Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Su Santidad el Dalái Lama abrió el tercer día de su actual conjunto de enseñanzas anunciando que pensaba dar los votos de bodisatva a modo de final auspicioso.
«Hago estos votos todos los días —explicó—. Hay 18 votos raíz y 46 compromisos menores que deben cumplirse. El Gurú Yoga de las Seis Sesiones enumera los 18 votos raíz y aclara que, en el caso de un lapso de disciplina, si los cuatro factores vinculantes no están completos, el voto no se pierde».
Su Santidad leyó primero los últimos versos del capítulo dos del Comentario sobre la cognición válida - Establecimiento del guía fiable.
«El Buda es alguien que se entrenó en el camino —observó—. Hizo un progreso constante. En comparación, los seres ordinarios estamos ofuscados por actitudes egoístas. Shantideva lo deja claro en su Modo de Vida de los Bodisatvas.
»¿Hace falta decir más?
Los infantiles se ocupan de sí mismos,
los Munis obran por el bien ajeno:
mirad la diferencia entre ellos. 8/130
»La clave es pensar en buscar la felicidad para todos los seres y no perjudicar a nadie.
»Cualquier alegría que haya en este mundo
viene de desear que los demás sean felices,
y cualquier sufrimiento que haya en este mundo
proviene de desear mi propia felicidad. 8/129
»Si no intercambio mi felicidad
por el sufrimiento de los demás,
no sólo no alcanzaré la budeidad,
tampoco en el samsara tendré felicidad. 8/131
»Si sólo piensas en ti mismo, no serás feliz. Pensar en los demás y cultivar la mente del despertar o bodichita ayuda a purificar las negatividades y a acumular méritos. Apreciar a los demás como a uno mismo aporta valor y fuerza interior».
Su Santidad se tomó tiempo para responder a las preguntas que le formularon los miembros del público sobre diversos temas. En sus respuestas les dijo que el uso de la razón y la lógica tiene su propio beneficio especial porque puede utilizarse para disipar las dudas sobre la práctica principal.
Señaló que cuando Atisha llegó al Tíbet, enseñó la Lámpara para el camino a la iluminación. De ahí surgió el género de literatura de las Etapas del Camino que incluye los Tratados Grandes, Medianos y Concisos de las Etapas del Camino a la Iluminación de Lama Tsongkhapa. Su Santidad sugirió que, dado que existe una afinidad general por la tradición Geluk en Taiwán, sería bueno complementar el estudio de estos libros con el de El Ingreso al Camino Medio de Chandrakirti y el de El Modo de Vida de los Bodisatvas de Shantideva. Luego añadió que, para quien tubiera la oportunidad, sería bueno estudiar también libros pertenecientes a las otras tradiciones tibetanas.
«Cuando hacíamos retiros en el Potala —recordó—, había todo tipo de pinturas thangka colgadas en mi habitación. Una representaba al gran yogui Milarepa. Leí la historia de su vida en aquella época y me pareció realmente inspiradora».
Con respecto a las vidas pasadas y futuras, Su Santidad observó que dependen del continuo de la mente. Cuando morimos, los elementos burdos de nuestro ser físico y la conciencia burda se disuelven unos en otros. Luego hay experiencias descritas como apariencia blanquecina, aumento rojizo y preeminencia negra, tras lo cual se manifiesta la claridad y la conciencia de la mente más sutil. Esta es la conciencia que llega a la budeidad.
Cuando se planteó otra pregunta sobre la manifestación de la luz clara innata en el momento de la muerte, Su Santidad aclaró que experimentamos diferentes estados mentales. Nuestro estado normal de vigilia, dominado por la conciencia de los sentidos, es relativamente burdo. El estado de sueño es más sutil y el del sueño profundo es más sutil aún. Finalmente, la respiración se detiene y se manifiesta la mente más sutil de la luz clara.
