Thekchen Chöling, Dharamsala, India - Cuando Susan Bauer-Wu, Thupten Jinpa y Richie Davidson del Mind & Life Institute, con Aaron Stern, se reunieron con Su Santidad el Dalái Lama esta mañana, les dijo:
«El propósito de nuestra vida es ser compasivos. Los científicos dicen que la naturaleza humana básica es compasiva porque somos animales sociales. Desde el momento en que nacemos, apreciamos la bondad. Me gustaría ver más investigación sobre el efecto de la ira en el cerebro, pero también sobre el efecto de la compasión. Siento que en general, en estos días, la evidencia científica convence a más gente».
Los representantes del Instituto Mente y Vida informaron a Su Santidad sobre el formato de las próximas Conversaciones sobre Mente y Vida. Pumla Gobodo-Madikizela, psicólogo clínico y científico social de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, y David Sloan Wilson, Profesor Distinguido de Biología y Antropología de la Universidad de Binghamton, Estados Unidos, harán presentaciones a Su Santidad y otros científicos se unirán a la conversación.
Al afirmar su voluntad de participar, Su Santidad comentó: «Uno de nuestros propósitos es simplemente la extensión del conocimiento, pero otro se refiere a buscar el mejor modo de llevar el mensaje de compasión a la humanidad. Dado que pertenecemos a los 7.000 millones de seres humanos que viven hoy en día, tenemos la responsabilidad de aumentar la paz y la compasión en el mundo».
A continuación, Su Santidad habló con 185 miembros del Instituto Vairochana, un centro de aprendizaje budista no sectario ubicado en Gangtok, Sikkim. Recordó haber cruzado el Paso Nathu-la en 1956, cuando viajó a la India para asistir a las celebraciones del Buda Jayanti, y recordó su amistad con los Chögyal.
«Shantarakshita introdujo la Tradición de Nalanda del Budismo en el Tíbet y los tibetanos la mantuvieron viva incluso después de convertirse en refugiados. Hoy en día no hay libertad en el Tíbet, pero la gente de la región del Himalaya como usted, que comparte la misma cultura, puede hacer esfuerzos para preservarla.
»Por un lado, es importante observar la no-violencia como nuestro código de conducta y, por otro, mantener la visión del surgimiento dependiente. La no violencia es la base de la paz mundial, y se apoya en la ley de causa y efecto que se deriva del principio de surgimiento dependiente. Esto significa, esencialmente, que si haces daño a otros, también creas sufrimiento para ti mismo. Si ayudas a otros, serás feliz».
Su Santidad mencionó la importancia de las colecciones Kangyur y Tengyur de la literatura budista y la gran contribución de los estudiosos indios a los que se refiere como los 17 Maestros de Nalanda. Elogió a los miembros de la audiencia por haber formado un grupo de estudio serio. También los animó a ser budistas del siglo XXI, personas que usan su inteligencia para entender lo que el Buda enseñó, en lugar de simplemente respetar sus símbolos.
Su Santidad dijo al grupo que había prometido a Sunderlal Bahuguna, que ha estado luchando durante años para preservar los bosques del Himalaya, que aprovecharía cualquier oportunidad que tuviera para animar a otros a hacer lo mismo. Aunque el paisaje de Ladakh es en gran medida árido, señaló que Sikkim y Arunachal Pradesh todavía tienen ricos bosques que merecen protección.
Al responder a las preguntas del grupo, Su Santidad señaló que la educación moderna no es adecuada para mostrar a la gente cómo lograr la paz mental. Sin embargo, admitió que la observación de la física cuántica de que nada existe tal como parece corresponde a la descripción de la realidad de Nagaryuna. Entender esto ayuda a debilitar la idea errónea de que las cosas existen de manera inherente, que es la base de todas las emociones destructivas.
Observando que las actitudes egoístas sólo traen desdicha, Su Santidad instó al grupo a leer y pensar en la Guía de la forma de vida del Bodisatva de Shantideva, en particular en los capítulos sexto y octavo. Citó el versículo clave en el que se inspira:
Mientras el espacio perdure,
y los seres sensibles permanezcan,
que pueda yo también permanecer
para disipar las miserias del mundo.
