Fukuoka, Kyushu, Japón - Su Santidad el Dalái Lama voló ayer de Tokio a Fukuoka, la ciudad más poblada de la isla de Kyushu en el oeste de Japón. Esta mañana, las calles estaban mojadas después de la lluvia nocturna y una fría brisa soplaba mientras Su Santidad recorría en coche la corta distancia que lo separaba del Templo Tochoji. El templo fue fundado originalmente en el siglo IX por Kobo Daishi, popularmente conocido como Kukai, quien trajo las enseñanzas esotéricas y el vajrayana de Shingon a Japón.
Una vez sentado con el Abad Principal dentro del templo, Su Santidad recitó el Sutra del Corazón y la Oración para renacer en Sukhavati - la Tierra de la Bienaventuranza de Je Tsongkhapa en tibetano, después de lo cual el Sutra del Corazón fue recitado de nuevo en japonés.
Finalizadas las oraciones, Su Santidad se dirigió a una audiencia de unas 1.500 personas.
«Hoy, en este famoso templo —les dijo—, me siento afortunado de tener la oportunidad de recitar el Sutra del Corazón y la Oración para Renacer en Sukhavati por aquellos que sufrieron una muerte prematura y aquellos que perdieron sus hogares en los terremotos de Kumamoto y las recientes inundaciones desastrosas.
»Tuve que recitar esta Oración para renacer en Sukhavati cuando recibí la ordenación de novicio a la edad de siete años. Estaba muy nervioso, pero me las arreglé para hacerlo y cuando lo recito ahora, recuerdo esa ocasión.
»Para renacer en un reino superior es necesario haber creado karma positivo, por lo que es importante estudiar, reflexionar y meditar sobre las enseñanzas bajo la guía de un maestro calificado. Esta oración fue compuesta por Je Tsongkhapa, quien fue un destacado erudito y practicante. Su libro, Esencia de la elocuencia, que explora cuáles de las enseñanzas de Buda pueden considerarse definitivas y cuáles son provisionales, fue traducido al hindi por el indio Pandit Tripati y Gueshe Yeshi Thapke. Le pregunté a Tripati si Tsongkhapa podría haber sido tan calificado como los eruditos de Nalanda y me dijo que entre ellos él habría sido más que igual, habría sido preeminente.
»El Sutra del Corazón es muy profundo. El Buda enseñó primero las Cuatro Nobles Verdades. De ellas, la primera es la verdad del sufrimiento, que no surge sin causas ni condiciones. Lo que nos trae sufrimiento es dañar a los demás, hacerlos infelices. Las excelentes cualidades de un renacimiento superior, por otro lado, son el resultado de acciones sanas. Nos dedicamos a una acción insana debido a la ignorancia, y porque nuestras mentes son ingobernables. Nuestra visión distorsionada de la realidad es la raíz de nuestras aflicciones mentales, nuestras emociones destructivas, que dan lugar al karma, que a su vez produce sufrimiento.
»Para superar nuestra visión ignorante y distorsionada de la realidad, el Buda enseñó la vacuidad tal como se presenta en el Sutra del Corazón: 'La forma está vacía; la vacuidad es la forma. La vacuidad no es otra cosa que forma; la forma tampoco es otra cosa que vacuidad'. Recitar oraciones y el Sutra del Corazón por el bienestar de los demás, con el deseo de aliviarles el sufrimiento, puede ser beneficioso».
Su Santidad invitó a los miembros de la audiencia a hacer preguntas y la primera fue sobre Yamaguchi, un japonés que pasó un tiempo en el Tíbet. Dijo que recordaba haber visto una fotografía suya en Lhasa y que el 13er Dalái Lama había intentado establecer relaciones con Japón.
Otro interrogador quería saber qué había pasado cuando los chinos ocuparon el Tíbet. Su Santidad le dijo que en 1950 los tibetanos se defendieron, pero en 1953 se firmó el Acuerdo de 17 puntos sobre la «liberación pacífica del Tíbet». Históricamente, observó, China y el Tíbet han estado a veces en términos amistosos y a veces en conflicto entre sí, pero el espíritu tibetano ha permanecido impertérrito.
Su Santidad dio una amplia respuesta cuando se le preguntó cómo poner fin al sufrimiento.
«Después de su iluminación, el Buda declaró,
»He encontrado un dharma semejante al néctar, profundo y calmo, sin elaboraciones mentales, luminoso y no compuesto. A quienquiera que lo muestre, nadie será capaz de comprenderlo, mejor, pues, callar y quedarme en este bosque.
