Bhubaneswar, Odisha, India – Esta mañana, el aire era limpio, el sol brillaba y las amplias carreteras de Bhubaneswar estaban relativamente descongestionadas mientras Su Santidad el Dalái Lama se dirigía al campus de la Universidad del Instituto de Ciencias Sociales Kalinga (KISS sus siglas en inglés). En el último tramo, el camino estaba bordeado por estudiantes sonrientes, algunos con pancartas escritas con saludos, dándole la bienvenida a la Universidad. A su llegada, fue recibido por el Dr. Achyuta Samanta, fundador de KISS y KIIT (Instituto de Tecnología Industrial Kalinga), y por funcionarios de la universidad. Animados grupos de bailarines tocando el tambor se alinearon en el camino mientras Su Santidad hacía su entrada en el campus. Fue invitado a adornar una estatua de Buda, a descubrir una placa y a plantar un árbol que conmemorará su visita.
Su Santidad fue trasladado hasta el escenario, que estaba situado en lo alto de un gran prado, en un carrito de golf eléctrico. Una vez más el camino estaba lleno de estudiantes, algunos haciendo yoga, otros bailando y tocando el tambor. Sin duda Su Santidad disfrutó de este despliegue de entusiasmo. Al llegar al escenario fue invitado a encender la lámpara para inaugurar el evento.
Hablando en oriya, el Dr. Samanta presentó a Su Santidad a los más de 25.000 estudiantes asistentes al acto, explicando lo que significan las palabras Dalái y Lama y lo que implica el entrenamiento de un monje budista tibetano. Mencionando que invitó a Su Santidad a venir a la Universidad en 2015, manifestó que estaba muy feliz al poder por fin darle la bienvenida. Luego procedió a ofrecer a Su Santidad el 10º Premio Humanitario KISS antes de invitarlo a dirigirse a los estudiantes.
Su Santidad comenzó como lo hace habitualmente saludando a los miembros más mayores y más jóvenes de la audiencia como hermanos y hermanas, diciéndoles lo feliz que estaba de estar con ellos.
«Siempre considero que la construcción del futuro está en nuestras manos —observó—. El pasado es pasado y no se puede cambiar, pero el futuro aún no ha llegado. Los jóvenes como vosotros tenéis la oportunidad y la responsabilidad de darle forma creando un mundo mejor. El siglo XX, a pesar de muchos desarrollos notables, fue una era de violencia, un tiempo en el que, tristemente, los brillantes cerebros de los científicos fueron puestos al servicio de la destrucción. Participaron, por ejemplo, en el diseño y fabricación de armas nucleares que se utilizaron dos veces contra el Japón.
»Aunque se ha continuado matando desde el comienzo del siglo XXI, se deben tomar medidas para hacer de éste un siglo de paz. Puesto que la paz es destruida por emociones negativas como la ira y los celos, debemos encontrar formas de desarrollar paz interior si queremos crear paz en el mundo. Vale la pena preguntarnos si nos sentimos felices cuando estamos enfadados. El enfado y la exasperación extrema conducen fácilmente a la violencia. Entonces, ¿cómo vamos a reducir la ira? Aumentando nuestros sentimientos de amor y compasión.
»Los científicos han demostrado que la naturaleza humana básica es compasiva. Si no fuera así, no habría esperanza. Sin embargo, nuestra experiencia común es que todos nacemos de una madre y sobrevivimos gracias a sus cuidados. El sentido común nos dice que aunque nuestros vecinos sean pobres, los consideramo buenos vecinos si se muestran afectuosos. Es más, la ira y la violencia traen desastres. Nos roban la paz mental y estropean el ambiente dondequiera que estemos.
»Cuando somos jóvenes valoramos el amor y la compasión, pero a medida que crecemos nos interesamos más por el dinero y el estatus. Una de las razones por las que esto ocurre es que la educación moderna es inadecuada, porque tiende sólo a tener objetivos materiales dando poco espacio para los valores internos.
»Vale la pena recordar que los 7 mil millones de seres humanos son física, mental y emocionalmente iguales. Pero si nos permitimos pensar en términos de ser más o menos privilegiados, de pertenecer a una casta más alta, más baja o a ninguna casta, sólo se consolidará la división. Esto es inútil, anticuado y antidemocrático. Tener presente la unicidad de la humanidad, en el sentido de que como humanos todos somos iguales, es una gran fuente de confianza.
