Thekchen Chöling, Dharamsala, HP - Esta mañana Su Santidad el Dalái Lama participó en un «webinar» organizado por la Universidad Amity. Cuando entró en la sala de su residencia, sonrió, juntó las manos en señal de saludo y se sentó en silencio.
El Vicerrector de la Universidad de Amity, Gurgaon, el profesor PB Sharma lo saludó, preparó la escena y preguntó: «¿Cómo podemos servir a la humanidad, en este momento?» El Canciller, Dr. Aseem Chauhan añadió que la Universidad de Amity se basa en los valores humanos y en el trabajo conjunto. Preguntó, «¿Qué podemos hacer para que nuestro mundo sea un lugar más compasivo y pacífico?»
«Gracias, es un gran honor para mí hablar con ustedes y compartir algunas de mis experiencias con ustedes —respondió Su Santidad—. Siempre me siento especialmente cerca de mis hermanos y hermanas indios porque me considero un estudiante del pensamiento indio. En el siglo VIII, el emperador tibetano Trisong Detsen tenía estrechos vínculos con el emperador chino. El Tíbet estaba sujeto a una fuerte influencia del Budismo Chino con su preferencia por la meditación en lugar del estudio. Sin embargo, optó por invitar al Tíbet al maestro indio, Shantarakshita, un gran filósofo y lógico de la Universidad de Nalanda.
»Durante más de 3000 años, este país ha mantenido los conceptos de 'ahimsa' o no violencia y 'karuna' o compasión. Buda Shakyamuni fue un producto de estas ideas así como de la práctica para cultivar una mente serena y duradera, 'shamatha' y una sabiduría superior, 'vipashyana'.
»Consideramos que la India es la Arya Bhumi, una tierra altamente desarrollada en términos espirituales. Como budistas, los tibetanos hemos acariciado durante mucho tiempo el deseo de hacer una peregrinación a Bodhgaya al menos una vez en nuestras vidas, igual que los musulmanes van a la Meca.
»Los tibetanos nos vemos como 'chelas' o discípulos leales de nuestros gurús indios, así que hay un vínculo especial entre nosotros. Sin embargo, hoy en día parece que los 'gurús' prestan menos atención a sus antiguos conocimientos, que nosotros hemos mantenido vivos durante más de 1000 años. Estudiamos como nos enseñó Shantarakshita y seguimos sus consejos. Tomamos un enfoque lógico y lo ponemos todo en duda. Por ejemplo, los escritos de Nagaryuna han sido significativos para nosotros, por lo que recito varios de sus versos todos los días.
»Al final, la razón por la que estudiamos es para poder abordar y reducir nuestras emociones destructivas. En mi caso, mi propia práctica diaria consiste en cultivar la bodichita, un espíritu altruista basado en la compasión. Esta aspiración se expresa en un verso de Shantideva:
»Mientras el espacio perdure
y mientras los seres vivos permanezcan,
que yo también pueda yo también permanecer
para disipar la miseria del mundo.
»Todas las emociones destructivas giran en torno a nuestras actitudes egocéntricas, y la bodhichita sirve para contrarrestarlas.
»En lo que respecta a la filosofía, el punto de vista del budismo Madhyamaka tiene mucho en común con lo que la física cuántica afirma hoy en día. El físico nuclear indio Raja Ramanna me mencionó una vez que la física cuántica era un nuevo descubrimiento en Occidente, pero Nagaryuna ya pensaba de forma similar hace 2000 años. Ambos coinciden en que nada existe como parece. Las cosas pueden parecer existir objetivamente, pero la física cuántica afirma que una investigación más profunda revela que esto no es cierto. Nagaryuna escribió que los fenómenos están vacíos de existencia independiente. Existen dependiendo de otros factores, él describe su modo de existencia como "pratityasamutpada" o surgimiento dependiente.
