Nueva Delhi, India – Esta mañana antes de unirse al diálogo entre académicos rusos y budistas, Su Santidad el Dalái Lama concedió una entrevista a Stanislav Kucher, de Kommersant Russian Newspapers. Kucher comenzó preguntando sobre la difusión de los valores humanos por medios no religiosos. Su Santidad respondió que la situación actual en el mundo no es de felicidad.
«Hay muchos problemas. La personas se están matando unas a otras porque están bajo el dominio de la ira y el odio. Tienden a ser egocéntricos y consideran a las otras personas en términos de ‘nosotros’ y ‘ellos’. Pero nada puede eliminar completamente a tus oponentes. Tenemos que vivir juntos.
»La forma en que estas emociones nos afectan no cambiará de repente. Nuestra generación necesita adoptar un nuevo planteamiento de la educación para formar desde el principio a una nueva generación sobre la base de la ética secular. Después de unos 30 años de formación, serán diferentes de sus predecesores. Ahora no prestamos suficiente atención a la paz interior, tenemos que centrarnos más en el simple bienestar humano y la paz mental. Es necesario que haya una mayor conciencia de los beneficios de la bondad de corazón, de que es buena para nosotros. Lo que me preocupa es ayudar a la gente en esta vida aquí y ahora. No estoy tratando de promover el budismo. No estoy interesado en convertir a otros y soy un poco escéptico sobre los que lo son».
Kucher preguntó sobre la decepción manifestada según parece en los Estados Unidos, en Rusia y en Turquía.
«Las cosas están cambiando —dijo Su Santidad—. Incluso en la Gran Bretaña todavía hay mucha gente que ve el valor de permanecer en la UE. Cuando la crisis de Irak estaba a punto de estallar, millones de personas se manifestaron en contra de un mayor uso de la violencia. No sólo debemos prestar atención a los líderes, sino también a la opinión pública. Me parece que, en general, la humanidad está harta de la violencia.
»El pueblo ruso es un gran pueblo. Ya he mencionado antes una idea que puede ser un sueño, pero si la OTAN trasladara su cuartel general a Moscú, podría disipar cualquier malentendido que puedan sentir los rusos».
»Creo en la gente —dijo Su Santidad—. El mundo pertenece a los 7.000 millones de seres humanos, no sólo a un puñado de líderes, dictadores o reyes y reinas. Cada país pertenece a la gente que vive allí, y creo que la humanidad está madurando».
En la reunión entre académicos rusos y budistas, Su Santidad anunció que a la edad de 82 años podría necesitar descansar más, pero que esperaba quedarse hasta las dos y media. Dijo: «Pero hay otros monjes aquí con los que podéis hablar aunque yo tenga que irme».
El profesor Anokhin, el moderador, presentó al primer orador del día, David Dubrovsky, a quien Su Santidad ha dedicado un cariño especial por ser el hombre más anciano de la sala. Haciendo referencia a su deficiente inglés, le pidió a un colega que leyera en su nombre su artículo sobre ‘Perspectivas de Enfoques Neurocientíficos al Problema de la Conciencia: Relación con la Crisis Mundial de la Civilización’. Comenzó diciendo lo impresionado que estaba por el pensamiento humanista de Su Santidad basado en la ética universal y en el sentimiento de que nuestra naturaleza humana es fundamentalmente buena.
«A pesar del extenso conocimiento de los problemas a los que nos enfrentamos, no se ha tomado ninguna medida decisiva que pueda cambiar la situación. Necesitamos un cambio en la conciencia humana. En cambio, el ansia por consumir y la agresividad amenazan con nuestra autodestrucción. Mientras que el egocentrismo extremo y la agresión amenazan el futuro de la humanidad, parece que el budismo nos permite desarrollar la compasión y el buen corazón».
