Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana se celebró una ofrenda de larga vida en honor de Su Santidad el Dalái Lama organizada por miembros de la tradición sakya del budismo tibetano en el Tsuglagkhang, el principal templo tibetano de Dharamsala. Los jerarcas de ambos palacios, el Dolma Phodrang y el Phuntsok Phodrang, encabezados por el Sakya Dagtri Rinpoché, dirigieron las ceremonias.
Sakya Dagtri Rinpoché saludó a Su Santidad cuando salió de su coche justo en la puerta de su residencia. Los dos atravesaron con paso firme la puerta y entraron en el jardín, donde fueron recibidos por un grupo de tamborileros danzantes. Caminando por el jardín, Su Santidad sonrió y saludó a los miembros del público, deteniéndose de vez en cuando para saludar a los niños pequeños. Subió en el ascensor recientemente instalado hasta la veranda del templo y continuó dialogando con el público en su camino hacia la puerta del templo.
Una vez que Su Santidad se sentó en el trono, los Lamas de la tradición Sakya ofrecieron pañuelos en señal de bienvenida y comenzó la ceremonia. Se distribuyó té y arroz dulce mientras la congregación recitaba el mantra de Tara Blanca.
Una vez recitado el texto de la oración de larga vida, se entregaron a Su Santidad las estatuas de las deidades de la longevidad, Tara Blanca, Amitayus y Ushnishavijaya. A continuación, Sakya Dagtri Rinpoché le ofreció un cuenco lleno de píldoras de larga vida. Su Santidad tomó una para sí mismo y devolvió otra a Sakya Dagtri Rinpoché, proceso que repitió cuando le dieron una cucharada de néctar de larga vida.
El titular del Trono Sakya, el Sakya Trizin, Gyana Vajra Rinpoché recitó unos versos en los que pedía a Su Santidad que viviera mucho tiempo mientras le ofrecía un gran mandala dorado. El anterior titular del Trono, Ratna Vajra Rinpoché, continuó haciendo oraciones por la longevidad de Su Santidad mientras le entregaba una estatua de Tara Blanca, un volumen de escrituras, un objeto relicario, un jarrón del néctar de la larga vida y un vajra y una campana, que Su Santidad hizo sonar. Su Santidad se puso brevemente un sombrero Sakya.
Avikrita Vajra Rinpoché ofreció un mandala y representaciones del cuerpo, la palabra y la mente iluminados en agradecimiento a Su Santidad por haber aceptado permanecer entre nosotros.
Mientras tanto, una procesión de miembros de la comunidad sakya, monásticos y laicos que llevaban diversas ofrendas a Su Santidad, se abrió paso por el templo. La fila terminaba con un anciano de pelo blanco y un portador de la bandera del Tíbet.
Otro jerarca sakya, un monje, Abhaya Vajra Sakya, ofreció las tres túnicas de un monje y un khakkhara, un bastón de monje budista. A continuación, se colocaron los emblemas de plata que representan los ocho símbolos auspiciosos. Su Santidad volvió a ponerse el sombrero sakya mientras recibía un plato de Tsog. Otro joven jerarca del Phuntsok Phodrang, Asanga Vajra Sakya, concluyó las ofrendas con una entrega de símbolos de plata que representaban las ocho sustancias auspiciosas. Cuando cada uno de los jerarcas sakya hubo desempeñado su parte en la ceremonia, Su Santidad les ofreció un pañuelo blanco llamado kata y una cinta de protección roja en agradecimiento.
«Dirigidos por el sakya Dagtri Rinpoché —dijo Su Santidad a la congregación—, los miembros de los podrangs Dolma y Phuntsok han realizado hoy esta ofrenda de larga vida basada en la Rueda del Cumplimiento de los Deseos de Tara Blanca.
»He recibido las enseñanzas de Hévajra y Lam-dré (camino y resultado) de Chopgyé Trichen Rinpoché. Cada tradición budista tibetana tiene sus propias enseñanzas y éstas son las únicas de los sakyas. Hago la práctica de Hévajra todos los días, por lo que puedo contarme entre la línea de practicantes sakyas.
»Gracias por esta ofrenda de larga vida. Dadas las circunstancias actuales en el Tíbet, si no viviera mucho tiempo, existe la posibilidad de que no se cumplan los deseos y las aspiraciones del pueblo tibetano. Por esta razón, rezo para vivir más de cien años y les pido que ustedes también hagan la misma oración.
»El Tíbet es nuestra propia tierra y Sakya es un lugar caracterizado por la tierra gris de las colinas de Ponpori. Los tibetanos somos defensores de las tradiciones budistas, incluida la del Vajrayana. Ustedes también conservan las enseñanzas del Sutra y del Tantra. Les pido que mantengan vivas estas tradiciones.
»Conozco a Sakya Dagtri Rinpoché desde que era muy joven y alabo el servicio que ha prestado a las personas y al Budadharma durante todos estos años. Eso es todo lo que tengo que decir por ahora».
Mientras se recitaban las oraciones de dedicación, se lanzaban pétalos de flores al aire.
Su Santidad se bajó del trono y mencionó que le había recordado a Tagdrag Rinpoché, uno de sus lamas raíz, que recitaba una estrofa que decía: «Que los lamas y los discípulos no se separen» y miraba burlonamente a Su Santidad en el trono cuando repetía los versos: «Que disfruten continuamente del té y el licor, y que haya felicidad y auspicios para siempre».