»Si te sientes enfadado o asustado, pero investigas qué es lo que pasa con el objeto con el que estás enfadado o al que tienes miedo, encontrarás que tus sentimientos son principalmente proyecciones mentales. Por eso, aquellos que te dan problemas te brindan la oportunidad de cultivar la paciencia y la compasión, y es por eso también que decimos que tu enemigo puede ser tu maestro.
»Envié una copia de un libro que compilamos llamado Ciencia y Filosofía en los Clásicos Budistas Indios a los profesores de una universidad en China. Y una vez que lo leyeron, llegaron a apreciar que el budismo tibetano está firmemente arraigado en la tradición de Nalanda, un enfoque científico que aprendimos de la India».
Su Santidad esbozó sus tres o cuatro compromisos. En primer lugar, como ser humano, considera que sus siete mil millones de compañeros y compañeras son iguales en cuanto a ser humanos. Debido a que somos animales sociales, observó, somos dependientes de los demás y ellos dependen de nosotros. Ver a los demás en términos de «nosotros» y «ellos» aviva los conflictos que pueden resultar en derramamiento de sangre y matanzas. Por lo tanto, se compromete a promover la unidad de la humanidad.
Como budista, Su Santidad siente una fuerte responsabilidad de fomentar la armonía interreligiosa. Considera que es impensable que alguien luche o mate en nombre de la religión. Admite que las diferentes tradiciones espirituales proponen diferentes y contrastantes puntos de vista filosóficos. Muchas tradiciones indias describen un yo o un atman separado del cuerpo y la mente, que va de una vida a otra. El Buda enseñó que el yo no es algo separado e independiente. Más bien, es dependiente del cuerpo y la mente. A pesar de tan diferentes puntos de vista, todas estas tradiciones, hindúes, budistas, cristianas, musulmanas y judías, transmiten un mensaje común de amor. Sobre esta base, la armonía religiosa es posible. Y de esto la India es un ejemplo vivo.
Su Santidad declaró que el pueblo tibetano deposita su confianza en él y por eso históricamente tiene la responsabilidad de ayudarlo. Sin embargo, desde 2001 se ha retirado y ha delegado su responsabilidad política a un liderazgo elegido. Siente una fuerte necesidad de hablar en favor de la protección de la ecología del Tíbet, no sólo en beneficio del pueblo tibetano, sino también en nombre de todos los que en toda Asia viven de los ríos que nacen en el Tíbet.
De la misma manera, es importante que los tibetanos hayan mantenido vivo el antiguo conocimiento indio, no sólo en términos de oración y rituales, sino también mediante un estudio riguroso. Los tibetanos han memorizado los textos clásicos, han estudiado su significado palabra por palabra, y han puesto a prueba su comprensión a través del debate.
Su Santidad declaró que desde que terminó formalmente sus propios estudios en 1959, ha seguido esforzándose en la práctica. Ha trabajado para aumentar sus emociones positivas y reducir las destructivas. Como resultado, dice, siempre tiene una sonrisa en su rostro, una sonrisa genuina y sincera, no una artificial. Esto refleja, dijo, que su mente está siempre en paz.
«Es sobre esta base que soy un mensajero del antiguo pensamiento indio —reveló—, especialmente con respecto a la 'karuna' y la 'ahimsa' (la compasión y la no violencia)».
La primera pregunta que se le hizo fue sobre cómo mantener la paz y la compasión frente a las amenazas violentas.
«La no violencia surge de la compasión —respondió Su Santidad—. Si tienes compasión por los demás, tu deseo no será hacerles daño, sino ayudarlos. Si aplica su inteligencia humana, también podrá reconocer que la ira destruye su paz mental. Arruina el sentimiento amistoso en las familias y comunidades. Somos animales sociales, que necesitan amigos cercanos. La compasión atrae a los amigos. La ira y la violencia, por otro lado, son contrarias a la naturaleza humana. Lo que necesitamos hacer es encontrar maneras de vivir felices juntos».
