Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana Su Santidad el Dalái Lama asistió a una reunión en el patio del Tsuglagkhang para celebrar el 25 aniversario de la fundación del Bharat Tibbat Sahyog Manch (BTSM), un grupo panindio de apoyo al Tíbet. Fue recibido en la puerta de su residencia por el Dr. Indresh Kumar, Patrono Principal de la organización, y después permaneció un momento de pie mientras algunos de los miembros se tomaban fotografías con él.
Como parte de la bienvenida india, Su Santidad fue obsequiado con flores y una lamparilla, y se le ofreció un tilak en la frente. A continuación se le dio una bienvenida tradicional tibetana que incluyó el Chema Changpu. Mientras subía por el pasillo central, tibetanos vestidos con trajes tradicionales le tendieron katas, pañuelos de seda blanca. Se detuvo para observar a los bailarines de Tashi Shölpa del Instituto Tibetano de Artes Escénicas (TIPA). Antes de tomar asiento, participó en el encendido de una lamparilla ante un retrato de Sarasvati para inaugurar la ocasión.
La moderadora dijo a la audiencia lo bendecidos que se sentían por tener a Su Santidad allí con ellos. Como parte de la bienvenida formal a los invitados principales, cada uno de ellos recibió un sombrero tradicional himachalí. Se elaboró una colosal guirnalda de caléndulas que rodeó a todo el grupo.
El Secretario General Nacional del BTSM, Pankaj Goel, tomó la palabra en primer lugar abriendo su discurso con un entusiasta grito de «Jai Bharat, Jai Tibbat». Dio la bienvenida a los invitados principales y a los miembros del público. Mencionó que en sus 25 años de existencia el BTSM ha establecido filiales en toda la India. Describió lo orgullosos que estaban los miembros de contar con la aprobación de Su Santidad y lo decididos que se hallaban a mantener su apoyo al Tíbet.
Entre sus muchas actividades, el BTSM lleva a grupos en peregrinación al Himalaya. Goal anunció que el Tíbet volverá a ser libre algún día y que indios y tibetanos lo celebrarán juntos en el monte Kailash. Mientras tanto, uno de los objetivos de la organización es reclutar a más jóvenes como miembros.
El Patrono Principal Indresh Kumar habló a continuación y se refirió a las conexiones históricas entre India y Tíbet. Se deshizo en elogios hacia Su Santidad. Señaló lo auspicioso que era que la reunión tuviera lugar en Buda Purnima y se alegró de que las enseñanzas de Buda permanezcan con nosotros hoy en día.
Rememorando los cuentos tradicionales de la lucha entre el bien y el mal, observó que, en última instancia, el bien triunfa mediante la no violencia. Afirmó que el BTSM adopta una postura no violenta en sus actividades y añadió que el recurso a la violencia sólo trae perjuicios a la humanidad.
Afirmó que es importante responsabilizar a China por la forma en que ha tratado al Tíbet y a los tibetanos. Prometió que el BTSM pedirá cuentas a China al tiempo que recuerda a todos los tibetanos que han sufrido bajo su ocupación del Tíbet. Recitó el mantra «Om mani padme hung».
Aludió a los planes del BTSM para dar a conocer el Tíbet y prometió seguir trabajando por la causa tibetana. Para concluir afirmó que Tíbet fue una vez un país libre y que nunca ha formado parte de China. Terminó con una aclamación: «Jai Tibbat, Jai Bharat».
Su Santidad abrió su intervención con la observación de que, tras su llegada al exilio, Pandit Nehru dispuso que viviera aquí, en Dharamsala.
«La India es un país libre, un lugar donde encontramos la libertad de religión —declaró—. Todas las religiones del mundo están representadas aquí, pero el budismo se originó en este país. Por eso todos los libros incluidos en las colecciones del Kangyur y el Tengyur comienzan diciendo: “En el idioma de la India el título de esta obra es...”. Desde hace mucho tiempo existen conexiones especiales entre la India y el Tíbet. De ahí proceden las profundas tradiciones que mantenemos.
»En el siglo VII, el rey tibetano Songtsen Gampo se casó con una princesa china, lo que indica las fuertes relaciones históricas entre Tíbet y China. Sin embargo, a la hora de rediseñar una forma de escritura para el idioma tibetano, el rey optó por basarla en el alfabeto indio devanagari con sus vocales y consonantes.
»Desde la época de Songtsen Gampo había monjes chinos en el Tíbet. Pero un rey posterior, Trisong Detsen, deseaba evaluar los diferentes enfoques chino e indio de la práctica budista. Organizó un debate entre el maestro indio Kamalashila y los monjes chinos. Kamalashila dio explicaciones exhaustivas sobre los Tres Entrenamientos Superiores y demás, mientras que los monjes chinos no tenían mucho que decir. El rey decidió que el enfoque de Kamalashila, que subrayaba la importancia del estudio, la reflexión y la meditación, era más apropiado para los tibetanos que el enfoque chino, centrado únicamente en la meditación. Como consecuencia, pidió a los monjes chinos que abandonaran el Tíbet.
