Bodhgaya, Bihar, India - Esta mañana, Su Santidad el Dalái Lama recorrió en coche la corta distancia que separa su residencia en el principal monasterio tibetano de esta localidad del monasterio de Palyul Namdroling. Allí los miembros de la Tradición Ñingma iban a realizar ofrendas y oraciones por su larga vida como parte de su Gran Festival de Oración. Su Santidad irradiaba alegría cuando atravesó el templo y se sentó en el trono.
Cinco lamas dirigidos por Shechen Rabjam Rinpoché, entre ellos Dudjom Rinpoché, Khochhen Rinpoché, Minling Khenchen Rinpoché y Ringu Tulku, se sentaron frente a Su Santidad al comenzar la Ceremonia de Larga Vida.
Se sirvió té y arroz dulce.
En un momento determinado del acto, un elaborado mandala tridimensional salió del templo en una carretilla, seguido de otra carretilla que sostenía una serie de pasteles rituales y una efigie de Su Santidad, que simbolizaban la eliminación de los obstáculos para la larga vida de Su Santidad. Shechen Rabjam Rinpoché se acercó al trono para ofrecer néctar de larga vida y píldoras de larga vida a Su Santidad.
Un Khenpo anciano recitó un homenaje a Su Santidad junto con peticiones para que viva mucho tiempo. Mencionó los cinco factores excelentes —maestro, lugar, tiempo, séquito y enseñanza— en relación con Su Santidad y aludió a las cualidades de los miembros del linaje de los Dalái Lama, de los que Su Santidad es la reencarnación inconfundible, especialmente Gendun Gyatso y el Gran Quinto Ngawang Lobsang Gyatso.
El Khenpo le pidió: «Por favor, no fallezca, quédese para enseñarnos. Que los protectores del Dharma ayuden a nuestro maestro a vivir una larga vida. Que todos los seres sensibles purifiquen sus impurezas y encuentren la verdadera felicidad».
A continuación, Su Santidad se dirigió a los reunidos: «Hoy se me ofrece esta oración de larga vida con fe y devoción inquebrantables en nombre de todos los tibetanos. Puesto que las circunstancias están interconectadas, he podido servirlos en este momento crítico de la historia tibetana.
»Hoy en día existe un interés nuevo por el budismo en todo el mundo, incluso entre personas de fe diferente como mis hermanos y hermanas cristianos. Nuestras enseñanzas sobre el amor y la compasión son muy admiradas. He podido participar en la acción de darlas a conocer más ampliamente. Aunque adopten una postura filosófica diferente, el trabajo de nuestros amigos cristianos para ayudar a los pobres y necesitados es una expresión práctica del amor y la compasión por los seres sensibles.
»También tengo amigos musulmanes desde hace mucho tiempo. Cuando aún estábamos en Lhasa, me presentaban sus respetos y participaban regularmente en las celebraciones del gobierno.
»Todos en el mundo somos iguales en no querer sufrir y en desear encontrar la felicidad. Esto es cierto para los ocho mil millones de personas que viven hoy en día y he hecho lo que he podido para mostrarles cómo ser felices. Incluso los científicos se han interesado por ello.
»Los tibetanos y las personas de la región del Himalaya, vinculados por acciones y oraciones anteriores, me han rendido respeto durante mucho tiempo, como decimos en la oración en un solo verso por mi larga vida:
»En la Tierra rodeada de montañas nevadas,
eres la fuente de todo beneficio y felicidad,
poderoso Chenresig Tenzin Gyatso,
permanezca hasta que finalice el samsara.
»He visto indicios en mis sueños de que puedo llegar a vivir más de 100 años. Tengo buena salud, aparte de algunos problemas en las rodillas, así que podré seguir apoyando las tradiciones del Dharma del Tíbet durante algún tiempo.
»Las personas de todas las tradiciones budistas del Tíbet se han reunido hoy aquí para rezar para que viva mucho tiempo y yo también rezo para que se cumplan sus deseos. De hecho, lo que sigue es la oración que hago todos los días:
»Que, mientras el espacio perdure,
y los seres sensibles permanezcan,
pueda yo también permanecer
para disipar las miserias del mundo.
»También creo que la verdad prevalecerá y la cuestión del Tíbet se aclarará. No es la independencia lo que buscamos, sino una auténtica autonomía para poder mantener vivos nuestro idioma, nuestra cultura y nuestra religión y para que nuestro pueblo pueda vivir con dignidad. Viviré todo el tiempo que pueda para cumplir estos objetivos.
»Trabajo para ayudar a las personas a alcanzar la paz mental cultivando el amor y la compasión. Esa paz interior es la base de la paz en el mundo. Intento vivir una vida buena, sin ira y odio, y rezo para que el mundo se desmilitarice. Si ese objetivo se cumple, el propósito de mi vida se habrá logrado.
»Hoy hemos rezado para que se derroten los obstáculos que me impiden vivir mucho tiempo. Espero que llegue el momento en que podamos celebrar otra oración de larga vida como ésta en el parque frente al palacio del Potala».
Al finalizar la ceremonia se ofreció a Su Santidad un mandala de agradecimiento, las ocho sustancias auspiciosas, los siete emblemas reales y los ocho símbolos auspiciosos, y se recitaron oraciones de dedicación.
»Que todos los seres encuentren la paz y la alegría».
Cuando Su Santidad abandonó el templo, muchas personas se acercaron inclinándose ante él y recibieron unas palmaditas afectuosas en la nuca.