Al recibir la noticia de que su amigo el Dr. Aaron Beck había fallecido a la edad de 100 años, Su Santidad el Dalái Lama escribió a la hija del Dr. Beck, Judith, para expresarle sus condolencias a ella, a su madre y a otros miembros de su familia.
«Su padre vivió verdaderamente una vida significativa —escribió—. Como sabe, a lo largo de los años él y yo tuvimos la oportunidad de reunirnos en varias ocasiones, lo que incluía visitarlo en su casa de Filadelfia. Disfrutábamos conversando sobre asuntos de interés mutuo, en particular sobre el funcionamiento de la mente y cómo esa comprensión puede emplearse para ayudar a las personas a llevar vidas felices y satisfactorias. Aprecio profundamente su extraordinaria contribución al campo de la salud mental».
Su Santidad terminó su carta diciendo: «Estoy seguro de que el Instituto Beck, que su padre fundó en colaboración con usted, seguirá impulsando su valiosa labor. Esta será seguramente la mejor manera de rendirle homenaje y celebrar su vida».