Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Mientras Su Santidad el Dalái Lama se dirigía esta mañana al Tsuglagkhang, el templo tibetano principal, sonreía y saludaba a la multitud, deteniéndose de vez en cuando para saludar a algunas personas. El suelo estaba mojado y el cielo lleno de nubes debido a las continuas lluvias monzónicas. Los 5000 fieles recitaban la estrofa «mig-tse-ma» en alabanza al Lama Tsongkhapa.
Una vez que Su Santidad hubo tomado asiento, un grupo de monjes Theravadin recitó el Mangala Sutta en pali, a continuación se recitó el Sutra del Corazón en chino. Representantes de diversos grupos budistas, monjes, laicos, mujeres y hombres, ofrecieron un mandala y representaciones del cuerpo, la palabra y la mente de Buda.
Su Santidad se dirigió a los reunidos:
«Aquí, hoy, se encuentran seguidores de diversas tradiciones. Todos rendimos respeto al Buda, que alcanzó la iluminación habiendo reunido inmensurables méritos y sabiduría. Su discurso, en particular, satisface las necesidades y los deseos de los tres tipos de seres. Esencialmente, enseñó cómo todos podemos llegar a tener un buen corazón. Debemos investigar las causas por las que Buda se iluminó. Nosotros también tenemos naturaleza de Buda, pero está oscurecida por impurezas como la idea errónea de que las personas y los fenómenos existen de forma independiente.
»Como monje y seguidor de Buda, mi práctica diaria es reflexionar sobre la mente que aspira al despertar o bodichita y la visión de la vacuidad. Recuerdo que las cosas no existen como parecen existir. Sólo existen a nivel nominal. No sólo debemos contrarrestar nuestra inclinación a insistir en la existencia de un yo independiente, sino que también debemos resistirnos a nuestras actitudes egocéntricas. La Ofrenda al Maestro Espiritual (Lama Chöpa) dice:
»Puesto que el egocentrismo es la puerta a todo tormento,
mientras que el cuidado de mis madres es la raíz de toda bondad,
inspírame para que el núcleo de mi práctica sea
el yoga de ponerme en el lugar de los demás.
»Todos somos iguales al desear la felicidad y buscar evitar el sufrimiento. Lo que nos ata al ciclo de la existencia es nuestro concepto erróneo sobre la existencia independiente. Cuando pienso en la vacuidad, considero que todo es como una ilusión. Familiarizándome con esto puedo reducir mi aferramiento a la existencia independiente. Estas actitudes, la noción de existencia inherente y el egocentrismo, han estado con nosotros desde el principio de los tiempos.
»La mente altruista que aspira al despertar o bodichita es la principal fuente de felicidad para nosotros mismos y para los demás. Cuando la desarrollen, su mente se relajará y se sentirán tranquilos. Sean cuales sean las circunstancias desfavorables a las que se enfrenten, no perturbarán su paz mental. Piensen en lo bueno que sería que todos los seres sensibles se libraran de obstáculos y de impurezas.
»Lama Tsongkhapa rezó:
»Donde no hayan llegado las enseñanzas más preciosas
o allí donde, tras llegar, hayan declinado,
que con gran compasión y una mente fervorosa,
revele este tesoro de felicidad y ayuda.
»Como monje budista, yo también he estudiado los libros clásicos y me impresiona comprobar que las enseñanzas que se encuantran en ellos son ciertas. Las enseñanzas de Buda no pierden actualidad. Los rituales para lograr la longevidad son una cosa, pero el mejor medio para asegurarnos una larga vida es generar bodichita y la visión de la vacuidad».
Su Santidad mencionó que cuando llegaba al templo la congregación estaba recitando la estrofa de alabanza a Tsongkhapa que comienza: «Avalokiteshvara, gran tesoro de inmensurable compasión». Esto le hizo recordar que, al igual que Tsongkhapa, él también procede de Amdo y que, como seguidor de Tsongkhapa, piensa seguir enseñando como hasta ahora hasta que tenga cien años o más.
En la época de Tsongkhapa se conversaba poco sobre ciencia, pero hoy en día el budismo y la ciencia se dan la mano. Ambos revelan la verdad desde ángulos diferentes. Su Santidad repitió que nació cerca de donde nació Tsongkhapa, estudió sus obras y siempre que puede comparte lo que ha aprendido con los demás.