Mientras Su Santidad conducía a través de McLeod Ganj hacia el Instituto Tibetano de Artes Escénicas (TIPA), las calles estaban llenas de tibetanos sonrientes y simpatizantes de otros lugares, muchos de los cuales llevaban largos pañuelos blancos en sus manos. En la aldea, los niños de la escuela de Yongling cantaban mientras pasaba el coche de Su Santidad. A su llegada a TIPA, Su Santidad fue recibido por el Sikyong Dr. Lobsang Sengue, Pema Jungney, Presidente de TPiE (Parlamento Tibetano en el Exilio), y por Kargyu Dhondup, Comisionado del Presidente del Tribunal Supremo. Mientras tanto, los artistas cantaban y bailaban a modo de saludo.
Su Santidad cortó la cinta y abrió la puerta del nuevo auditorio de TIPA, simbolizando su inauguración. Fue escoltado a su asiento en el escenario donde se le ofreció un mandala y las tres representaciones del cuerpo, el habla y la mente iluminados. El director de TIPA, Ngawang Yönten, anunció la celebración de una conferencia de tres días para conmemorar el 60º aniversario de la fundación de TIPA. Rindió el debido homenaje a Su Santidad, a los Tres Pilares de la democracia tibetana: el Sikyong, el Presidente del TPiE y el Comisionado del Presidente del Tribunal Supremo, a los miembros de la Fundación suiza Norzang y a otros invitados y dignatarios.
Recordó a todos los presentes que Su Santidad huyó del Tíbet a principios de 1959 y, una vez exiliado, tras haber creado el Kashag, animó a Nornang, Ngawang Norbu, a crear la primera ONG tibetana, el Instituto Tibetano de Artes Escénicas, en Kalimpong. Desde entonces, más de 500 estudiantes se han graduado del Instituto. En la actualidad, TIPA cuenta con 107 miembros.
El director de Amnye Machen, Tashi Tsering, presentó el Primer Simposio Internacional de Artes Escénicas Tibetanas. Mencionó que el primer TIPA se estableció en Kalimpong, bajo la dirección de Su Santidad, el 18 de agosto de 1959. A continuación, enumeró las diferentes tradiciones de las artes escénicas. Mientras hablaba, Su Santidad observó los rostros de la audiencia con una sonrisa cariñosa.
El Sikyong, el Dr. Lobsang Sengue, saludó a todos los presentes con un saludo del Kashag y sugirió que después de la explicación detallada de Tashi Tsering le quedaba poco que decir sobre las artes escénicas. Sin embargo, señaló que la fundación de TIPA debería contarse entre los actos celebrados de Su Santidad, como resultado de lo cual ahora es posible enviar profesores de artes escénicas a las escuelas tibetanas dondequiera que estén. Alabó la visión de futuro de Su Santidad.
El Sikyong también observó que los tibetanos constituyen un pequeño grupo entre los 70 millones de refugiados en el mundo. Según un informe de las Naciones Unidas, 4 millones de niños y niñas no pueden ir a la escuela. Los tibetanos educan a todos sus hijos y la tasa de alfabetización entre ellos es del 92%.
A continuación, TIPA ofreció muestras de gratitud al Kashag, a la Fundación Norzang y a Sangpo Rinpoché, que a sus 93 años es el miembro vivo más antiguo de TIPA. Los artistas entonaron un canto de acción de gracias a Su Santidad, que en esencia decía: «Aunque no podemos corresponder a su bondad, prometemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para cumplir con su visión». Se le ofreció a Su Santidad una estatua de un bailarín ngönpa, en representación de Vajrapani, tras ello, lo invitaron a dirigirse a la asamblea.
«Muchos tibetanos y tibetanas de edades diversas están aquí para celebrar el 60º aniversario de la creación de TIPA. Si echamos la vista atrás a nuestra historia, recordaremos que el rey Songtsen Gampo tomó la iniciativa de encargar la creación de un alfabeto para escribir en tibetano. Después, el rey Trisong Detsen invitó a Shantarakshita de la India a establecer el budismo en el Tíbet. En el Monasterio de Samye se estableció un departamento separado, por consejo de Shantarakshita, para traducir la literatura budista al tibetano. Gurú Padmasambhava trabajó para superar los obstáculos.
