Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - «Hoy voy a dar la parte principal de la iniciación de Avalokiteshvara —anunció Su Santidad el Dalái Lama cuando tomó asiento en el trono—. Avalokiteshvara es la encarnación de la compasión de todos los Budas. Desde la época de los grandes Reyes del Dharma, los tibetanos han disfrutado de una conexión especial con el que ellos conocen como Chenrezig» y se consideran sus discípulos.
Su Santidad repitió la historia del Kyirong Jowo, la estatua de Wati Sangpo que ha hecho instalar en el Templo mientras dure la recogida de mantras Mani. En el Tíbet había una célebre estatua de Avalokiteshvara en el Potala, otra en el Jokhang, y una tercera era la de Wati Sangpo. Cuando el Quinto Dalái Lama realizó un retiro de Avalokiteshvara, reunió las tres y experimentó visiones de deidades que emergían del corazón del Wati Sangpo. Los monjes de Dzongkar Chödé dicen que se pueden ver diferentes expresiones en su rostro y Su Santidad dice que ha notado que parece sonreír cuando hace oraciones relacionadas con la bodichita.
Hablar de sonrisa le recordó a Su Santidad a una rima que se repite cuando a los niños se les caen los dientes de leche. «Que no me salgan dientes de caballo ni de burro, que me salgan dientes de oveja». Reveló que no ha perdido ninguno de sus dientes, pero que no tenía muelas del juicio. «Sin embargo, tengo sabiduría —comentó—. Soy un Bhikshu, un monje totalmente ordenado en la tradición budista, recibí mi ordenación de Kyabjé Ling Rinpoché en el Jokhang de Lhasa.
»También he estudiado los textos clásicos. Cuando era joven memoricé el Ornamento para la realización clara y el Ingreso al camino medio. Más tarde, descubrí lo valiosos que son la Sabiduría Fundamental del Camino Medio de Nagarjuna y el Ingreso al camino medio de Chandrakirti».
Informó de que todos los días reflexiona sobre los versos 34, 35 y 36 del capítulo sexto del Ingreso al camino medio. También piensa profundamente en los versos del Modo de Vida de los Bodisatvas, de Shantideva.
Cualquier alegría que haya en este mundo
viene de desear que los demás sean felices,
y cualquier sufrimiento que haya en este mundo
proviene de desear mi propia felicidad. 8/129
¿Hace falta decir más?
Los infantiles se ocupan de sí mismos,
los Munis obran por el bien ajeno:
mirad la diferencia entre ellos. 8/130
Por eso, yendo de felicidad en felicidad
montado en el caballo de la bodichita,
que elimina toda pena y fatiga,
¿qué sabio podría desanimarse? 7/30
«La tranquilidad es buena para la salud. Esa es una de las razones por las que les recomiendo a los estudiantes que aprendan a desarrollar la paz mental. Además, puede que alguien tenga un rostro hermoso, pero si lleva una expresión de enfado, nadie pensará que es guapo. En cambio, solo por sonreír, de repente ya somos más atractivos. ¿Y cómo se consigue la calma y la tranquilidad? Siendo más considerados con el bienestar de los demás».
Con respecto a las enseñanzas secretas del Vajrayana, Su Santidad observó que ponemos fin a las apariencias ordinarias del yo y de los fenómenos cultivando el orgullo divino. Un recordatorio de ese secreto es el uso de la venda roja durante la iniciación. El siguiente paso en el proceso fue que los discípulos generaran la mente del despertar o bodichita. Su Santidad señaló que todos tenemos una semilla de compasión que podemos alimentar y extender ilimitadamente para incluir no sólo a nuestros oponentes, sino a todos los seres sensibles en la extensión del espacio.
Tenía claro que si nos guiamos por la mente del despertar o bodichita, seremos felices, relajados y conscientes. Si cultivamos la sabiduría y el método, acabaremos alcanzando la Budeidad.
«Cuando era niño —dijo Su Santidad—, no estaba muy interesado en estudiar. Pero esto cambió cuando crecí, con el estímulo de mis tutores y de Khunu Lama Rinpoché. Después de recibir la bodichita de él, la he cultivado asiduamente todos los días. Podría pensar: 'Lo que Su Santidad considera valioso, yo también lo practicaré’».