Volviendo al texto que ha estado leyendo a este grupo de budistas del sudeste asiático, el Autocomentario de al ingreso al camino medio de Chandrakirti, Su Santidad comentó que había recibido la transmisión del texto raíz de su abad, Ling Rinpoché, y la transmisión del Autocomentario de Sakya Khenpo Kunga Wangchuk.
«Reflexiono sobre esta enseñanza todos los días. A veces pienso en la línea de eruditos y practicantes que nos la han transmitido. La línea comienza con Buda y continúa con Nagaryuna y Chandrakirti y me permito pensar que estoy justo al final de la línea.
»Personas pertenecientes a diversas tradiciones han venido aquí desde muchos lugares diferentes. Me gustaría saludarlas a todas.
»Hacia el final del Autocomentario al ingreso al camino medio Chandrakirti escribe:
»Mediante una habituación previa, algunos comprenden la temible profundidad de este ser en sí ya descrito. Otros no la comprenden aunque hayan estudiado mucho. Por eso, al estudiar los sistemas que nos atraigan, debemos abandonar la inclinación por los tratados que se aparten de este sistema, como los que proponen un «yo». 11.55
»Da a entender que ni siquiera los eruditos pueden comprender este punto de vista a menos que lo estudien realmente. Los principales tratados que presentan el punto de vista del Camino Medio son La sabiduría fundamental del Camino Medio de Nagaryuna y el Ingreso al camino medio de Chandrakirti. Según mi experiencia, si reflexionamos día a día sobre lo que han enseñado estos maestros, podemos provocar una transformación en nuestra mente. Esta la forma adecuada de hacer ofrendas a los maestros del pasado.
Su Santidad volvió a la estrofa 29 del segundo capítulo del Autocomentario al Ingreso al camino medio, que es donde se había quedado el año pasado. Comenzó a leer sobre la ética. Insistió una vez más en la importancia de cultivar la mente que aspira al despertar o bodichita y la visión de la vacuidad, y de ascender así por el camino de la iluminación.
Su Santidad reveló que siente que tras años de práctica constante está a punto de alcanzar el camino de la preparación. Para seguir avanzando necesitará una combinación de concentración y visión superior. El punto crucial es aprovechar la oportunidad que se nos presenta. Sugirió que en un momento en el que el budismo está en declive, podemos servir a la enseñanza cultivando la meditación analítica y centrada. Reiteró que es posible transformar nuestra mente a través del estudio, la reflexión y la meditación.
Observando que Chandrakirti alaba la gran compasión justo al principio del Ingreso al camino medio, Su Santidad observó que una de las razones es que esto es lo que realmente da lugar a la paz mental. Continuó diciendo que como seres humanos no tuvimos un nacimiento milagroso. Nuestras madres nos dieron a luz y luego nos nutrieron con amor y afecto. Es por ello que tenemos el potencial de apreciar a los demás.
«Cuando realmente desarrollas la compasión, sientes que el sufrimiento de los demás es insoportable. Por eso generas el deseo de iluminarte. Además, la fuente del sufrimiento, la ignorancia, se desarraiga al comprender la vacuidad».
Al leer hasta el final del segundo capítulo, Su Santidad dejó claro que si desarrollamos la compasión y otras virtudes cosecharemos buenas consecuencias, mientras que una conducta negativa conduce a malas migraciones o a la vida como un ser humano miserable. Continuó leyendo el tercer capítulo, la Tercera Generación de la Mente, que trata de la tierra del bodisatva llamada «luminosa».
La tercera perfección, la paciencia, es una causa para salvaguardar otras cualidades. Su Santidad explicó que, cuando alguien nos ha hecho daño, el daño ya está hecho. Si nos quedamos resentidos por lo que sucedido y buscamos venganza, solo conseguiremos crear más problemas. La paciencia y la tolerancia son medios cruciales para evitar que el daño aumente. El tercer capítulo pasa revista a las cualidades de la paciencia. Cuando terminó de leerlo, Su Santidad anunció que se detendría por hoy.
«Aunque ésta es una época en la que el Dharma está en declive —dijo Su Santidad a la audiencia—, hemos tenido la fortuna de encontrarlo y de tener acceso a libros compuestos por grandes maestros del pasado. No debemos desaprovechar esta oportunidad de seguir las enseñanzas. Por lo tanto, les insto a que las practiquen bien.
»Por supuesto, no hay nada que no se vuelva más fácil con la práctica. Cuando era joven, la bodichita y demás me parecían difíciles de conseguir, pero a medida que me iba familiarizando con todo ello, se hacía más fácil de lograr. La familiarización pone a nuestro alcance incluso lo que parece imposible».