Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana Su Santidad el Dalái Lama participó en una conversación de Mente y Vida desde su residencia por medio de una videoconferencia. Se unieron a él: Richie Davidson, Carolyn Jacobs, Thupten Jinpa, y Susan Bauer-Wu, todos ellos miembros del Instituto Mente y Vida desde hace mucho tiempo. Cuando Su Santidad entró en la habitación, diez minutos antes de lo previsto, y vio la cara de su viejo amigo Richie Davidson en la pantalla delante de él, se rió y se dio un golpecito en la nariz. Normalmente cuando se encuentran, Su Santidad se burla de Davidson por su prominente nariz y luego la frota con la suya, saludándolo afectuosamente como aprendió a hacer en Nueva Zelanda.
«Buenos días —dijo, dirigiéndose a todo el panel—. Me siento muy feliz de veros aunque estemos a una distancia tan física del otro. Sin embargo, somos capaces de reunirnos virtualmente y todos nos dedicamos al bienestar de los demás».
Cuando Susan Bauer-Wu le dijo a Su Santidad lo bueno que era volver a verlo y le preguntó si estaba bien, él respondió: «Tengo 85 años y estoy físicamente muy saludable. Siento que esto se debe a que mi mente está en paz como resultado de haber cultivado el altruismo, la mente del despertar. Como saben, mi oración favorita dice:
»Mientras exista el espacio y los seres vivos permanezcan, hasta entonces que pueda yo también permanecer para disipar el sufrimiento del mundo».
»Y, al tratar de cumplir esa aspiración, siento que mi vida ha sido de algún beneficio. El primer Panchen Rinpoché vivió hasta los 108 años y algunos de mis amigos me han pedido que haga lo mismo. Así que espero estar por aquí otras dos décadas».
«Eso nos gustaría mucho —respondió Bauer-Wu—. Estamos muy contentos de que pueda unirse a nosotros hoy. La última vez que nos vimos fue en noviembre y el mundo ha cambiado mucho desde entonces».
«Durante muchos años, hemos celebrado estas reuniones de Mente y Vida —continuó Su Santidad—, que nos han dado la oportunidad de intercambiar experiencias. El objetivo principal es ver cuánto podemos contribuir al conocimiento humano.»
Susan Bauer-Wu mencionó que 100.000 personas podrían estar sintonizando la conversación. De hecho, teniendo en cuenta las transmisiones por Internet en 14 idiomas diferentes, la audiencia en directo fue de más de 900.000. Ella comentó que en la primera reunión de Mente y Vida hace 33 años Su Santidad había hecho que sus compañeros participantes se sintieran curiosos y estimuló su deseo de ayudar al mundo. Presentó a los demás miembros del panel de hoy y le cedió la palabra a Carolyn Jacobs, quien actuará como moderadora.
«Nos hemos reunido hoy para discutir la crisis actual —dijo la decana emérita—. Queremos preguntar cómo podemos unir a la humanidad, con resiliiencia y compasión. La primera de las cinco preguntas que le vamos a hacer es: considerando el alto nivel de malestar asociado a esta pandemia global, ¿qué habilidades podemos adoptar para lidiar con la ansiedad y la incertidumbre?»
«Esta enfermedad es grave —respondió Su Santidad—. Muchos expertos le están prestando atención, así que no tengo nada que añadir. Aprecio sus esfuerzos y la ayuda que están dando a tanta gente, tanto la de los que investigan como la de los que proporcionan tratamiento y cuidados. Muchos médicos y enfermeras están poniéndo en peligro sus propias vidas.
»Creo que el miedo empeora el efecto de la enfermedad. Necesitamos una mente estable. Un maestro de Nalanda del siglo VIII, Shantideva, aconsejó que examináramos la situación en la que nos encontramos. Si un problema tiene solución, debemos trabajar para encontrarla; si no la tiene, no sirve de nada perder el tiempo pensando en ello. Este es un enfoque práctico. Es útil para reducir nuestro miedo y nuestra ansiedad. En el contexto de los mundos y galaxias en evolución, una vida humana es diminuta, pero, cuando termina, el fin no es permanente. Una parte de la mente prosigue, una vida tras otra.
»Entre otros graves problemas a los que nos enfrentamos, una gran cantidad han sido creados por nosotros mismos. En América estos días se están llevando a cabo protestas contra la injusticia racial. Mucho de esto depende de nuestra actitud mental. Debemos promover un sentido de la unidad de la humanidad, lo cual me comprometo a hacer. Entre los siete mil millones de seres humanos que viven hoy en día, todos nacemos de la misma manera y todos morimos de la misma manera. Entre medias, mientras estamos vivos, puede haber pequeñas diferencias entre nosotros, pero esencialmente, todos somos iguales como seres humanos.