»Las primeras palabras de la primera línea `profundo y calmo' pueden ser interpretadas como refiriéndose a la verdadera cesación que fue el foco del primer giro de la rueda del dharma. `Libre de elaboraciones' puede leerse como refiriéndose a lo que él eventualmente enseñó en el segundo giro de la rueda y 'luminoso y no compuesto' puede referirse al tercer giro de la rueda. El primer giro sienta las bases, el segundo muestra que las entidades están libres de elaboración y el tercero revela la naturaleza Búdica.
»Durante el primer giro de la rueda, el Buda repitió las Cuatro Nobles Verdades tres veces cada una para aclarar su naturaleza, su función y su resultado. Dejó claro que el sufrimiento tiene sus raíces en la ignorancia y que esta ignorancia puede ser superada por una visión no distorsionada de la realidad. Para alcanzar la meta de la verdadera cesación, enseñó el verdadero camino basado en una visión de la vacuidad que contrarresta la ignorancia de la noción de existencia intrínseca.
»La explicación de las Cuatro Nobles Verdades, su naturaleza, función y resultado proporciona el marco de la enseñanza del Buda. Durante el segundo giro de la rueda, dio una explicación más profunda de la cesación. Enseñó explícitamente la vacuidad, destacada por Nagaryuna, e implícitamente reveló la forma de progresar en el camino, como se establece en el Ornamento para una Realización Clara.
»La luz clara descrita en el Sutra que Revela el Pensamiento como parte del tercer giro de la rueda, fue explicada a personas para las que `nada tiene existencia inherente' implica que nada existe. Debido a que estarían inclinados a caer en el nihilismo, se les enseñaron las tres naturalezas: la naturaleza imputada que no implica una existencia intrínseca; la naturaleza subordinada que no es una naturaleza auto-creada y la naturaleza perfecta que no tiene una existencia última e independiente. El Sutra Tathagata-garbha describe la naturaleza de Buda; se refiere a la luz clara objetiva como la naturaleza de la mente y a la luz clara subjetiva como la naturaleza Búdica».
Su Santidad mencionó que todas las tradiciones religiosas enseñan el amor y la compasión y son esencialmente útiles para los seres humanos. Citó un versículo muy conocido que refleja la postura budista. «Los Victoriosos no lavan con agua las faltas, no quitan el sufrimiento con sus manos ni transfieren sus realizaciones a otros. Es enseñando la realidad del ser en sí como liberan a los seres».
Con respecto al poder de la oración, Su Santidad declaró que las oraciones por los demás pueden servir como una condición para la activación del karma positivo que tengan, incluso si esas personas han cometido algún acto gravemente insano, y así compensar el potencial de un renacimiento miserable.
Cuando un interrogador le preguntó si se alegraría de volver a este mundo en el futuro, Su Santidad le dijo que su propia oración se reflejaba en algunos versos que recitaba todos los días de la Guirnalda Preciosa de Nagarjuna:
Que pueda yo ser siempre un objeto de disfrute
para todos los seres sensibles conforme a sus deseos, y sin interferencias, como lo son la tierra,
el agua, el fuego, el viento, la hierba y los bosques.
Los seres sensibles aprecian sus propias vidas,
que los aprecie yo a ellos más que a la mía.
Que sus malas acciones den su fruto para mí y todas mis virtudes fructifiquen en ellos.
Mientras exista cualquier ser sensible en cualquier lugar, que no haya sido liberado, que pueda yo permanecer en el mundo para beneficio de ese ser,
aunque haya obtenido la más alta Iluminación.
Su Santidad aconsejó a los japoneses que no se centraran exclusivamente en el desarrollo material, sino que también tuvieran en cuenta el funcionamiento de la mente y las emociones. Señaló que permanecemos físicamente en forma observando la higiene física y que para estar mentalmente en forma es útil implementar la higiene emocional aprendiendo a enfrentar nuestras emociones destructivas.
Su Santidad aconsejó a los que se refugian en el Buda que sean budistas del siglo XXI, que estudien y fortalezcan su fe sobre la base de la razón y la comprensión. Informó con aprobación sobre cómo la gente de las regiones transhimalayas se ha comprometido a convertir sus templos, monasterios y conventos en centros de aprendizaje, donde todos los que lo deseen puedan estudiar y discutir el significado de las enseñanzas. Dijo que recitar el Sutra del Corazón con una comprensión de lo que significa sería mucho más efectivo.
Después de ofrecerse mutuamente imágenes del Buda, el organizador del evento de hoy agradeció a Su Santidad por venir, oró por su larga vida y deseó que todo estuviera bien en el Tíbet. Mientras Su Santidad salía del templo, los miembros del público empujaban suavemente hacia adelante con la esperanza de verlo más cerca, de hacer contacto con él o de estrecharle la mano, sonrió y trató de complacer a todos ellos.
Mañana, Su Santidad partirá de Japón hacia Singapur con destino a la India.