Monasterio de Samstanling, Sumur, Valle de Nubra, J&K, India - Cuando Su Santidad el Dalái Lama llegó esta mañana al lugar de las enseñanzas, situado en un vergel en la ladera de una colina debajo del Monasterio de Samstanling, los jóvenes monjes estaban inmersos en un intenso debate delante del trono.
Su Santidad saludó al numeroso público asistente, estimado en unas 6.000 personas:
«Una vez más podemos reunirnos en este jardín con una agradable sombra. Con nosotros está el incomparable Ganden Trisur Rimpoché, que cuando ocupó el Trono de Ganden, cuando era Abad de Drepung y Abad de Gyumey Tratsang, la Universidad Tántrica Menor, trabajó incansablemente para mejorar la educación de los monjes bajo su cuidado. Me gustaría darle las gracias.
«El Sutra del Corazón que acabamos de recitar es también conocido como el Sutra de la Perfección de la Sabiduría en Veinticinco Versos. Los Sutras de la Perfección de la Sabiduría son las principales enseñanzas de Buda. El 'Ornamento para la Realización Clara' de Maitreya explica su contenido implícito, por ello me gusta repetir los versos de homenaje de este texto. La 'Sabiduría Fundamental' de Nagaryuna explica el contenido explícito y también me gusta repetir sus versos de homenaje.
«Durante los últimos 3000 años más o menos, las religiones han surgido como respuesta a los problemas y desafíos a los que se enfrenta la gente. Son una fuente de esperanza. Los puntos de vista filosóficos que los respaldan pueden haber comenzado en la India con la Escuela Samkhya. Hace unos 2600 años, apareció Buda Shakyamuni. Dominaba las tradiciones vigentes para desarrollar la concentración, pero al descubrir que los problemas a los que nos enfrentamos se derivan de nuestra concepción errónea del yo, se dedicó desde el principio a enseñar la ausencia de entidad.
«En la mayoría de nuestros templos y monasterios conservamos el Kangyur y el Tengyur, la recopilación de las palabras traducidas de Buda y los tratados explicativos traducidos, escritos en su mayoría por maestros indios como resultado de su análisis.
«Primero fue el emperador tibetano Songtsen Gampo quien se interesó seriamente por el budismo, pero fue gracias a los esfuerzos de un trío posterior a él, —Trisong Detsen, Shantarakshita y Padmasambhava— el rey, el abad y el adepto, por lo que el budismo se arraigó en el Tíbet. Posteriormente, los maestros tibetanos aportaron otros 20.000 comentarios sobre el pensamiento budista y, al hacerlo, contribuyeron a mantener viva la tradición. Hay cuatro grandes escuelas filosóficas budistas y los textos que exponen sus ideas se han traducido al tibetano. De hecho, todas las enseñanzas de Buda están disponibles en tibetano.
Estas enseñanzas completas de Buda se extendieron hacia el norte hasta Mongolia, que ahora está dividida en Mongolia Interior y Mongolia Exterior, y está relacionada con las repúblicas rusas de Buriatia, Kalmykia y Tuva. También se extendieron por todas las regiones del Himalaya. Durante más de 1000 años hemos mantenido viva esta tradición.
«Yo ahora soy un anciano y he conocido a todo tipo de gente de todo el mundo. He visto que lo que hace infeliz a la gente es la perturbación de sus mentes, y que estas perturbaciones surgen desde dentro como resultado de emociones negativas tales como la ira, el odio, la arrogancia y la competitividad. Necesitamos entender mejor las desventajas de tales emociones negativas, así como las ventajas de sus opuestos positivos como el amor y el afecto. Para esto no necesitamos ser religiosos, pero puede sernos útil aprender sobre el funcionamiento de la mente y el uso del razonamiento y la lógica para abordar nuestras emociones. Por eso los escritos de los maestros de Nalanda siguen siendo relevantes hoy en día».
Durante varios días en el Valle de Nubra, Su Santidad ha enseñado en tibetano, ocasionalmente en inglés, pero sus palabras han sido constantemente traducidas al dialecto ladakhí por el Dr. Lobsang Tsewang. No es raro que Su Santidad dé una amplia explicación y que luego pida al Dr. Lobsang que resuma.
Recordando los primeros días de los tibetanos en el exilio, Su Santidad explicó cómo había alentado a instituciones como el Monasterio de Namgyal y las Universidades Tántricas de Gyutö y Gyumey, que anteriormente se ocupaban en gran medida de los rituales tántricos, para que introdujeran programas de estudio filosófico. Del mismo modo, aunque no existía la costumbre de que las monjas estudiaran los textos clásicos en el Tíbet, también animó a los conventos a que introdujeran programas de estudio. Un resultado directo de esto fue que el invierno pasado veinte monjas obtuvieron el título de Gueshe-ma, en reconocimiento a sus más de 20 años de riguroso estudio.