Su Santidad expresó su agradecimiento por las opiniones expresadas, pero sugirió que no podíamos esperar un cambio basándonos sólo en la comprensión del cerebro. En cambio, es la mente la que puede ser entrenada e iluminada. La conciencia que se da en relación con el cerebro es relativamente burda. Dio un ejemplo de la conciencia burda de un embrión en crecimiento que da patadas en el útero. Es sólo cuando el niño nace que comienza a ver el mundo.
Contó una historia desde una perspectiva completamente diferente: una anécdota sobre un lama, Thubten Rimpoché, que murió en Nueva Zelanda. Había permanecido sentado en meditación, en lo que los budistas llaman «luz clara» durante cuatro días después de haber sido declarado clínicamente muerto. En ese punto, repentinamente, la posición de sus manos cambió, su mano izquierda agarraba el dedo anular de su mano derecha. Su Santidad dijo que reprendió a los que lo cuidaban por no haber colocado una cámara para grabar lo que estaba sucediendo, pero nadie tiene una explicación de lo que sucedió. Dubrovsky admitió que tampoco tenía ninguna explicación.
La segunda ponencia de la mañana estuvo a cargo de Maria Falikman de la Universidad Estatal de Moscú Lomonosov, con experiencia en psicología cognitiva, ciencias cognitivas y psicología experimental. Su tema fue ‘Perspectiva de la Actividad Cultural e Histórica sobre la Atención Humana: Posibles Puntos de Vista de los Estudios de Meditación'. Ella dijo: «La atención humana es clara. Puedes ver cuando alguien está atento, es obvio en sus efectos». Citó a William James, el primer educador que ofreció un curso de psicología en los Estados Unidos, y sus teorías de causa y efecto sobre la atención. Mencionó que las ideas budistas sobre los factores mentales hacen una valiosa aportación para comprender la atención.
Su Santidad preguntó si se había hecho algún estudio sobre las funciones cerebrales de los animales sociales. Señaló que los pájaros y los perros, que son criaturas sociales, muestran aprecio si se les da de comer. Sin embargo, según su experiencia, si permites que te chupe la sangre un mosquito, obviamente un animal no social, este no muestra ningún aprecio cuando queda saciado.
Dmitry B. Volkov, también de la Universidad Estatal de Moscú Lomonosov, habló sobre El Yo Como Ficción Ùtil: un enfoque narrativo. Preguntó qué es el yo, sugiriendo que hay un problema para identificar a una persona en diferentes momentos. Hay un planteamiento corporal que asume que el cuerpo y el cerebro siguen siendo los mismos. También hay un planteamiento psicológico y propuso cargar la mente y las funciones mentales de alguien a una computadora. Podría surgir un problema de reduplicación y con ello la cuestión de cuál era el verdadero yo. Volkov llegó a la conclusión de que una solución al problema del yo podría ser la adopción de un enfoque narrativo.
En su respuesta, Su Santidad mencionó que la gente ha especulado sobre el yo durante más de 3.000 años. La antigua India aceptó la idea de la reencarnación; y como, evidentemente, no es el cuerpo el que pasa a la siguiente vida, se propuso un alma, o un yo (conocido como atman) que consideraron como una entidad permanente, única e independiente. Buda, sin embargo, negó la existencia de algo así. Dijo que mantener la idea de ese yo, malinterpretar ese yo, es como albergar malos pensamientos.
Esta es la naturaleza de la ignorancia y combatirla es la base de las cuatro principales escuelas budistas de pensamiento. Aunque se sugiere que la identidad personal se basa en la continuidad de la conciencia mental, la principal de estas escuelas, la Madhyamaka o Camino Medio, rechaza un yo independiente. Su Santidad citó una estrofa de la Sabiduría Fundamental de Nagarjuna:
Todo lo surgido en dependencia,
es llamado vacío
y designado en dependencia:
este es el camino del Madyamika.
Explicó que la idea de surgimiento dependiente protege contra el extremo del eternalismo, mientras que la idea de designación dependiente protege contra el extremo del nihilismo. Cree que la observación de la física cuántica de que nada existe objetivamente, de que todo depende de la presencia del observador, refleja una visión similar. El budismo usa esta comprensión, tal como se cita en el versículo de Nagaryuna, como un antídoto contra la ignorancia fundamental.
