Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana unas 5.000 personas de 65 países se reunieron en el Tsuglagkhang, el templo tibetano principal de Dharamsala, para escuchar a Su Santidad el Dalái Lama. Entre ellos había un grupo de 350 monjes, monjas y laicos de Corea que le habían pedido que enseñara la Sabiduría Fundamental del Camino Medio de Nagaryuna.
Mientras Su Santidad recorría el patio del templo, le acompañaba a su derecha el abad coreano, Ven Jungwook Kim. Como es habitual, sonrió y saludó a los simpatizantes de la multitud a su paso. Desde el balcón que rodea el templo, saludó a las personas de la calle de abajo. En el interior del templo saludó a la Ganden Tri Rinpoché y a los Sharpa Chöjé y Jangtse Chöjé, así como a los abades de varios de los grandes monasterios restablecidos en el sur de la India.
El contingente coreano, encabezado por monjes y monjas con sus túnicas de color gris claro, recitó enérgicamente el Sutra del corazón.
«Hoy están aquí mis amigos coreanos del Dharma —comenzó Su Santidad—. Corea es un país tradicionalmente budista y me ha impresionado el dedicado interés por el budismo de muchos coreanos que he conocido. Me alegra verlos a todos aquí.
»Por supuesto, cada cual debe sentirse libre de seguir la religión que desee. Nuestras diferentes tradiciones religiosas tienen puntos de vista filosóficos diferentes, pero todas transmiten un mensaje común de no hacer daño y de ayudar a los demás lo mejor que podamos. Soy un monje y una persona religiosa y tengo muchos amigos entre los practicantes de nuestras diversas tradiciones religiosas. Como todas estas tradiciones son dignas de respeto, aprovecho cualquier oportunidad que se me presenta para visitar los lugares de culto de otros credos.
»El venerable abad Jungwook Kim ha organizado estas enseñanzas, por lo que le doy las gracias. Somos amigos desde hace muchos años, durante los cuales hemos tenido varias oportunidades de dar y recibir discursos de Dharma».
Su Santidad citó una estrofa del Segmento que trata del Mantra del Primer Supremo Glorioso (Heruka) [Sriparamadinamahayanakalparaja] al que hay muchas referencias en la Colección de Tratados, el Tengyur:
La existencia [samsárica] es pura de esencia,
esta esencia nos libera de la existencia [samsárica].
Aquellos cuya esencia de la mente es pura,
obtiendrán la existencia suprema de la Budeidad.
Explicó que los tres planos de existencia no existen esencialmente por su propia naturaleza aunque se nos aparezcan como si tuvieran un núcleo esencial en sí mismos. Debido a que nos aferramos a esa percepción, desarrollamos el apego, la ira, etc. Por eso, dijo, es importante que recordemos que los fenómenos no tienen ningún núcleo intrínseco y esencial. Cuando se comprende esta vacuidad de cualquier naturaleza esencial de las cosas con respecto a los tres reinos de la existencia, se reduce la sensación de que las cosas y las experiencias son sólidas y se limita así el apego y la aversión hacia ellas.
Su Santidad comentó que incluso la física cuántica dice que aunque los fenómenos parecen tener algún tipo de existencia objetiva, en realidad no existen de esa manera. En la filosofía Madhyamaka o del Camino Medio se dice que los fenómenos parecen tener algún tipo de existencia objetiva en sí mismos, pero que en realidad no existen de ese modo. Nos aferramos a ese tipo de existencia objetiva. Sin embargo, cuando comprendemos que todos los fenómenos en los tres reinos de existencia están vacíos de toda naturaleza esencial, eso frena nuestro apego a la solidez de los objetos y las experiencias y, por tanto, disminuye nuestro apego y aversión a ellos. Por lo general, nos apegamos a lo agradable y sentimos aversión por lo desagradable fundamentándonos en la idea errónea de que tienen alguna existencia sólida.
El segundo verso sugiere que si comprendemos que nada tiene ningún núcleo esencial, entonces la noción de su existencia independiente e inherente se ve socavada. Puesto que las cosas no existen de la forma en que parecen existir, si analizamos la manera en la que existen, llegaremos a comprender que sólo existen por medio de la designación.
