Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana, después de entrar en la sala desde la que transmiten las enseñanzas por internet, Su Santidad el Dalái Lama se quedó en silencio contemplando las imágenes de los miembros de su audiencia en tres lugares de Mongolia: Ulaanbaatar, Erdenet y Bayankhongor. Luego saludó y se sentó.
Una joven mongola que coordinaba el acto presentó a Lamiin Gegeen Rinpoché quien, hablando en tibetano, ofreció a Su Santidad saludos en nombre de todo el pueblo mongol. Mencionó lo agradecidos que habían estado cuando Su Santidad aceptó darles clases el pasado mes de diciembre, evento que no pudo llevarse a cabo debido a la pandemia de Covid. Además, le dio las gracias por haber aceptado hablar hoy a los jóvenes mongoles sobre el budismo y la ciencia.
A continuación, el Secretario General de la Unión de Estudiantes de Mongolia saludó a Su Santidad en nombre de los estudiantes mongoles.
«Hoy —comenzó Su Santidad—, lo que consideramos como la Gran Tierra de Mongolia incluye Mongolia Exterior e Interior, Kalmykia, Buryatia y Tuva. Es donde vive un gran número de mongoles étnicos con los que tenemos fuertes conexiones históricas. Saludo a todos ustedes.
»El Buda profetizó que su enseñanza viajaría de norte a norte, lo que entendemos que significa primero el Tíbet y luego Mongolia. Históricamente, los mongoles han sido practicantes del budismo y ha habido conexiones únicas entre nosotros.
»Gendun Drub, el primer Dalái Lama, estudió con Jé Tsongkhapa y rezó para poder mantener sus enseñanzas. Fundó el monasterio de Tashi Lhunpo y extendió su influencia por todo Tsang. Gendun Gyatso fundó el monasterio de Chökhorgyal, asociado a Palden Lhamo, y tuvo influencia en Lhoka y Dagpo. El tercer Dalái Lama, Sonam Gyatso, fue a Mongolia, donde difundió las enseñanzas fomentando el estudio, la reflexión y la meditación. Se le dio el título de Dalái Lama. Así es como los mongoles desarrollaron una conexión especial con los Dalái Lama.
»En una época había 100.000 monjes en el país, pero en el siglo XX os enfrentasteis a enormes sufrimientos y penurias. Cuando pude hacer la primera de varias visitas a Mongolia, fui testigo de vuestra asombrosa fe. Me senté en el trono del monasterio de Gandan y al observar que los abades y monjes ancianos lloraban mientras recitaban fervientemente sus oraciones, no pude evitar derramar alguna lágrima también.
»Sin embargo, la fe por sí sola no lo es todo. El propio Buda aconsejó: "Monjes y eruditos, tal como examináis bien el oro quemándolo, cortándolo y raspándolo, es así como debéis aceptar mi palabra, no por respeto a mí". La fe adquiere firmeza cuando se basa en la comprensión.
»El budismo también se extendió a Sri Lanka, Birmania, etc., donde los seguidores de la Tradición Pali depositan su fe principalmente en la palabra del Buda. En el Tíbet, sin embargo, el rey Trisong Detsen invitó a Shantarakshita de la India. Éste introdujo la tradición de Nalanda, que hacía hincapié en el examen de las enseñanzas a través de la lente de la lógica y la razón. Este es el enfoque que se transmitió a Mongolia.
»En el pasado, los tibetanos no tenían ninguna relación con los científicos y en China había quienes desechaban el budismo tibetano por considerarlo basado en la fe ciega. Sin embargo, en el exilio hemos conocido a eruditos y científicos y nos hemos dado cuenta de que la postura de la tradición de Nalanda de no aceptar nada sin antes comprobarlo es afín al método científico. En las conversaciones con los científicos, hemos aprendido mucho, pero tienen poco que decirnos en cuanto a la psicología y el funcionamiento de la mente y las emociones.
»Es importante entender el enfoque razonado de la tradición de Nalanda y también apreciar que al integrar lo que aprendemos dentro de nosotros mismos encontraremos paz mental. Al igual que observamos una higiene básica para preservar nuestra salud física, podemos aprender a aplicar la higiene emocional para reducir nuestras emociones de ira, miedo y ansiedad. Parte de esto también implica cultivar la compasión, que es la esencia de las enseñanzas del Buda.
»Siempre que tengan la oportunidad, sería bueno que los que están en Mongolia Exterior pudieran ayudar a la gente de Mongolia Interior y a los manchúes, que han sido tradicionalmente budistas.
