.
«Si los seres humanos fuéramos más compasivos, estaríamos más preocupados por el sufrimiento de los animales. En América hay enormes granjas de ganado. En la India hay ahora una vasta industria avícola. Esta industria ganadera no sólo provoca el sufrimiento de muchos animales, sino que además contribuye al cambio climático.
«Sería útil fomentar una alimentación más vegetariana. En los principales monasterios tibetanos del sur de la India, así como en muchas de nuestras escuelas, las cocinas comunes sólo sirven comida vegetariana. La cocina vegetariana de la India es deliciosa y adecuada para un clima cálido.
«Luego está la pesca. Se pescan millones y millones de peces, pero muchas personas no aprecian el grado en que sufren dolor, miedo y ansiedad. Esto es algo más que podría incluirse en un sistema educativo revisado».
Ricard introdujo el tema final: el papel de los jóvenes hoy en día. En cierto modo, los jóvenes han sido capaces de alzar una voz fuerte para denunciar lo que les sucederá si no se toman medidas sobre el cambio climático ahora. Greta Thunberg, la colegiala sueca que se dirigió a las Naciones Unidas y acusó abiertamente a los delegados de haber traicionado a la siguiente generación con su inacción. Algunos jóvenes han sido capaces de pronunciarse. Otros se sienten desesperados por el futuro. Quería saber qué consejo tiene Su Santidad para ellos.
Su Santidad informó de que los científicos le han dicho que si no se hace nada habrá consecuencias desastrosas. La clave, dijo, es una educación más realista. Sin embargo, si el desastre no puede ser evitado, será mucho mejor que tratemos de vivir juntos feliz y pacíficamente mientras tanto.
Ricard señaló que la crisis climática está causada por la actividad humana y que los jóvenes están comprensiblemente molestos por las escasas perspectivas de cambio. Roepstorff añadió que los jóvenes no quieren oír más palabras, quieren ver acciones. Su Santidad estuvo de acuerdo en que muchos de los problemas que enfrentamos son de nuestra propia creación. Recomendó que los jóvenes pueden aprender de los errores de la generación anterior y adoptar un enfoque mucho más realista de lo que hay que hacer. Declaró que piensa que los jóvenes son mucho más abiertos de mente.
Ricard aludió a la noción budista de la importancia de la cognición válida. La ciencia, sugirió, también ha tratado de salvar la brecha entre la apariencia y la realidad. Por lo tanto, la ciencia necesita ser parte de la solución. Su Santidad respondió que había sido educado en la Tradición de Nalanda, que valora la investigación, el cuestionamiento constante y el no dar nada por sentado. Estas son cualidades, dijo, que ha reconocido en el enfoque científico. Reiteró su observación de que mientras que las personas mayores tienden a ser de ideas fijas, los jóvenes se mantienen más abiertos.
Amy Cohen Varela comenzó a agradecer a los panelistas, pero Su Santidad quiso añadir algo más:
«La compasión es la base de nuestra supervivencia —declaró—. Los seres humanos sobrevivimos gracias a nuestra preocupación por los demás. Mientras que la ira es destructiva, la compasión es preservadora. La compasión es la clave».
Amy Cohen Varela le dio las gracias por haberles ayudado a comprender de manera más profunda lo que significa decir «nosotros» y «ellos». Expresó su esperanza de poder continuar con el diálogo en el futuro. Su Santidad le dijo que estaba disponible y recitó su verso favorito de la Guía de la forma de vida del Bodisatva de Shantideva:
«Mientras el espacio perdure
y mientras los seres vivos permanezcan,
que pueda yo también permanecer
para disipar la miseria del mundo».
Sus palabras de despedida fueron: «El propósito de la vida es servir a los demás y ayudarlos. Gracias».