Con una mente pura que comprenda esta falta de existencia intrínseca evitaremos nuestro aferramiento a la existencia cíclica. Y al comprender la naturaleza de los fenómenos tendremos compasión por todos los seres sensibles, desearemos que dejen de estar bajo el dominio de tal ilusión. Así pues, la visión de la vacuidad ayuda a reducir la noción de solidez y de existencia objetiva de los fenómenos.
Todos los seres sensibles son iguales en desear la felicidad y la alegría, y en tratar de evitar el sufrimiento. Al cultivar la compasión por los seres sensibles que vagan en la existencia cíclica, junto con la comprensión de la vacuidad, experimentaremos el método y la sabiduría. Emprenderemos y ascenderemos por los cinco caminos de la acumulación, la preparación, la visión, la meditación y el fin del aprendizaje. De este modo, haremos que nuestra vida sea fructífera y, finalmente, alcanzaremos la iluminación.
«Me sentí muy triste por la reciente tragedia en Corea —declaró Su Santidad—, la estampida en la que murieron tantos. Recemos por los fallecidos y por los heridos.
»Mi práctica es doble: cultivar la mente que aspira al despertar o bodichita y la visión de la vacuidad. La vacuidad reduce la ira; la bodichita reduce el egocentrismo. Si nuestro egocentrismo disminuye, tendremos más espacio en nuestra mente para los demás. Estaremos más tranquilo y llenos de alegría. La paz mental aporta fuerza interior. Por tanto, la bodichita es una fuente de felicidad para nosotros mismos y para los demás. Cuando ayudamos a los demás, también cumplimos nuestros propios objetivos.
»Somos seres humanos que han conocido el Budadharma. Si escuchamos, reflexionamos y meditamos sobre la enseñanza, ésta nos ayudará vida tras vida. Estaremos dispuestos a servir a los demás. El Modo de Vida de los Bodisatvas de Shantideva nos anima con estrofas como esta:
»Que, mientras el espacio perdure,
y los seres sensibles permanezcan,
pueda yo también permanecer
para disipar las miserias del mundo.
»Este es el camino que le da sentido a nuestras vidas.
»Los ocho mil millones de personas que viven hoy en día son iguales en cuanto a querer la felicidad y a huir del sufrimiento. Mas, aunque seamos iguales en este sentido, nuestras mentes perturbadas por emociones nocivas crean fricciones entre nosotros. Lo que perturba nuestra paz mental es el apego y la codicia, la ira y el odio. Se habla mucho de la paz en el mundo, pero tiene que estar arraigada en una paz interior. Desde este punto de vista, podemos ver que confiar en las armas y en el uso de la fuerza es inútil. Rezo todos los días por la paz en el mundo y espero que en el futuro haya más paz en la península de Corea.
»En cuanto al calentamiento global, es muy grave. A medida que el mundo se va calentando más, parece que acabará siendo consumido por el fuego. Mientras tanto, debemos cooperar y servir a los demás.
»Mis hermanos y hermanas del Dharma, me gustaría pedirles que cultiven un buen corazón y recuerden que los fenómenos carecen de toda existencia inherente y, con ello en mente, se dediquen al beneficio de los demás.
»Con respecto a la comprensión de la vacuidad, tenemos las obras de los maestros de Nalanda que siguieron a Nagaryuna, quien a su vez había escrito sobre los caminos profundo y extenso. Muchos de los maestros de Nalanda se adhirieron a sus tratados: la Sabiduría Fundamental del Camino Medio y la Guirnalda Preciosa, y también emplearon la razón y la lógica. Nagaryuna era como un segundo Buda.
»Me parece valioso tener a mano los textos clásicos de estos maestros, incluido El ingreso al camino medio de Chandrakirti y su autocomentario, para leerlos una y otra vez. Eso es mucho más útil que mostrarles respeto desde la distancia.
»Hoy en día, muchas personas se interesan de nuevo por las enseñanzas del Buda. Los científicos están intrigados tanto por la psicología que enseñó como por la idea filosófica del surgimiento dependiente. Nosotros también deberíamos prestar atención a sus enseñanzas, y luego reflexionar y meditar sobre ellas.
»Eso es todo lo que tengo que decir hoy, mañana continuaremos la enseñanza».