Pasando al aspecto de la sabiduría del camino, Su Santidad afirmó que no hay nada que no se designe en base a otros factores.
«Trata de precisar el 'yo' —aconsejó—. Verás que no puedes encontrarlo en ninguna parte dentro del cuerpo, ni en el exterior. Esto se debe a que todo es dependiente, meramente designado. Los fenómenos no tienen un estatus independiente u objetivo».
»Todos los días, al levantarme, medito en la bodichita y la vacuidad, lo que me tranquiliza. Nada más levantarme recito la Alabanza al Surgimiento Dependiente y el mantra OM MANI PADME HUM, mientras visualizo a Avalokiteshvara en mi hombro derecho y a Tara en el izquierdo».
A continuación, Su Santidad condujo a la congregación a través de la generación de la mente del yoga omnicomprensivo (sarva yoga bodichita), que implica cultivar primero la bodichita y visualizar esa mente como un disco de luna llena en el corazón. A continuación, recomendó a sus oyentes que reflexionaran sobre la vacuidad y que visualizaran la comprensión alcanzada como un vajra blanco de pie sobre el disco lunar.
Se concedieron las iniciaciones del agua y de la corona. Se transmitió el mantra y se entregaron los símbolos de un monarca universal y los siete emblemas reales, que se asocian a dar enseñanzas a los demás. Con ello se completó la iniciación de Avalokiteshvara.
«Como personas con una conexión especial con Avalokiteshvara —añadió Su Santidad—, los tibetanos recitamos el Mantra de las Seis Sílabas incluso cuando somos muy jóvenes. He imaginado a todos los seres sensibles como beneficiarios de la iniciación hoy, pero especialmente a las personas del País de las Nieves, a las personas del Tíbet, a las personas que recitan la estrofa compuesta para rezar por mi larga vida. Rezo para que reciban las bendiciones de Avalokiteshvara.
»Hemos estado mucho tiempo en el exilio, pero hemos podido servir a los seres sensibles mucho más que si hubiéramos permanecido en el Tíbet. Hoy en día, la mayoría de nosotros podemos comunicarnos fácilmente con todo el mundo, pero los tibetanos del Tíbet luchan bajo un régimen autoritario. Se ven limitados a la hora de servir a los demás como podrían haberlo hecho en otras circunstancias. Mientras tanto, los que estamos en el exilio hemos podido beneficiar ampliamente a los demás.
»Como he dicho, he imaginado que aquellos en el Tíbet que tienen fe en mí han recibido esta iniciación hoy. Del mismo modo, he imaginado a los que tienen fe en China, donde el interés por el budismo es cada vez mayor.
»Que yo, movido por la compasión, ilumine la enseñanza de Buda allí donde ha decaído. Que donde se ha extendido en el pasado, la reviva, y que haga que se extienda donde no se ha extendido antes.
»Por favor, estén tranquilos y sean felices. Su Santidad el Dalái Lama tiene ahora 87 años, aunque mi cara no lo muestra, ¿verdad? Viviré otros 15 o 20 años. Soy un invitado de la India y me siento relajado aquí. Mis rodillas no están muy bien, pero no son lo importante. Incluso desde una silla de ruedas podré hablar.
»La cuestión del Tíbet se resolverá. Dondequiera que estén, piensen en la bodichita y la vacuidad. Si lo hacen, aumentarán su acumulación de mérito y sabiduría y, cuanto más lo hagan, más ayudarán a la causa tibetana.
»Cuando fui a China vi muchos templos budistas y escuché muchas historias sobre Avalokiteshvara. China es el país más poblado del mundo y si el Budadharma puede revivir allí será bueno. Por favor, sean felices».
Se recitaron oraciones mientras Su Santidad completaba los ritos finales de la iniciación. Incluyeron la oración de una sola estrofa por su larga vida:
En la Tierra rodeada de montañas nevadas,
eres la fuente de todo beneficio y felicidad,
poderoso Chenresig Tenzin Gyatso,
permanece hasta que finalice el samsara.