Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Nada más tomar asiento esta mañana, Su Santidad el Dalái Lama se dirigió a los monjes, monjas y laicos coreanos que llenaban el templo ante él.
«Mis queridos hermanos y hermanas coreanos, a pesar de la guerra y las tensiones políticas, habéis mantenido vuestra fe en la práctica del Dharma. Corea del Norte confía en el uso de las armas. Es una amenaza grave, pero todos tenemos la responsabilidad de trabajar para llevar la paz a la península de Corea. Por favor, hagan todo lo posible para resolver el conflicto entre ustedes y el norte de la península.
»El budismo adopta una visión amplia que tiene en cuenta a todos los seres sensibles y sobre esa base podemos establecer la paz en el mundo. Tiene que estar arraigada en la paz mental. El Buda enseñó acerca del funcionamiento de la mente con gran detalle. Explicó que es la erupción de emociones como la ira, la codicia, los celos y demás lo que perturba nuestra mente. Una forma sencilla de contrarrestar estas aflicciones es cultivar un buen corazón.
»Esta mañana haré una introducción al Budadharma y podremos meditar juntos: una meditación analítica seguida de una meditación de concentración. En primer lugar, podemos sentarnos en la postura de siete puntos de Vairochana con las piernas cruzadas; las manos en el gesto de la absorción meditativa, con las palmas hacia arriba, la derecha sobre la izquierda; la espalda recta; los hombros descansando uniformemente; la cabeza ligeramente inclinada hacia delante; la lengua tocando el paladar superior y los ojos ligeramente abiertos.
»Todas nuestras tradiciones religiosas tienen buenas cualidades y las respeto todas, pero el budismo y otras antiguas tradiciones indias hacen de la meditación una parte importante de la práctica. La meditación nos permite mantener un estado mental relajado.
»Primero, llevamos a nuestra mente a un estado neutro, luego cultivamos estados mentales positivos como la mente que aspira al despertar o bodichita y la visión de la vacuidad. Otras tradiciones indias postulaban la existencia de un "yo" independiente. El Buda negó que existiera tal "yo" separado del cuerpo y la mente. Tenemos que preguntarnos: "¿Dónde está este 'yo'?" Cuando respondemos a la pregunta "¿De quién son el cuerpo y la mente?" con la palabra 'Míos', tenemos que preguntarnos: "¿Dónde está el 'yo' o la persona que los posee?" Pero no podemos encontrarlo en el cerebro ni en ninguna otra parte del cuerpo. Meditemos sobre ello.
»Incluso en los sueños tenemos la sensación de un "yo", pero no podemos encontrar o identificar ese yo. Todas las tradiciones del budismo afirman la ausencia de "yo", pero esto no quiere decir que el "yo" no exista porque en un nivel práctico y convencional hablamos de mis manos, mi cabeza, etc. Parece que soy una entidad sólida y, sin embargo, no hay nada que pueda señalarse e identificarse como mi "yo".
»La ausencia de "yo" puede dividirse en diferentes niveles de sutileza. El Buda enseñó primero una ausencia de "yo" burda y explicó más tarde grados más sutiles de ausencia de "yo". Finalmente reveló la mente de luz clara, que es la base de la práctica tántrica.
»El "yo" se designa sobre la base de la combinación de cuerpo y mente, al igual que el cuerpo se designa sobre sus partes. Algunas escuelas de pensamiento afirman que la conciencia mental puede ser designada como el "yo" o la persona. Sin embargo, aparte de su cuerpo y su mente no hay nada que pueda identificarse ni siquiera como el Buda.
»La Sangha tampoco puede ser identificada. ¿Significa eso que no existe? No, pero existe a modo de designación, en términos nominales. Hay algo etiquetado como la Sanga, pero no hay nada que exista más allá de eso. Desde el Buda hasta el insecto más pequeño, todos tenemos un sentido convencional de un "yo", pero no se puede encontrar bajo el análisis. Meditemos en eso».
Su Santidad mencionó tres estrofas del capítulo seis del Ingreso al Camino Medio de Chandrakirti, sobre las que reflexiona diariamente (hemos añadido un pequeño comentario a cada una tomado de La clarificación del pensamiento, de Lama Tsongkhapa):
Si su fundamento fueran sus propias características,
al refutar estas, las entidades quedarían destruidas.
La causa de su destrucción devendría una vacuidad,
y eso es absurdo, luego las entidades no existen.
Si las características inherentes de un fenómeno, como la forma o los sentimientos, surgieran en dependencia de causas y condiciones, a través de su propia esencia, esto implicaría que un yogui que percibiera directamente la vacuidad de la existencia inherente de todos los fenómenos, comprendería la vacuidad al negar tal naturaleza de los fenómenos. El equilibrio meditativo no percibe realmente la forma y demás, pero si existieran a través de sus características inherentes, entonces el equilibrio meditativo debería percibirlas necesariamente. Y no es así.