Su Santidad mencionó el fenómeno del thukdam, la meditación post mortem en la que los meditadores avanzados permanecen absortos en esa luz clara. Mientras eso ocurre, su cuerpo físico permanece fresco. Informó de que científicos de la Universidad de Moscú han puesto en marcha un proyecto para investigar este fenómeno y explicar lo que ocurre desde un punto de vista científico.
Su Santidad reiteró que una de las emociones nocivas que más fácilmente perturban nuestra paz mental es la ira. Sin embargo, cuanto más trabajemos para cultivar la bodichita, más se reducirá nuestra ira y más se restablecerá nuestra paz mental. Cuando nosotros experimentemos esa paz, ejerceremos un efecto beneficioso en nuestra familia y en los que nos rodean.
Aunque normalmente no pensamos en ellas de este modo, emociones como la ira, el orgullo y los celos perturban nuestra mente. Todas estas emociones nocivas derivan del egocentrismo, como se afirma en la Ofrenda al Maestro Espiritual (Lama chöpa):
Esta enfermedad crónica del egocentrismo
es la causa del sufrimiento no deseado.
Que percibir esto, me inspire para culpar,
y destruir este monstruoso demonio del egoísmo.
Ya que el egocentrismo es la puerta de entrada a todo tormento,
mientras que el cuidado de mis madres es la base de todo lo bueno,
inspírame para que el núcleo de mi práctica sea
el yoga de intercambiarme con los demás.
Cuando se le preguntó cómo cultivar el respeto por un maestro espiritual, Su Santidad se refirió a los consejos del Gran tratado sobre las etapas del camino a la iluminación, cuya esencia es que aquellos que han de disciplinar a otros necesitan primero ser disciplinados ellos mismos.
Confirmó que es posible presentar las enseñanzas budistas de forma académica y que las personas laicas son muy capaces de ponerlas en práctica. Señaló que cuanto más practiquemos y más integremos las enseñanzas en nuestra mente, más claros serán sus beneficios.
Su Santidad aconsejó que los responsables de grandes sufrimientos en Xinjiang y el Tíbet, las personas que han destruido monasterios y han matado brutalmente a muchos practicantes han creado un karma tan negativo que merecen ser objeto de profunda compasión y no de odio.
Tras animar a sus oyentes a trabajar diariamente para cultivar la mente del despertar o bodichita y la comprensión de la vacuidad, Su Santidad comentó que una de las cualidades de nuestras mentes es que pueden familiarizarse fácilmente con la virtud.
«Cuanto más nos familiaricemos con determinadas prácticas —dijo—, mayor será la transformación que veremos en nosotros mismos. Cuando era niño, no sabía nada de la bodichita ni de la vacuidad, pero a medida que fui creciendo, llegué a apreciar lo valiosas que son. Descubrí que estas dos prácticas son una verdadera fuente de paz mental.
»Un ejemplo de familiarización es la forma en que los tibetanos aprenden desde la infancia a no dañar sino a proteger incluso a criaturas diminutas como los insectos. Los educan para tener presente que todos los seres sensibles quieren ser felices y que ninguno quiere sufrir».
Como respuesta a una pregunta sobre la comunidad monástica, Su Santidad comentó que los que han abandonado el modo de vida familiar mantienen los votos de liberación individual, que implican la restricción de su conducta corporal y verbal. Uno de los resultados es que no hacen ningún daño. Distinguió entre los que se sumaron a una comunidad monástica como resultado de su propia voluntad e interés y los que fueron colocados en dicha comunidad por sus padres cuando eran jóvenes. Sugirió que quizá sea comprensible que estos últimos pierdan el interés por esa forma de vida.
Por último, Su Santidad dirigió la ceremonia de entrega del voto del bodisatva. Pidió a los asistentes que repitieran tres veces las estrofas correspondientes y luego les aconsejó que imaginaran que recibían un conjunto de votos idéntico al que tenía el maestro.
«Si mantienen estos votos, se sentirán relajados y tranquilos. Dormirán tranquilos y contribuirán a la verdadera paz en el mundo».