»Shantarakshita, maestro de Kamalashila y gran maestro de la Universidad de Nalanda en la India, había sido invitado anteriormente al Tíbet. Fue él quien estableció la tradición de Nalanda con su confianza en la razón y la lógica en el País de las Nieves. Aconsejó además que, puesto que los tibetanos tenían su propia lengua escrita, en lugar de tener que depender del sánscrito o del chino para leer las escrituras, debían traducirlas al tibetano. Así nacieron el Kangyur (las palabras traducidas de Buda) y el Tengyur (los tratados comentados traducidos de los maestros posteriores—. Gracias a ello, los tibetanos de hoy siguen explicando las enseñanzas de Buda según la tradición de Nalanda.
»Hoy en día, devotos y estudiantes de muchos países budistas vienen a visitarnos aquí porque hemos mantenido la enseñanza completa de Buda. Es más, combinamos e estudio con la meditación. Cultivamos la meditación tanto reposada como analítica y leemos las escrituras y los tratados a la luz de la lógica y la razón.
»Cuando participamos en un debate, en particular durante los exámenes, si el retador cita líneas de las escrituras para respaldar su afirmación, el retado se quita el sombrero en señal de respeto mientras considera lo que se ha dicho. Sin embargo, si llega a la conclusión de que la cita no prueba el punto, se vuelve a poner el sombrero y exclama: «¡la razón no es suficiente!».
»En cuanto a mí, cuando era pequeño, empecé mis estudios con la asignatura de debate llamada “compilación de temarios”. Luego pasé a los textos clásicos, varios de los cuales memoricé. Los estudiaba con mis tutores y debatía lo que había entendido con un equipo de compañeros de debate. Hoy, mirando hacia atrás, me siento afortunado de haberme encontrado con eruditos tan sabios en nuestros centros de aprendizaje budistas.
»Hoy en día, mi costumbre de adoptar un punto de vista analítico es tal que, tanto si me reúno con otros eruditos religiosos como incluso con científicos modernos, siento que puedo defenderme con confianza.
»Ser capaz de realizar un análisis crítico e investigar es muy valioso. No nos debemos limitamos a aceptar ciegamente lo que nos dicen, sino que nos conviene examinar el porqué de las cosas de forma lógica.
»Cuando me presenté a los exámenes de geshe en Lhasa ya me habían puesto a prueba en debates en los tres grandes monasterios de Ganden, Sera y Drepung. Llevaba mis mejores ropajes, pero bajo ellos mi corazón latía nerviosamente. Después de mis exámenes pude dedicarme a una combinación de descanso y meditación analítica, y esto me ha ayudado a transformar mi mente.
»En el Tíbet, el Dalái Lama se sentaba en un alto trono, pero aquí en el exilio no tenemos esa formalidad. Me motiva la siguiente estrofa del final del Gran tratado sobre las etapas del camino a la iluminación de Tsongkhapa:
»Donde no hayan llegado las enseñanzas más preciosas
o allí donde, tras llegar, hayan declinado,
que con gran compasión y una mente fervorosa,
revele este tesoro de felicidad y ayuda».
Su Santidad explicó cómo cada día, nada más despertarse, medita en la esencia de la enseñanza de Buda: la mente que aspira al despertar o bodichita y la visión de la vacuidad. Declaró que hay varios miles de monjes y monjas dedicados al estudio, la reflexión y la meditación en los centros monásticos de aprendizaje restablecidos en la India. Expresó su profundo agradecimiento por lo que están haciendo, porque así es como se preserva la enseñanza. Requiere una combinación de estudio y práctica. Les instó a continuar.
Comentó que una innovación de la que puede atribuirse el mérito es haber animado a las monjas a estudiar y a convertirse también en gueshemas. También en las escuelas tibetanas ha abogado por un cambio de enfoque de la religión hacia la filosofía. Donde antes había mentores religiosos ahora hay profesores de filosofía.
«Aquí, en el exilio, no hemos trabajado sólo en nuestro propio beneficio. Al conservar el Kangyur y el Tengyur y estudiando los libros que contienen hemos defendido puntos de vista sobre la realidad y una ciencia de la mente que pueden beneficiar ampliamente a los demás en un contexto puramente secular. Y hemos podido hacerlo gracias al generoso apoyo y estímulo del Gobierno de la India tanto a nivel central como local. En nuestras escuelas, los niños y niñas reciben una educación moderna pero también se han podido mantener vivos nuestros valores y tradiciones.
»Me gustaría aprovechar esta oportunidad para dar las gracias al Gobierno de la India, así como a las autoridades locales, por su gran amabilidad con nosotros».
Los aplausos recorrieron el auditorio.
«Este Bharat Tibbat Sahyog Manch celebra su vigésimo quinto aniversario. Bajo sus auspicios, personas de toda la India han prestado su apoyo al Tíbet. Hemos recibido el apoyo de muchos sectores para preservar nuestra cultura y me gustaría dar las gracias a todos los que nos han ayudado».
Antes de regresar a su residencia, Su Santidad contempló complacido cómo los artistas del TIPA cantaban e interpretaban una danza originaria de la región tibetana de Kongpo. Los bailarines masculinos blandían arcos, mientras que las mujeres portaban carcajs de flechas. Su Santidad cogió una de estas aljabas y la agitó en el aire ante él en señal de buen auspicio.