»Es más, el futuro de todos nosotros depende de la humanidad. Pensar en «nosotros" y «ellos" sobre la base del color o la fe es una vieja forma de pensar. Hoy en día en la economía global no hay fronteras. Enfatizar las pequeñas diferencias entre unos y otros da lugar a problemas y provoca conflictos. En lugar de eso, debemos pensar en toda la humanidad. Podemos pensar de una manera cuando somos jóvenes y de otra cuando somos mayores, pero a pesar de estas diferencias seguimos considerándonos la misma persona.
»Hacer distinciones en base al color, la fe o la nacionalidad nos distrae del hecho de que todos somos iguales en cuanto que seres humanos. Esto es algo que debemos compartir con los demás, porque todos tenemos que vivir juntos en este planeta. Somos mental, física y emocionalmente iguales. Concentrarse en diferencias superficiales es una tontería.
»Miren la diversidad de la India. Todas las principales religiones del mundo florecen aquí sin obstáculos. La gente en el sur, norte, este y oeste del país habla diferentes idiomas, tienen diferentes modos de escritura, y sin embargo todos viven juntos como parte de la Unión que es la India.
»Si ponemos demasiado énfasis en las diferencias de color, le estamos dando importancia. En cambio, es mejor subrayar que todos somos iguales como seres humanos. Miren la Unión Europea. Entre sus miembros hay personas de diferentes nacionalidades, que hablan diferentes idiomas, disfrutan de diferentes culturas. En el pasado lucharon y se mataron unos a otros. Uno de mis profesores de física, Carl Friedrich von Weizsäcker, me dijo que cuando era joven todos los alemanes eran enemigos a ojos de un francés y lo mismo pasaba con los franceses a ojos de un alemán, pero esto ya no ocurre. Después de la segunda guerra mundial, los europeos adoptaron un enfoque más maduro y fundaron lo que se ha convertido en la Unión Europea. Desde entonces, sus miembros ya no han vuelto a luchar ni a matarse entre ellos. El espíritu de la Unión Europea es algo de lo que todos podemos aprender.
»Muchos de los problemas a los que nos enfrentamos los creamos nosotros mismos como resultado de la estrechez de miras y las emociones. Las emociones son una parte natural de nuestras vidas, pero las emociones negativas no tienen una base sólida. Las emociones positivas como la compasión, por otro lado, se basan en la razón».
Su Santidad mencionó la idea de la física cuántica de que aunque las cosas materiales parecen existir objetivamente, si se mira más profundamente, nada existe como parece. La identidad no es sólida. Cuando miras más profundamente, encuentras que las cosas materiales están compuestas de partículas y que su identidad es una proyección mental.
Mencionó que el físico nuclear indio Raja Ramana le señaló que mientras que la física cuántica parecía nueva para algunos, las correspondientes formas de pensamiento podían encontrarse hace mucho tiempo en la antigua India. Citó un verso de Nagaryuna:
No existe nada que no haya surgido de forma dependiente. Por lo tanto, no existe nada que no esté vacío (de existencia objetiva).
Su Santidad afirmó que si pudiéramos adoptar el punto de vista de la física cuántica, podríamos descartar las emociones negativas. Reiteró que las emociones negativas no tienen ningún fundamento, mientras que la compasión y otras emociones positivas, basadas en la realidad, pueden ser mejoradas a través de la meditación y la razón.
«Maravilloso —exclamó Carolyn Jacobs—. Richie, ¿hay alguna parte de esto de la que te gustaría hablar?»
Después de saludar a Su Santidad, Richie Davidson sacó a relucir el tema de la pandemia de coronavirus. Citó un artículo científico chino que informa que el 54% de la población china ha estado experimentando síntomas de angustia de moderados a graves. En otros lugares también, otros científicos citan los problemas de salud mental asociados con la pandemia. La gente tiene dificultades para hacer frente a la incertidumbre: no saber si están infectados, no saber cuánto tiempo durará el riesgo y no saber cuándo terminará la pandemia.
Recordando que Su Santidad citó antes el consejo de Shantideva, parece que hay algunas cosas que podemos controlar y otras que no. Lo que podemos aprender a hacer, sugirió Davidson, es controlar nuestras mentes. Esto es particularmente importante cuando los mensajes de miedo e incertidumbre tienen efectos tan destructivos.
Siguiendo con la preocupación de Su Santidad sobre las tensiones raciales que actualmente afligen a los EE.UU., Davidson citó la evidencia de que las personas negras de entre 35 y 45 años tienen diez veces más probabilidades de morir por coronavirus. Este es un problema físico serio.