Si fuera así, estos fenómenos se volverían entonces inexistentes. Si llegaran a ser inexistentes, se daría el caso de que lo que existía antes de la absorción meditativa llegaría posteriormente a ser destruido o a cesar; y la absorción meditativa se convertiría en la causa de su destrucción. Así, al igual que los martillos y similares son causas de la destrucción de los jarrones y similares, ver la vacuidad también sería entonces una causa de la destrucción de la naturaleza de los fenómenos, al refutarla. Pero esto es ilógico, por lo que no existen entidades reales, es decir, que existan en virtud de sus características inherentes, y nunca debemos sostener tal noción de surgimiento inherente.
Cuando examinamos bien estas entidades,
aparte de la identidad real de su ser en sí,
no se encuentra nada de este lado, luego la verdad
convencional mundana no debe examinarse. 6.35
Cuando analizamos a fondo fenómenos tales como la forma, los sentimientos, etc., preguntándonos: «¿Surge de sí mismo o surge de otro?», más allá del hecho de que no surgen o cesan en el nivel último, es decir, aparte de la talidad como su naturaleza, no se encuentra nada más, ninguna otra dimensión o extra como el surgimiento, etc. Así pues, la verdad convencional del mundo cotidiano no debe someterse a un análisis exhaustivo en términos como «surgido de sí mismo, desde otro...», etc. Deberíamos limitarnos a aceptar los hechos de la percepción del mundo, plasmados en afirmaciones como «Si esto existe, la existencia de eso otro se deduce». Debemos establecerlos sobre la base de la participación en las convenciones que dependen de otros, las del mundo.
Los razonamientos que, al considerar la eseidad,
desmienten la generación de sí y de otro
la refutan también en lo convencional,
¿qué establece, pues, vuestra generación? 6.36
En el contexto de un análisis de la talidad o de la verdad última, ciertos razonamientos presentados anteriormente desautorizan el surgimiento de fenómenos como la forma a partir de sí mismos o de algo otro. De igual modo, en el nivel convencional también, ese mismo razonamiento desautoriza el surgimiento de la forma y demás mediante características inherentes. Entonces, ¿qué cognición válida establece su surgimiento inherente? Ninguna lo establece.
«Los ocho mil millones de seres humanos que viven hoy en día son iguales en su deseo de ser felices —declaró Su Santidad—, y nosotros estamos entre ellos. Las personas detestan el sufrimiento, pero corren tras sus causas, trayendo la ruina para ellos mismos y para los demás. Pensemos que cada uno de osotros no es más que un individuo, mientras que los demás son incontables. Generamos la determinación de otorgarles alegría en nuestro pensamiento: "que no tengan sufrimiento; que encuentren la felicidad"».
Su Santidad respondió a varias preguntas del público. Sugirió que en el caso de los trabajadores sociales dedicados al servicio de los demás, es el cultivo de un corazón cálido lo que marca la diferencia y aleja el cansancio. Cuando las personas que pretenden ser practicantes espirituales se comportan de forma incompatible con su aspiración, es porque se han confundido sobre la diferencia entre la conducta moral y la inmoral. Aclaró que la conciencia no está hecha por el Buda, ni es un producto del karma. Tiene la naturaleza de la claridad y la conciencia.
Retomando La sabiduría fundamental del Camino Medio de Nagaryuna, Su Santidad señaló que Nagaryuna es reconocido como el segundo Buda. También se lo conoce como el pionero del linaje de la sabiduría profunda. Su Santidad reveló que recibió una explicación del texto del antiguo Ganden Tri Rinpoché, Rizong Rinpoché, que en ese momento estaba inmerso en un retiro de Vajrabhairava y dio esta enseñanza entre sesiones. Su Santidad leyó los primeros catorce capítulos.
A continuación, mencionó las dos tradiciones de práctica para cultivar la bodichita, el método conocido como de los Siete Pasos de Causa y Efecto y el método descrito en El modo de vida de los bodisatvas de Shantideva y conocido como Igualarse e intercambiarse con los demás. De los dos, Su Santidad considera que este último es más eficaz. Reiteró que cultiva la bodichita y la visión de la vacuidad cada día y animó a sus oyentes a hacer de estos dos principios la base de su práctica.
A continuación, Su Santidad describió la visualización correspondiente y condujo a la congregación a través de la estrofa para generar bodichita. Nos animó a ser decididos en nuestra práctica y a apoyarla mediante el compromiso con las seis perfecciones.
Puso fin a las enseñanzas animando a los presentes a no desmoralizarse, sino a combinar la bodichita con la comprensión de la vacuidad para que la consecución de la budeidad se convierta no sólo en una aspiración sino en una posibilidad práctica.