Leh, Ladakh, J&K, India – Esta mañana un sol abrasador se abrió paso entre las nubes dispersas cuando Su Santidad el Dalái Lama se desvió de la carretera principal en Choglamsar y cruzó el puente local sobre el río Indo. Escolares y residentes locales se alineaban en la carretera para saludarlo mientras su coche recorría las aldeas de Chuchot Yakma, Chuchot Shama y Chuchot Gongma. Cerca del borde del valle, el paisaje árido y arenoso dio paso a unos muros limpios alrededor de campos verdes salpicados de arboledas de sauces. El camino comenzó a subir, culminando en la entrada del Monasterio de Matho, en la cima de una colina, con una vista panorámica de Thiksey y Shey.
Su Santidad fue recibido al estilo tradicional por los monjes del monasterio que, llevando sus sombreros rojos, lo acompañaron hasta el salón de actos. El estrecho camino estaba bordeado por mujeres con brillantes flores en sus manos y adornadas con sus peraks, los tradicionales tocados de turquesas. Su Santidad fue invitado a encender una lámpara de mantequilla ante una gran estatua de Buda Shakyamuni flanqueada por sus discípulos Arhat. Luego inclinó la cabeza en señal de saludo. En una ventana lateral se detuvo para contemplar y admirar el verde paisaje local.
Una vez Su Santidad tomó asiento, se sirvió té y arroz dulce ceremonial mientras la asamblea recitaba una oración por su larga vida compuesta por sus dos tutores. En respuesta a su pregunta, se enteró de que el monasterio había sido fundado en 1410 y de que Sakya Dagtri había pasado tiempo allí.
«He sido invitado a visitar a Ganden Trisur Rimpoché en su casa familiar que está cerca de aquí, —explicó Su Santidad a los que estaban con él en el templo—, así que pensé que me gustaría venir a veros aquí también. Desde que recibí la transmisión del Camino y el Fruto de Chopgye Trichen Rimpoché, hago la práctica de Hevajra todos los días. Así que, como estudiante de la Tradición Sakya, me hace sentir bien estar aquí hoy».
El Monasterio de Matho es conocido por su colección de thangkas pintadas antiguas, algunas de las cuales datan de la fundación del monasterio. En una sala adyacente se le mostraron a Su Santidad ejemplos del trabajo que un equipo de extranjeros ha estado haciendo para limpiar y restaurar esas pinturas.
Sentado en la parte superior de los escalones de la galería del monasterio, Su Santidad se dirigió a la multitud congregada en el patio de abajo.
«Mis queridos hermanos y hermanas en el Dharma, hoy he sido invitado a almorzar con Ganden Trisur Rimpoché en su casa familiar que está colina abajo, y he decidido visitar también vuestro monasterio. Considero que es importante respetar todas las tradiciones religiosas siempre que se pueda, así que estoy muy contento de poder visitar este monasterio de Sakya.
«La Tradición Sakya, comenzando con los tres fundadores con túnicas tántricas y continuando con los Cinco Patriarcas, ha incluido a muchos grandes eruditos y practicantes de las enseñanzas del sutra y el tantra. Hasta el día de hoy recordamos al erudito Sakya Pandita por obras como el Tesoro de la Lógica sobre la Cognición Válida y la Discriminación de los Tres Votos, así como por sus estudios con el Pandita Shakya Shribhadra de Cachemira.
«Últimamente, he estado instando a las personas que siguen nuestras tradiciones budistas a que se conviertan en budistas del siglo XXI. ¿Qué significa esto? Según el gran maestro indio Vasubandhu, las enseñanzas de Buda pueden clasificarse como escriturales y experienciales. Para preservarlas y mantenerlas vivas necesitamos estudiar y también adquirir experiencia de lo que hemos entendido a través de la práctica. Esto significa que debemos leer el contenido de las Tres Cestas de escrituras y aplicar lo que aprendemos ejercitando los Tres Entrenamientos en ética, concentración y sabiduría: en otras palabras, estudio y práctica.
«En el pasado, la gente en general no estudiaba mucho. Podrían recitar las escrituras, pero no sentían la necesidad de investigar su significado. Eso es lo que tenemos que hacer ahora, estudiar filosofía y lógica e integrar lo que aprendemos en nuestra vida cotidiana.
«Antiguamente había muchos monasterios en el Tibet, pero el estudio de los textos clásicos sólo se llevaba a cabo en aquellos que se llamaban centros de aprendizaje. Los estudios ya no deberían limitarse a las universidades. Todos debemos aprender de qué se trata realmente el budismo.
«Las diversas tradiciones religiosas del mundo transmiten un mensaje común de amor y compasión, complacencia y autodisciplina. Todos ellas tienen el potencial de formar buenas personas. Hay una serie de tradiciones diferentes dentro del hinduismo, de la misma manera que hay cuatro grandes escuelas de pensamiento en el budismo. Si os familiarizáis con esto os abrirá vuestras mentes. Y si os familiarizáis con estos diferentes puntos de vista, seréis capaces de rechazar a cualquiera que cuestione lo que Buda dijo y explicar el camino que enseñó. De hecho, en estos días he descubierto que incluso los científicos están intrigados por lo que el budismo puede decir sobre el funcionamiento de la mente y las emociones».
Su Santidad mencionó que más adelante durante este mes daría enseñanzas públicas, pero dijo a los asistentes que le gustaría darles la transmisión de los mantras de Buda Shakyamuni, de Avalokiteshvara, la encarnación de la compasión, de Manyushri, la manifestación de la sabiduría y de Arya Tara, la expresión de las actividades iluminadas.
Como es su costumbre, Su Santidad dio la mano a muchas personas entre la multitud mientras caminaba lentamente hacia su coche. Desde el monasterio el camino bajaba por la colina hasta el Matho Phodrang, la casa familiar de la familia real Matho, donde nació Ganden Trisur Rimpoché. Rimpoché, su hermana y otros miembros de la familia se reunieron con Su Santidad en la puerta de la nueva casa y lo acompañaron arriba para un suntuoso almuerzo.
Después de comer, Su Santidad posó para fotografías con miembros de la familia. A las afueras de la casa se encontró con una simpática niña de cuatro o cinco años que lo miró y le preguntó: «¿De verdad haces que los deseos se conviertan en realidad?» Mientras Su Santidad reía, volvió a mirarlo a los ojos y le preguntó: «¿Eres un dios?» Fascinado y riendo, Su Santidad se inclinó, le dio una palmadita en la mejilla y le dijo: «No, soy un verdadero ser humano». Sin dar por terminadas las preguntas, levantó la vista y preguntó: «¿Eres listo?», y con una amplia sonrisa, Su Santidad respondió: «Bueno, algunas personas así lo creen».
Después de despedirse de la familia y los invitados, Su Santidad se trasladó desde la aldea de Matho, con sus amplias vistas del valle de Leh extendiéndose debajo, hasta el Phodrang de Shiwatsel.