Mientras tanto, la atención de la población está siendo secuestrada por el miedo, por lo que la pregunta que quería discutir era: «¿Cómo podemos controlar nuestras mentes y no ceder al miedo? ¿Cómo podemos calmar nuestras mentes y alcanzar un estado de ecuanimidad?»
»La investigación sobre esta enfermedad —respondió Su Santidad, está en marcha y debe continuar. Está causada por un virus, así que el cuerpo tiene el potencial de crear anticuerpos e inmunidad. Sin embargo, en lo que respecta a nuestro estado mental, el miedo nos hace más vulnerables. La confianza en nosotros mismos refuerza nuestro bienestar.
»Desde un punto de vista materialista, predomina la atención a las conciencias sensoriales. Hasta finales del siglo XX no se prestó mucha atención a la mente en sí, a nuestra conciencia mental. Pero hacia finales del siglo XX se empezó a reconocer que había algo adicional que afectaba a nuestros cerebros. La meditación y los ejercicios para controlar nuestra respiración afectan a nuestra conciencia mental. Estas actividades pueden ayudarnos a centrarnos en la mente misma, durante unos segundos para empezar y luego durante unos minutos. Tengo algunos amigos que pueden concentrar sus mentes durante varias horas. Si añadimos el análisis, podemos lograr una mayor comprensión.
»Las tradiciones indias comunes de cultivar una mente en calma (shamatha) y una comprensión profunda (vipashyana) son muy útiles. Nos permiten aumentar el poder de la mente y afinar su agudeza. Y esto puede hacerse de una manera secular, académica y objetiva.
"Tú, (Richie Davidson), has hecho una gran contribución al entendimiento de que la conciencia puede afectar al cerebro. Como resultado, cada vez más científicos están prestando atención a las emociones y a nuestro mundo interior. La ira y el miedo son parte de nuestro paisaje mental, pero a través de la meditación podemos desarrollar la convicción de que tales emociones negativas no sirven para nada. Tenemos que aprender el modo de lograr la paz mental. Las emociones negativas son responsables de muchos de los problemas a los que nos enfrentamos. Necesitamos aprender a reducirlas a través del análisis. Tenemos todavía mucho trabajo por hacer en el campo emocional».
«En la época en que comenzamos nuestros diálogos como parte de Mente y Vida, —dijo Richie Davidson a Su Santidad—, la palabra compasión no se usaba en el contexto científico. Si mirabas en los índices de los libros de la época, la compasión no aparecía. Usted, (Su Santidad), ha sido un catalizador del cambio para toda una generación de científicos. Han aprendido cómo la compasión afecta a nuestras emociones, algo que hace veinte años poca gente sabía. Hace veinte años, en Dharamsala nos comprometimos a poner la compasión en el panorama científico. Ahora hay campos de la ciencia contemplativa y la neurociencia contemplativa.
»Vemos que incluso una pequeña cantidad de entrenamiento en compasión contrarresta el sesgo implícito, nuestros prejuicios inconscientes. A través de la compasión podemos reducirlos. Sin embargo, todavía nos enfrentamos a la cuestión de cómo difundir este conocimiento más ampliamente. Agradecemos cualquier consejo que pueda darnos sobre cómo los siete mil millones de seres humanos podrían aprender a hacer esto. Una analogía que utilizo es que al principio de la humanidad las personas no se cepillaban los dientes, ahora lo hacemos todos, debido al aprendizaje».
«El sistema educativo existente —observó Su Santidad—, carece de cualquier concepto de la mente. Debería incorporar una comprensión de la mente y las emociones. Así como enseñamos a los niños la higiene física, también debemos inculcarles la higiene emocional. La antigua tradición india tiene mucho que decirnos sobre esto. Por ejemplo, distingue entre nuestra conciencia primaria y 51 factores mentales. Los cuales se definen por su función individual. Creo que es posible estudiar este material en un contexto académico contemporáneo.
»Generalmente carecemos de una buena comprensión de nuestro mundo interior, haríamos bien en encontrar una manera de incorporar estos conocimientos en el plan de estudios de la educación desde el jardín de infancia hasta la universidad. Los pequeños comienzos pueden llevar a una comprensión profunda y sofisticada de la mente, al igual que una sola semilla crece hasta convertirse en un gran árbol. Tenemos que examinar qué emociones son útiles y cuáles son dañinas. Hay algunas, como la compasión, que debemos aprender a mejorar, mientras que otras, como la ira y el miedo, debemos aprender a disminuirlas. Las emociones tienen causas y debemos entender cuáles son.