Cuando otro interlocutor sugirió que la gente de buen corazón tiende a sufrir más que la gente codiciosa, Su Santidad respondió que no cree que sea así. En una sociedad con objetivos principalmente materiales, una sociedad que no reconoce mucho la idea de la paz mental, puede parecer que las personas duras y competitivas tienen un éxito, más superficial. Pero este juicio pasa por alto su mundo interior. El antiguo conocimiento indio revelado por los eruditos hindúes y budistas proporciona una rica explicación del funcionamiento de la mente. Revela cómo abordar las emociones destructivas y nutrir las positivas. La clave es combinar este antiguo entendimiento con la educación moderna.
«En el siglo pasado, Mahatma Gandhi enseñó tan claramente el valor esencial de la no violencia que influyó profundamente en hombres como Nelson Mandela y Martin Luther King. En este siglo, necesitamos extender el mensaje para incluir la compasión.
»En la India de hoy en día, sigue habiendo una enorme brecha entre los ricos y los pobres. Necesitamos cultivar una preocupación más profunda por nuestros hermanos y hermanas humanos. Una forma de abordar esto es revivir un fuerte sentido de compasión y no violencia en acción. Podemos empezar tratando de entrenar nuestras mentes.
»Un viejo amigo mío estuvo preso durante muchos años en el Tíbet. Cuando finalmente fue liberado, vino a la India. Durante nuestra conversación sobre sus experiencias me dijo que a veces se había sentido en peligro. Pensando que se refería a un peligro para su vida le pedí que me contase más y me explicó que varias veces sintió que estaba en peligro de perder la compasión por sus captores chinos».
El Presidente fundador de la Universidad de Amity, Dr. Ashok K Chauhan, intervino para decirle a Su Santidad lo orgullosos que estaban de escuchar sus palabras, asegurándole que cambiarán las vidas de los indios. Presentó al amigo de Su Santidad, el Dr. Pradeep Chowbey, quien le dijo lo encantado que estaba de saber que estaba tan bien.
«Es mi deber hacer cualquier contribución que pueda a este país —respondió Su Santidad—. Compartir el mensaje de la antigua India para que pueda llegar a todo el mundo.
Observando las dificultades que el Covid-19 ha traído a su paso, un estudiante de doctorado preguntó qué podemos hacer para superar la depresión. Su Santidad le dijo:
«Uno de los enfoques que personalmente encuentro útil es cultivar el pensamiento: Si la situación o el problema es tal que puede ser remediado, entonces no hay necesidad de preocuparse por ello. En otras palabras, si hay una solución o una salida a la dificultad, entonces no es necesario sentirse abrumado por ella. La acción apropiada es buscar su solución. Entonces es claramente más sensato gastar nuestra energía centrándonos en la solución en lugar de preocuparnos por el problema. Por otra parte, si no hay solución, no hay posibilidad de arreglarlo, entonces tampoco tiene sentido preocuparse por ello, porque de todos modos no se puede hacer nada al respecto. En ese caso, cuanto antes aceptes este hecho, más fácil será para ti. Esta fórmula, por supuesto, implica enfrentarse directamente al problema y tener una visión realista del mismo. Es muy práctica».
Cuando se le preguntó si elegiría volver como el Dalai Lama, Su Santidad respondió,
«Eso es asunto mío privado. Sin embargo, ya le he dicho mi oración favorita y la infinita aspiración que implica. Todos formamos parte de la sociedad humana, así que el propósito de nuestras vidas no es crear problemas, sino servir a los demás de cualquier manera que podamos. Todos estamos impulsados por el interés propio hasta cierto punto, pero cultivar la preocupación por los demás es una manera sabia de satisfacer nuestro propio interés egoista».
El profesor PB Sharma agradeció a Su Santidad en nombre de la Universidad de Amity el tiempo compartido con ellos. Su Santidad juntó sus manos y sonrió al final de la reunión.