Shewatsel, Leh, Ladakh, UT, India - Más de 6.500 miembros de la comunidad tibetana que vive en Ladakh, entre los que se encontraban niños y niñas en edad escolar, así como nómadas del Changtang (los Planes del Norte) de Ladakh, se reunieron hoy en la Escuela de la Aldea Infantil Tibetana de Choglamsar, en las afueras de Leh. Dieron la bienvenida a Su Santidad el Dalái Lama con una serie de actuaciones de canto y baile. En el discurso que Su Santidad les dirigió, recordó las circunstancias que le llevaron a él y a decenas de miles de tibetanos a buscar refugio en la India.
«Uno de los factores que desencadenó el levantamiento de Lhasa en marzo de 1959 fue que las autoridades militares chinas destacadas en Lhasa me invitaron a asistir a un espectáculo de artistas chinos recién llegados. Yo había aceptado ir. Sin embargo, en cuanto el pueblo tibetano se enteró de las condiciones de la invitación establecidas por el general chino al mando (que yo no debía ir acompañado de ningún guardaespaldas), dejó claro que no lo permitiría.
»Para entonces, los tibetanos habían dejado de confiar en las autoridades comunistas por completo y habían perdido la esperanza en que las circunstancias mejoraran. En consecuencia, más de 10.000 tibetanos rodearon el Palacio de Norbulingka para defenderlo. Además, me rogaron que no fuera al campamento militar chino bajo ninguna circunstancia.
»Mientras tanto, los representantes de los militares chinos pidieron a mis oficiales que les dijeran exactamente en qué lugar del palacio me alojaba para que pudieran evitar bombardear ese edificio si se sentían obligados a atacar. Se trataba de una petición claramente ambigua que no tranquilizaba a nadie.
»Tras pedir consejo a varias fuentes, incluida una adivinación mística, decidí abandonar el Norbulingka la noche del 17 de marzo hacia las 22 horas. Antes de irme, me despedí del protector Mahakala, cuya estatua se encontraba en una de las salas de oración.
»Hacia el final de nuestro precario viaje hacia la libertad, al acercarnos a la frontera con la India, cerca de Tawang, recibimos un mensaje de que el Gobierno de la India nos daría la bienvenida. Fue un gran alivio ser recibidos por funcionarios indios, entre ellos algunos amigos que conocí cuando llegué a la India para sumarme a las celebraciones del Buda Jayanti en 1956.
»Aunque éramos refugiados que venían al exilio, nos trataron como "invitados de las personas y del Gobierno de la India". Su amabilidad con nosotros durante más de seis décadas ha sido inmensa. Les estaremos siempre agradecidos».
Su Santidad citó una estrofa de la Oración Final de Dedicación del Gran Tratado sobre las Etapas del Camino a la Iluminación de Lama Tsongkhapa:
Que durante mis sinceros esfuerzos en las diez
actividades del vehículo supremo, el Mahayana,
me ayuden siempre poderosas deidades y que
un océano de buena suerte se extienda por doquier.
Su Santidad añadió que a lo largo de todos estos años se ha guiado por una aspiración que Tsongkhapa hace en otra parte del mismo texto:
Que pueda yo, fuertemente movido por una gran compasión,
iluminar la preciosa enseñanza del Buda, el tesoro del bienestar
y la felicidad, allí donde no se haya extendido antes,
y donde, tras haberse extendido, haya decaído.
Su Santidad describió el espíritu de las gentes tibetanas como imperturbable. Afirmó que su fe y confianza en él son inquebrantables. Además, dijo, los tibetanos están muy unidos y son muy resistentes gracias a su enfoque de la vida.
«Los pueblos de las regiones del Himalaya —continuó Su Santidad— comparten la misma herencia cultural budista con los tibetanos. Debido a su firme valentía, los comunistas chinos están cuestionando su política con respecto a los tibetanos. Entre los eruditos y los científicos, hay un gran interés por aprender de nuestra tradición, en particular en lo que respecta al conocimiento sobre la mente y las emociones, y los medios para hacer frente a las emociones destructivas.
»Los tiempos están cambiando y la verdad prevalecerá. Hay indicios de que la situación cambiará a mejor en China dentro de poco. Por lo tanto, por favor, manténganse fuertes y conserven su sentido de hermandad. Siéntanse alegres y permanezcan tranquilos».
Dirigiéndose a las personas de los Himalayas, Su Santidad les instó a interesarse activamente por las enseñanzas de Buda escuchando a los maestros y leyendo libros, reflexionando sobre lo que han aprendido y meditando sobre lo que han comprendido.
Para concluir, Su Santidad dijo que le complacía ver tantos rostros jóvenes entre el público, una indicación del brillante futuro que les espera.