Mencionó lo que el psiquiatra estadounidense Aaron Beck le dijo que había aprendido mientras trataba a personas que luchaban contra la ira. Aunque para muchos el objeto de su ira parecía completamente negativo, Beck juzgó que el 90% de la negatividad que percibían en el objeto era mera proyección mental. Su Santidad cree que esto se corresponde con el consejo de Nagaryuna:
Acabar con el karma y las aflicciones es la liberación,
el karma y las aflicciones provienen de los pensamientos discursivos
y estos de las elaboraciones mentales.
Estas se agotan a través de la vacuidad.
Después del almuerzo, Viktoria Lysenko, del Instituto de Filosofía de la Academia Rusa de Ciencias, hizo una ponencia sobre el tema ¿Qué clase de filosofía puede ser un puente entre la ciencia y el budismo? Propuso que la filosofía intercultural, que presupone una educación multicultural, que permite al académico hablar en el ámbito de más de una tradición, puede responder a la pregunta. Ofreció el ejemplo de Theodor Stcherbatsky (1866-1942), quien por primera vez tradujo al inglés la obra de Dharmakirti Gotas de Razonamiento, como pionero de la filosofía comparativa y defensor de la filosofía intercultural.
Mencionó un estudiante de Stcherbatsky, Rosenberg, que estudió durante varios años en Japón y allí adquirió experiencia en meditación. También se refirió a Alexander Piatigorsky, un disidente soviético, filósofo, estudioso de la filosofía y la cultura del sur de Asia, historiador, filólogo y escritor, que conocía el sánscrito, el tamil, el pali, el tibetano, el alemán, el ruso, el francés, el italiano y el inglés, y que es recordado con cariño por sus alumnos de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de Londres.
En sus observaciones finales, Su Santidad señaló que la tradición Pali, que abarca la enseñanza fundamental de Buda, depende para su comprensión de las citas escriturales. Sin embargo la tradición sánscrita se basa en el razonamiento y la investigación. Esto se introdujo en el Tíbet cuando el emperador Trisong Detsen invitó al gran filósofo y lógico indio Shantarakshita a establecer el budismo en la Tierra de las Nieves. Las sucesivas generaciones de tibetanos, emprendiendo rigurosos estudios y debates, han cumplido con su aspiración y han mantenido viva esta tradición.
«Todos deseamos liberarnos del sufrimiento, eso es algo que no requiere más evidencias. La clave para ello es llegar a comprender el funcionamiento de la mente tal como se revela en esas antiguas tradiciones indias que incluyen el shamatha (concentración) y el vipashyana (visión superior). Parece que Buda propuso diferentes explicaciones en diferentes momentos. No porque estuviera confundido, ni porque tratara de confundir a los demás, sino porque enseñaba lo que era más apropiado para personas de diferentes capacidades y disposiciones.
»Como monje budista, he aprendido mucho de los hallazgos científicos y los científicos han aprendido de nosotros acerca de la mente y de cómo abordar las emociones destructivas. Cuando nuestras conversaciones comenzaron hace casi 40 años, había cierta resistencia en nuestros monasterios que ya ha desaparecido. Espero que en el futuro sea posible invitar a científicos rusos a participar en nuestras reuniones con científicos de occidente».
Telo Tulku Rimpoché, el coordinador de esta reunión, agradeció a Su Santidad por tomarse el tiempo para asistir a esta reunión y por adaptarse a los cambios de programa. Tatyana Chernigovskaya, en nombre de todos los ponentes, ofreció a Su Santidad un «pequeño regalo» que, de hecho, era un gran libro titulado Sagrada Rusia con imágenes de iconos provenientes de colecciones de San Petersburgo. Su Santidad lo aceptó y expresó su agradecimiento antes de retirarse.