«La enseñanza de hoy es un texto del gran maestro y manifestación de Manjushri, Je Tsongkhapa, cuyos escritos recopilados comprenden 18 volúmenes —observó Su Santidad—. Su elucidación tanto de la filosofía como del tantra fue tal que cuando declaró a su propio maestro Rendawa como la 'joya de la corona de los eruditos del Tíbet', Rendawa le devolvió el cumplido diciendo que eso era más apropiado para él. Su lectura de los clásicos indios fue minuciosa y su análisis de ellos notable. Fue capaz de consultar a Manyushri inicialmente a través de las visiones de su maestro Lama Umapa y más tarde desarrolló sus propias visiones. Fue Manyushri quien le dijo que Rendawa sería la mejor persona para enseñarle la visión de Madhyamaka, diciéndole que lo que el maestro no pudiera explicar él podría descubrirlo leyendo los tratados indios.
«Tuvo su primera visión de Manyushri en un retiro, durante el cual se le dio una escueta explicación sobre la vacuidad que le resultó difícil de entender. Manyushri le aconsejó que hiciera prácticas que despejaran las contaminaciones y acumularan méritos, por lo que volvió a entrar en retiro para hacerlo. También tuvo una visión de los cinco maestros de Madhyamaka-Nagaryuna, Aryadeva, Buddhapalita, Bhavaviveka y Chandrakirti. De entre ellos, Buddhapalita, quien según observó tenía una tez azulada y oscura, se adelantó y tocó la cabeza de Tsongkhapa con el libro que llevaba. Posteriormente, consiguió y leyó el tratado conocido como Buddhapalita y alcanzó la visión de la vacuidad.
«Cuando era pequeño, pude memorizar la Alabanza al Surgimiento dependiente en una mañana. Más tarde, pedí a los monjes del Monasterio de Namgyal que lo memorizaran también. Es un texto que lleva las bendiciones del duro trabajo que Tsongkhapa puso en la comprensión de la vacuidad. Recibí su transmisión del Lama Kinnauri, Gyen Rigzin Tenpa, quien a su vez la había escuchado de Khangsar Rinpoché.
«Cuando la obra de Tsongkhapa Esencia de la Buena Explicación sobre el significado provisional y definitivo de los sutras se tradujo al hindi en Varanasi, estuvieron involucrados los panditas Tripathi y Upadhyaya. Le pedí a Tripathi que evaluara el trabajo de Je Rimpoché en el contexto de los grandes clásicos indios. Yo me preguntaba si podría ser clasificado entre los eruditos de Nalanda. Tripathi respondió que no sólo estaría entre ellos, sino que sería clasificado entre los más excelentes».
Durante su lectura de la Alabanza al Surgimiento dependiente, Su Santidad señaló que la causa principal del sufrimiento es que nos aferramos al sentimiento de un yo que existe de manera independiente, añadiendo que si localizáramos la fuente de la ira y el apego, encontraríamos que es la ignorancia. También observó que las cosas parecen ser independientes cuando no lo son, por lo que su apariencia es como una ilusión. Hacia el final citó el consejo de Tsongkhapa del Destino Cumplido:
«Al principio, intenté aprender mucho, en el medio, las enseñanzas emergieron como instrucciones personales y al final practiqué día y noche, dedicando los méritos para el florecimiento del Dharma».
Su Santidad concluyó con la aclaración de que había dado esta lectura de la Alabanza al Surgimiento dependiente porque su propio maestro, Ganden Trisur, Rizong Rimpoché le había pedido que lo hiciera.
Al ver que los niños de la Escuela Lamdon estaban entre los asistentes, Su Santidad dio una transmisión de la Alabanza a Manyushri conocida en tibetano como Cangloma. Les dijo que de niño solía recitarlo tres veces al día y les pidió que lo hicieran también. A esto le siguió la transmisión del mantra Ara patsa nadhi de Manyushri.
Señalando que hoy era el último día de la visita al Valle de Nubra, dijo a los asistentes que le gustaría guiarlos en la generación de la bodichita, la mente del despertar. «La comprensión de la vacuidad por sí sola no te llevará a la Budeidad, también necesitas bodichita. Si tienes buen corazón y te preocupas por los demás, serás feliz y la comunidad en la que vives también será más feliz. Nos vemos la próxima vez».
Mañana por la mañana temprano, Su Santidad iniciará su viaje de regreso a Leh.