Bodhgaya, Bihar, India - Esta mañana, mientras el sol flotaba en el cielo brumoso sobre el templo de Mahabodhi, Su Santidad el Dalái Lama se desplazaba en un carrito de golf desde el monasterio tibetano de Gaden Phelgyeling hasta el templo de Wat-pa Thai. Sonreía y saludaba a las personas que se alineaban en el camino en varias filas de profundidad sosteniendo pañuelos de seda o flores en sus manos cruzadas.
Su Santidad fue calurosamente recibido por los monjes del templo y escoltado al interior. Fue invitado a consagrar una estatua del Buda antes de tomar asiento en la plataforma entre otros invitados entre los que se encontraban Ven. Dr. Warakagoda Dhammasiddhi, Sakya Gongma Trichen Rinpoché y el Gaden Tri Rinpoché.
Se entonaron oraciones budistas de refugio en pali, seguidas de la recitación del Sutra del corazón en tibetano.
En su discurso de bienvenida, Ven Khensur Lobsang Gyaltsen presentó en primer lugar sus respetos y expresó su agradecimiento a Su Santidad y a los principales invitados por su presencia. Explicó que el Programa Internacional de Intercambio de Bhikkhus de las tradiciones en Pali y en Sánscrito, de cinco años de duración, que se inaugura hoy, se ha organizado en cumplimiento parcial del compromiso de Su Santidad de promover los valores humanos, fomentar la armonía entre las tradiciones religiosas del mundo, asegurar la preservación de la cultura tibetana e impulsar un renacimiento de la conciencia del valor del antiguo conocimiento indio.
«Todos somos seguidores de Buda Shakyamuni —declaró—, y lograr la paz mundial es nuestro objetivo común. El programa pretende fortalecer las relaciones entre los seguidores de las tradiciones pali y sánscrita, permitir que aprendendan unos de otros».
Ven. Dr. Phra Bodhinandhamunee, abad del templo de Wat-pa, expresó su agradecimiento por ser ésta la tercera ocasión en la que Su Santidad bendecía a la comunidad. Señaló que el programa de intercambio de cinco años iba a comenzar hoy desde este mismo templo.
El Ven. Dr. Dhammapiya, secretario general de la Confederación Budista Internacional, señaló que el Buda habló de un camino, un dhamma, por lo que debemos mantener nuestros corazones y mentes abiertos y apreciar cómo ha evolucionado el budismo en el conjunto de países budistas.
«Conectemos unos con otros —instó y señaló un eslogan que vio ayer en el aeropuerto: “Una Tierra, una familia, un futuro”—. Sobre esta base podemos crear un mundo pacífico y armonioso».
El invitado principal, Most Ven. Dr. Warakagoda Dhammasiddhi, que estaba sentado junto a Su Santidad, elogió la intención de crear un entendimiento mutuo entre las diferentes culturas budistas con una interacción más estrecha entre sus monjes. Expresó su deseo de transmitir la sincera gratitud de la Maha Sangha de Sri Lanka por esta preciosa oportunidad.
El lanzamiento formal del programa de intercambio tuvo lugar con el despliegue de pancartas por parte de los principales invitados y la firma de una declaración de intenciones.
A continuación, se invitó a Su Santidad a dirigirse a los presentes:
«Todos los que estamos aquí reunidos en este lugar sagrado de Bodhgaya somos seguidores de Buda. Todos intentamos poner en práctica sus enseñanzas basándonos en la comprensión de los cuatro sellos.
»Todos los fenómenos compuestos son transitorios. Todos los fenómenos contaminados son insatisfactorios o de la naturaleza del sufrimiento. Todos los fenómenos son vacíos y carentes de entidad. El nirvana es la paz verdadera.
»Todos queremos ser felices, por lo tanto debemos buscar la amistad y la armonía entre nosotros. Puesto que la práctica religiosa consiste en cultivar la buena voluntad y el afecto, es muy triste cuando somos testigos de peleas entre miembros de una u otra tradición. En lo que a nosotros respecta, debemos hacer todo lo posible por seguir sinceramente las enseñanzas del Buda. Si el Buda nos observara discutiendo o criticándonos unos a otros, creo que nos pediría que no lo hiciéramos.
»Seguimos al mismo maestro y esencialmente la misma enseñanza, por lo tanto, hay muchas razones para que haya armonía entre nosotros, ya pertenezcamos a la tradición pali o a la sánscrita.
»Cuando miro la imagen del Buda en la pared de allí y veo la posición de sus manos, recuerdo que no indican que nos acariciara la cabeza, ni que cerrara el puño para golpearnos. Eran enseñanzas que nos daba y nos animaba a ponerlas en práctica. Esto significa practicar con constancia día a día. Así es como nosotros también podemos llegar a ser como el Buda.
»El Buda nos enseñó que todo el ciclo de las existencias está vacío de cualquier núcleo esencial. En consecuencia, es posible purificar a fondo la mente. He intentado ser un practicante sincero y seguir las enseñanzas del Buda en mi propia vida. Como indica el mantra del Sutra del corazón, aplicando lo que el Buda enseñó nosotros mismos también podemos avanzar hacia la iluminación. Este es un objetivo que deseo cumplir y busco las bendiciones del Buda para tener éxito en ello.
»Puede que existan algunas diferencias entre nuestras distintas tradiciones, pero lo importante es que todos somos seguidores del mismo maestro. Por lo tanto, es esencial que seamos amistosos y respetuosos unos con otros.
»Yo trato de cultivar cada día la mente que aspira al despertar o bodichita y la comprensión de la vacuidad, y les insto a ustedes también a que traten de cultivar un estado mental altruista. Me motiva la siguiente oración:
»Donde no hayan llegado las enseñanzas más preciosas
o allí donde, tras llegar, hayan declinado,
que con gran compasión y una mente fervorosa,
revele este tesoro de felicidad y ayuda.
»Sean cuales sean las circunstancias, siempre es importante cultivar un corazón bondadoso».
El Ven. Dr. Ratneswar Chakma, Secretario General de la Sociedad Budista Thai-Bharat, anunció a modo de conclusión:
«Es para mí un gran placer dar las gracias a todos los que han participado en la inauguración de este programa de intercambio. Doy las gracias a los invitados, y especialmente a Su Santidad, por haberse sumado hoy a nosotros. También doy las gracias a los organizadores y a la Oficina de Su Santidad el Dalái Lama por su apoyo.
»Que todos los seres sean felices y estén bien».
Una vez tomadas las fotografías conmemorativas, se invitó a todos los presentes a un delicioso almuerzo.