»En el antiguo pensamiento indio, 'ahimsa', la no violencia, se considera parte de la conducta. 'Karuna' o la compasión conforma la motivación. Este es el trasfondo del que surgió el budismo.
»El sistema educativo existente no es adecuado para asegurar que la gente sea feliz. Los científicos tienen la autoridad para plantear preguntas al respecto. Si lo hago yo, como monje, atraerá menos atención. La gente hoy en día presta más atención a lo que dicen los científicos.
»La tradición de Nalanda cultivó el escepticismo que el Buda alentó y que le llevó a cuestionar todo. La Universidad de Nalanda era un centro de aprendizaje tanto como un monasterio. Sus eruditos empleaban la razón, la lógica y el pensamiento filosófico. Esta fue la tradición introducida en el Tíbet por Shantarakshita en el siglo VIII que hemos continuado rigurosamente desde entonces. Nuestra familiaridad con la razón y la investigación es la base sobre la que hemos mantenido conversaciones con los científicos, y con el Instituto Mente y Vida hemos podido hacer una contribución positiva».
Carolyn Jacobs preguntó a Su Santidad qué consejo tenía para los jóvenes de hoy que están protestando y buscando cambiar el mundo.
«El mundo siempre está cambiando —respondió—. La ciencia avanza. El mundo de hoy es muy diferente de lo que era hace 100 años. El siglo XX fue un período de gran violencia. La gente recurría fácilmente al uso de la fuerza para resolver los conflictos. Hoy en día, cuando se producen desacuerdos, es mejor resolverlos hablando. Hagamos de esta una era de diálogo.
»Antes, la gente se dedicaba a matarse unos a otros y con ello nunca se obtiene una victoria final. . Perseguir el diálogo es una política mucho más constructiva. Mi principal objetivo es promover un espíritu de diálogo a través de la educación sobre la base de la unidad de la humanidad. La guerra y el uso de las armas no sirven para nada. Deberíamo aspirar a un mundo desmilitarizado. La fabricación de armas es un desperdicio de dinero y recursos.
»En un mundo desmilitarizado resolveríamos los problemas a través del diálogo, para lo cual necesitamos confianza en nosotros mismos, verdad y honestidad. Necesitamos adoptar una perspectiva más amplia, no sólo preocuparnos por nuestro bando. Pensar sólo en "mi nación", "mi pueblo" es demasiado limitado cuando está claro que todos tenemos que convivir. Los científicos han observado que los seres humanos son animales sociales que dependen de otros en su comunidad. Por lo tanto, necesitamos cultivar una mente compasiva.
»La educación es un factor clave. Aún así, no sé cuánto tiempo nos queda en el contexto del calentamiento global. Pero pasar el tiempo que nos queda matándonos unos a otros no tiene sentido. Sería como dos ancianos al borde de la muerte peleándose, sin sentido. Cuánto mejor es vivir felizmente, en paz, en una sociedad compasiva.
»Por lo tanto, amigos míos, todos tenemos la responsabilidad de educar a nuestros hermanos y hermanas humanos. Los valores internos son la fuente última de la felicidad, no el dinero y las armas, y esto es cierto tanto para los individuos como para la humanidad en su conjunto».
Carolyn Jacobs agradeció a Su Santidad y a Richie Davidson sus respectivas contribuciones a una conversación interesante. Susan Bauer-Wu expresó su profunda gratitud a Su Santidad por compartir su sabiduría y calidez de corazón, diciéndole que esperaban volver a verlo pronto. Anunció que una película llamada «Potencial Infinito», sobre el físico teórico David Bohm, uno de los maestros de Su Santidad, se estrenará esta noche y otra vez el día del cumpleaños de Su Santidad.
Su Santidad remarcó que, en un contexto amplio, el impacto de una vida individual es limitado, pero si usamos nuestros cerebros para el bienestar de la humanidad, nuestras ideas serán de beneficio para las generaciones futuras. También declaró que hay evidencia de que algún nivel de conciencia sutil va de una vida a otra, citando a niños que tienen recuerdos claros de sus vidas anteriores. Comentó que aunque sea difícil de aceptar para los científicos, parece haber algunos hechos que investigar.
Su Santidad concluyó observando que, en su experiencia, reflexionando profundamente, día a día, sobre el altruismo, la mente despierta de la bodhichita y la realidad del surgimiento dependiente es realmente útil cuando se trata de abordar las emociones destructivas.
«Espero que nuestra conversación haya sido de alguna ayuda, especialmente para aquellos que están estudiando ahora. Gracias. Adiós». Saludó a los muchos cuyos rostros podía ver en las pantallas frente a él.