Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana, Su Santidad el Dalái Lama asistió a una reunión en el jardín del Tsuglagkhang, el Templo Tibetano Principal, adyacente a su residencia, para lanzar el Gran Diccionario Tibetano del Monlam. Entre los invitados se encontraban Sakya Gongma Rinpoché, los 42º y 43º Sakya Trizins, el Jefe de la Tradición Bön, miembros de la Administración Central Tibetana, amigos y partidarios.
Su Santidad caminó desde la puerta hasta su residencia a través del patio del templo, tomándose el tiempo necesario para conversar con los miembros del público por el camino. Estrechó la mano de algunos, intercambió algunas palabras con otros y bendijo rosarios y otros objetos que se le ofrecieron. Parecía que le complacía establecer contacto físico con las personas tras meses de restricciones relacionadas con la Covid.
Dirigiéndose a la multitud, Su Santidad les dijo:
«Los tibetanos tenemos una rica tradición religiosa y cultural. Mientras estábamos en el Tíbet, no éramos conscientes de cómo se comparaba con otras tradiciones, pero una vez que llegamos al exilio nos dimos cuenta de lo valioso que es nuestro patrimonio. Es una tradición práctica cuyo núcleo son los métodos para abordar las emociones negativas y cultivar la paz mental. En mi propia práctica diaria me centro en la mente del despertar o bodichita y en el cultivo de la comprensión de la vacuidad. Esta doble práctica me aporta una profunda paz interior.
»Los practicantes de otras tradiciones religiosas se centran en la oración, pero nosotros intentamos transformar nuestras actitudes mentales. Como explica la Guía del Modo de Vida de los Bodisatvas de Shantideva, nuestro enemigo es nuestro mejor maestro cuando se trata de cultivar la paciencia. Si lo pensamos detenidamente, no hay condiciones adversas que no puedan transformarse en circunstancias favorables. Comprender el funcionamiento de la mente y las emociones es el núcleo de la tradición de Nalanda.
»Las personas hablan de paz en el mundo, pero, si tienes ira y odio en tu corazón, hablar de paz es mera hipocresía. Lo que necesitamos, en cambio, es cultivar las antiguas tradiciones indias: la no violencia (ahimsa) sobre la base de la compasión por los demás (karuna).
»Los pensadores tibetanos estudiaron qué debían tomar de las tradiciones chinas y qué, de la India. Lo que les pareció beneficioso lo asimilaron. Los tibetanos nos hemos enfrentado a todo tipo de dificultades, pero gracias a nuestra práctica del entrenamiento mental hemos mantenido nuestra paz interior. Cuando otras personas se enfrentan a desafíos, recurren a tomar pastillas para dormir para descansar, algo que nosotros no necesitamos hacer.
»En el exilio solicitamos la ayuda del gobierno de la India para crear escuelas tibetanas en las que nuestros hijos pudieran estudiar en su propia lengua. La conservación de la lengua tibetana ha desempeñado un papel fundamental en nuestra capacidad para mantener vivas nuestra religión y nuestra cultura. Me gustaría recordar a todos nuestros amigos y compañeros del Dharma aquí reunidos que lo valioso de nuestro patrimonio es su capacidad de ayudarnos a conseguir y mantener la paz mental».
Tenzin Chime, el moderador del Departamento de Información y Relaciones Internacionales de la Administración Central Tibetana, dio una cálida bienvenida a todos los invitados, entre los que se encontraban Sakya Gongma Rinpoché, los 42 y 43 titulares del Trono Sakya, Ratna Vajra Rinpoché y Gyana Vajra Rinpoché, y el Jefe de la Tradición Bön, Menri Trizin Rinpoché. Señaló que se había encendido una lamparilla para inaugurar la ocasión y pidió al Venerable Lobsang Monlam que presentara el proyecto del Gran Diccionario Tibetano Monlam, del que ha sido comisario.
Mencionó que el diccionario de 223 volúmenes ha sido compilado, con el apoyo de la Fundación del Dalái Lama, por más de 200 personas que han trabajado juntas durante nueve años. El diccionario no sólo está disponible en forma de libro, sino que ha dado lugar a 37 aplicaciones y a un sitio web completo que se actualiza de vez en cuando.