»El budismo estaba firmemente establecido en suelo tibetano como resultado del trabajo conjunto del rey Trisong Detsen, el abad, Shantarakshita y el adepto Padmasambhava. Posteriormente, el Tíbet permaneció unido durante el siglo VIII y hasta el IX, pero después se fragmentó políticamente. Sin embargo, la Tradición de Nalanda fue una de los elementos que nos unió y se ha conservado hasta hoy. De hecho, sólo los tibetanos han mantenido una presentación completa de las enseñanzas de Buda.
»Aquí estamos en paz unos con otros, pero en otras partes del mundo, en este momento, la gente está luchando y matándose unos a otros, algunos de ellos en nombre de la religión. Las religiones enseñan un mensaje común de amor, tolerancia y compasión, por lo que la violencia en nombre de la religión es especialmente triste. Basándonos en nuestra tradición pacífica única, los tibetanos podemos hacer una contribución especial al mundo en general.
»Cuando los tibetanos llegamos al exilio, de lo único que podíamos estar seguros era del cielo y de la tierra. Estábamos indefensos, sin protección y sin refugio. Y sin embargo, a pesar de las dificultades atravesadas durante más de 60 años, el espíritu de los tibetanos en el Tíbet sigue siendo indomable. No tienen libertad, pero su determinación nos ha inspirado a los que estamos en el exilio a esforzarnos por preservar nuestra cultura y tradiciones».
Su Santidad recordó cómo, con el apoyo del Gobierno de la India y el interés personal de Pandit Nehru, los tibetanos crearon escuelas para sus hijos. Al principio, los monjes que habían escapado estuvieron construyendo carreteras en las regiones del Himalaya. Pero en un llamamiento al Gobierno de la India se encontró un lugar en Buxa para reunirlos. 1500 monjes se reunieron para reanudar sus estudios.
«A su debido tiempo, los grandes monasterios fueron restituidos en el sur de la India, donde se restablecieron los planes de estudios monásticos. Su Santidad señaló que en el pasado el budismo tibetano fue descartado en algunos sectores como ‘lamaísmo’, como si no fuera una tradición budista genuina. Desde entonces, se ha reconocido ampliamente que, de hecho, el budismo tibetano es un auténtico heredero de la Tradición de Nalanda de la India, conocida por su dependencia de la razón y la lógica.
»Hoy, la cultura y la religión tibetanas se han ganado el respeto, incluso entre los científicos —declaró Su Santidad—. Los partidarios de la línea dura entre los dirigentes chinos, después de vanos esfuerzos por socavarlas, están aceptando los errores de sus políticas y se están volviendo más realistas. Hemos trabajado duro para preservar nuestra cultura y tradiciones. Las artes teatrales tibetanas son una parte valiosa de nuestra herencia y aquí han hecho bien en mantenerlas vivas. Las generaciones más jóvenes seguirán siendo capaces de llevarlas adelante.
»Nuestra lucha se basa en la verdad. Los chinos confían en el uso de la fuerza y el poder del arma, sin embargo, a la larga es la verdad la que prevalecerá. No se desanimen, mantengan sus esperanzas brillantes. Ahora tengo 84 años y espero vivir otros 10 o 15 años. Haré lo mejor que pueda; confío en que todos ustedes también lo harán».
El Secretario de TIPA ofreció palabras de agradecimiento para poner fin a la ocasión. Expresó su agradecimiento a Su Santidad por venir y a todos los que habían brindado su apoyo. Terminó con el deseo de que todos los obstáculos a la larga vida de Su Santidad fueran disipados y que la paz floreciera en el mundo.
Varios grupos de la audiencia posaron para fotografiarse con Su Santidad, que luego descansó en el balcón del edificio que da al patio. Miembros del público y artistas de TIPA se reunieron espontáneamente abajo y cantaron canciones quejumbrosas para la larga vida de Su Santidad y para la paz en el mundo.
Desde TIPA, Su Santidad subió la colina para visitar el nuevo hotel Hyatt Regency Dharamsala Resort. Fue recibido por uno de los principales socios de la empresa, el Sr. GS Bali, quien presentó a miembros de su familia y amigos. Su Santidad otorgó sus bendiciones cortando una cinta en la puerta y encendió una lámpara tradicional en el vestíbulo. Luego fue obsequiado con un suntuoso almuerzo, después de lo cual condujo por los sinuosos caminos a través del bosque de regreso a su residencia.