»Hemos publicado libros que recopilan la ciencia y la filosofía budistas tal y como se revelan en las colecciones literarias del Kangyur y el Tengyur. Se han traducido a otros idiomas, incluido el chino. He recibido informes de que algunos profesores de universidades chinas que han leído estos libros han quedado impresionados por el enfoque científico del budismo tibetano y de la tradición de Nalanda en la que se basa».
Su Santidad dijo a su público que eso era lo que quería decir y los invitó a hacer preguntas. En respuesta a la primera, sobre cómo conciliar el budismo con la ciencia moderna, explicó que el budismo puede considerarse una ciencia de la mente porque muestra cómo abordar las emociones nocivas de una manera científica. Señaló que, en general, la ciencia se ocupa del mundo perceptible por nuestros sentidos, pero ahora que empiezan a interesarse por el funcionamiento de la mente, los científicos se sienten intrigados por las teorías budistas. Mientras tanto, la ciencia contradice la cosmología budista tradicional.
Mencionó que la física cuántica afirma que los fenómenos no existen como parecen existir y que hay una brecha entre la apariencia y la realidad. Esto es evidente si los consideramos a nivel subatómico. Su Santidad recordó que el reputado físico nuclear indio Raja Ramanna le dijo que mientras las observaciones de la física cuántica eran nuevas en Occidente, las ideas que las sustentan se conocían en la India hace más de 2000 años. Citó unos versos de la obra de Nagaryuna para respaldar su argumento.
Su Santidad reiteró que mientras la ciencia se ocupa principalmente de los objetos materiales, el budismo se centra en el funcionamiento de la mente y en abordar las emociones nocivas. Destacó la importancia de reconocer la unidad de la humanidad, que puesto que todo ser humano quiere ser feliz y nadie quiere sufrir, todos necesitamos encontrar la paz mental. Añadió que, en este contexto, el budismo, al igual que la ciencia, emplea la razón y la investigación.
Una pregunta sobre el cuidado de los ancianos hizo que Su Santidad reconociera el valor de la experiencia de las personas mayores y de su ejemplo y consejos. Sin embargo, dado que ya no son capaces de trabajar y cuidar de sí mismas como cuando eran jóvenes, es importante servirlas y ayudarlas.
Cuando se le pidió que definiera a un budista del siglo XXI, Su Santidad sugirió que una persona así aceptaría los descubrimientos científicos en lugar de adherirse ciegamente a la cosmología budista tradicional. Ser un budista del siglo XXI, prosiguió, también implica aprender acerca de los diferentes estados mentales en términos de lógica y razón. Recordó su propia experiencia de aprendizaje sobre la mente y la conciencia, así como sobre la razón y la lógica, cuando era joven.
Aunque estas tradiciones se han mantenido en los monasterios y conventos budistas, los conocimientos que conllevan pueden enseñarse en las escuelas y otros centros de aprendizaje. Declaró que la tradición budista, especialmente en lo que se refiere a la perfección de la sabiduría, la filosofía Madhyamaka, la epistemología y la lógica es algo de lo que hay que estar orgullosos. Esto es lo que estudian los monjes y monjas mongoles y tibetanos. Hoy en día hay unos 1.000 monjes mongoles que estudian en el monasterio de Drepung Gomang, en el sur de la India. Están descubriendo que la ciencia moderna y el budismo no se contradicen y que apoyarse en la lógica y la razón aporta apertura académica.
Comentando sobre la superstición, Su Santidad mencionó que de niño le tomaban el pelo sobre si había fantasmas en los oscuros pasillos del Palacio de Potala. Contó una historia sobre Milarepa solo en su cueva. En una ocasión sintió un escalofrío al aparecer una ogresa en forma de perro que le mordió. La ogresa le reprendió diciendo que sólo la percibía porque era supersticioso.
Por último, se le preguntó a Su Santidad si es necesario ser budista para estudiar budismo. Respondió que si se cree en el renacimiento, la liberación y la omnisciencia, se es budista. Sin embargo, al igual que no es necesario ser budista para ser una persona moral o ética, tampoco es necesario ser budista para aprender a atajar las emociones destructivas y lograr la paz mental.
El coordinador puso fin a la sesión agradeciendo a Su Santidad por sus palabras dedicadas a los estudiantes mongoles. Le deseó una larga vida. «Gracias —respondió—, hasta mañana».