Ven Monlam declaró con orgullo que, con más de 200.000 entradas, es uno de los mayores diccionarios de cualquier lengua del mundo. Revela la gran profundidad de la cultura tibetana. Finalizarlo es un logro histórico que contribuirá sustancialmente a preservar las tradiciones culturales tibetanas.
«En el interior del Tíbet —dijo—, los chinos intentan eliminar nuestra lengua y nuestra cultura, pero aquí en el exilio nos esforzamos aún más por mantenerlas vivas. Me gustaría dar las gracias a todos los que han contribuido a hacer realidad este proyecto. Seguiremos trabajando en él para ir creando actualizaciones durante los próximos diez años.
»Dedico la virtud que representa este diccionario a la larga vida de Su Santidad el Dalái Lama y al cumplimiento de su visión. Ofrezco un juego completo de 223 volúmenes a la Oficina de Su Santidad y rezo para que Su Santidad y los líderes de todas las tradiciones del budismo tibetano vivan mucho tiempo. Que lleguen pronto días luminosos para el Tíbet».
Se invitó a Su Santidad a dirigirse a la reunión una vez más:
«Los tibetanos siempre hemos vivido entre la India y China, pero durante el reinado de Songtsen Gampo diseñamos nuestra propia lengua escrita basándonos en un modelo indio. Más tarde, viendo que el nuevo alfabeto nos daba los medios para hacerlo, Shantarakshita animó a los tibetanos a traducir la literatura budista, incluidas las palabras del Buda y los tratados de innumerables eruditos indios, a nuestra propia lengua. En consecuencia, a menudo les digo a mis amigos indios que vosotros fuisteis nuestros maestros en el pasado, pero que los estudiantes nos hemos convertido en maestros ahora, porque hemos conservado la tradición de Nalanda, enraizada como está en la razón y la lógica.
»Tenemos técnicas para tratar la ira y medios para cultivar el amor y la compasión. Las prácticas para extender la compasión a los demás dan lugar a la paz mental individual, lo que a su vez tiene un efecto positivo en las familias y en la comunidad en general. De hecho, hoy en día estamos tan interconectados que estos métodos pueden contribuir sustancialmente a la paz en el mundo. Sin paz mental no habrá paz mundial.
»Lo crucial de la enseñanza de Buda es su consejo de no dar por sentada su enseñanza. Insistió en que sus seguidores debían examinar sus palabras e investigar sus argumentos del mismo modo que un orfebre comprueba la pureza del oro. Cuando leemos las obras de lógicos como Dignaga y Dharmakirti, descubrimos que se esforzaron por valorar y evaluar las opiniones de los demás.
»Hoy, los comunistas chinos de línea dura critican la cultura tibetana sin entender realmente de qué se trata. Puede que actualmente no podamos enviar estos 223 volúmenes a China, pero en Taiwán habrá personas que puedan apreciar el tipo de cultura que hemos conservado.
»No buscamos la independencia total de China, pero necesitamos ser capaces de mantener viva nuestra religión y cultura. Estaremos más que dispuestos a compartir este conocimiento con nuestros hermanos y hermanas chinos con la esperanza de que al hacerlo se fomente la paz entre nosotros.
»Nuestra cultura se originó en la India, y hoy disponemos de todo tipo de medios para darla a conocer. Creo que sería muy beneficioso combinar aspectos del antiguo conocimiento indio con la ciencia moderna. Estoy deseando conversar sobre formas de implementarlo con pedagogos y otras personas en Delhi. El elemento más importante es comprender el funcionamiento de la mente y las emociones, lo que conduce a la paz mental y, a largo plazo, a la paz en el mundo.
»Los partidarios de la línea dura china malinterpretan el valor de nuestra religión y cultura. La publicación de este diccionario, que ya se está traduciendo al chino, puede contribuir a educarlos al respecto.
»Un tibetano que conozco y que estudió en China me dijo que, aunque actualmente estamos bajo el control político chino, a largo plazo las cosas cambiarán y podremos ayudarlos espiritualmente. Cuando el presidente Mao me dijo que la religión es un veneno, fue porque no conocía bien el tema. En China hay un gran malestar emocional. Podemos mostrar a las personas de allí cómo encontrar la paz mental.
»Despertamos el potencial de nuestro conocimiento y cultura cuando llegamos al exilio y hemos trabajado con valor y determinación para mantenerlos vivos. Yo sólo soy una persona y he hecho lo que he podido, pero todos los que estáis reunidos aquí también podéis contribuir a ello».