»El mundo moderno carece de principios morales y no entiende cómo abordar las emociones negativas. Por eso puede ser muy relevante hoy en día aprender de los antiguos conocimientos indios sobre el funcionamiento de la mente y las emociones. Muchos indios descuidan este conocimiento, pero estoy animando a los jóvenes indios que conozco, como vosotros, a prestarle atención, ya que es sobre la base de este tipo de comprensión que podemos construir una sociedad más compasiva».
En el auditorio del Instituto Kalinga de Tecnología Industrial (KIIT), Su Santidad mencionó a las 1.600 personas allí reunidas que considera que Buda fue un gran pensador y algo así como un científico. Comentó que también se considera a sí mismo como medio monje y medio científico.
Destacó uno de los aspectos únicos de la tradición budista tibetana, que, además de revelar una profunda filosofía y psicología, incluye el razonamiento y la lógica. Esto es lo que hace que sea de interés para los científicos. Señaló que el consejo de Buda a sus seguidores de no confiar en la fe ciega, sino someter sus enseñanzas a una investigación razonada, le ha permitido rechazar la cosmología budista tradicional.
Volviendo a las deficiencias de la educación moderna en sí misma, Su Santidad repitió lo importante y práctico que es incorporar un planteamiento secular a los valores universales.
En sus respuestas a varias preguntas del público, Su Santidad señaló que todos los seres humanos desean ser felices y que tienen derecho a esa felicidad. Mencionó la reciente publicación de dos volúmenes, el Compendio de Ciencia y el Compendio de Filosofía, basados en el material extraído del Kangyur y el Tengyur, la recopilación de traducciones de la literatura budista en gran parte del sánscrito. Se centran en la ciencia de la mente y en visiones correctas basadas en la conciliación de la diferencia entre la apariencia y la realidad.
Después del almuerzo, 1.600 tibetanos del asentamiento de Phuntsokling en Chandragiri llenaron el auditorio del KIIT. Para empezar, el responsable del asentamiento presentó un informe que mencionaba que el asentamiento se estableció en 1963 en 849 acres de tierra, cuando la comunidad incluía un total de 300 monjes y monjas. Describió el desarrollo de las escuelas, la construcción de un albergue para ancianos con el apoyo de los tibetanos en Suiza y la oferta de 4 plazas de posgrado para estudiantes tibetanos en la Universidad KIIT.
Su Santidad recordó a los asistentes la importancia del estudio para la satisfacción personal y para preservar las enseñanzas de Buda. Dijo que hace 40 años instó a los monasterios y conventos que antes se ocupaban principalmente de la realización de rituales a desarrollar programas de estudio. Como resultado, el año pasado 20 monjas obtuvieron el grado de Gueshe-ma en reconocimiento por haber completado su rigurosa educación budista. Del mismo modo, la determinación de Penor Rimpoché de fomentar el estudio y el debate en su monasterio de Namdrolling en el sur de la India, en contra de los consejos de Chatral Rimpoché, ha hecho que hoy en día haya un buen número de Ñingma Khenpos bien cualificados.
Concluyó: «Vivimos como refugiados, pero hemos mantenido vivas nuestras tradiciones. Nuestro espíritu es resistente y fuerte. Llegará el momento en que los tibetanos en el Tíbet y los exiliados nos unamos de nuevo».
Luego, comentando que tal vez no pudiera visitarlos muy a menudo, Su Santidad decidió dirigir una breve ceremonia para generar la mente del despertar o bodichita. Dedicó tiempo para describir a los Budas, bodisatvas, maestros indios y tibetanos que podían visualizar como testigos de sus aspiraciones. Les animó con el consejo de que toda la felicidad del mundo proviene de asegurar que los demás sean felices. Terminó dando la transmisión de los mantras de Avalokiteshvara, Manjushri y Tara.
Muchos en la multitud se adelantaban para ver su sonrisa o tener contacto con él mientras Su Santidad abandonaba lentamente el auditorio y se dirigía a su coche. Mañana viajará a Calcuta.