Zanskar, Ladakh, India – Tras dos días en los que el mal tiempo impidió los desplazamientos entre Leh y Zanskar, Su Santidad el Dalái Lama pudo finalmente volar hoy en helicóptero hasta Padum. En el helipuerto fue recibido con gran entusiasmo por el pueblo de Zanskar y acogido oficialmente por el Comisionado del Distrito de Kargil, Rakesh Kumar, el Superintendente Jefe de Policía, así como por tres consejeros del Consejo Autónomo de Desarrollo de la Colina de Ladakh.
El piloto y el copiloto del helicóptero acompañaron a Su Santidad al descender, y él les agradeció el vuelo confortable y posó con ellos para una fotografía.
A continuación, Su Santidad subió al vehículo que lo conduciría hasta el nuevo Phodrang de Karsha (el palacio KarGön). Miles de personas, ataviadas con sus mejores galas, flanqueaban la carretera desde el helipuerto hasta el Phodrang de Duzin, y luego desde el puente sobre el río Suru hasta el nuevo Phodrang. Los rostros radiantes de júbilo reflejaban la dicha de tener nuevamente entre ellos a Su Santidad y de poder verlo al pasar. Él les sonreía y saludaba con la mano en respuesta. Ayer, algunos miembros del público lloraban de desilusión por no haber podido recibirlo. Hoy, sus lágrimas eran de alegría: Su Santidad había llegado.
Mientras Su Santidad se dirigía por carretera al nuevo Phodrang, el Consejero Jefe del Consejo Autónomo de Desarrollo de la Colina de Ladakh, Tashi Gyalson, llegaba al templo. Allí rindió homenaje a los tulkus antes de tomar asiento.
El sonido de trompas, tambores y címbalos anunció la llegada de Su Santidad al Phodrang de Karsha. En la puerta lo recibieron el abad del Monasterio de Karsha y un representante de la comunidad musulmana. Su Santidad avanzó hasta su silla, situada delante del trono. A su derecha se sentaban Thiksey Rinpoché, Sharpa Chöje Rinpoché y Lhagyal Tulku; a su izquierda, Thamtog Rinpoché, abad del Monasterio de Namgyal.
Se recitaron unos versos de bienvenida:
Que el sonido del gran tambor del Dharma
disipe el sufrimiento de los seres.
Que vivas cien eones inconcebibles
y hagas girar la Rueda del Dharma.
En la celestial Tierra de Nieve del Tíbet,
tú eres la fuente de todo bien y felicidad.
Que Tenzin Gyatso, Señor Avalokiteshvara,
permanezca hasta el fin del ciclo de existencias.
El presidente del Comité Organizador del Gran Simposio de Verano, el Gueshé Losang Tsephel, dio comienzo al acto con estas palabras:
«Con estos versos de salutación a Su Santidad el Dalái Lama, le rendimos homenaje y le expresamos nuestra profunda gratitud por honrarnos con su presencia en esta ocasión. También rindo homenaje a Shartse Chöje Rinpoché, Thiksey Rinpoché, al abad Thamtog Rinpoché del Monasterio de Namgyal, al Comisionado de Distrito de Kargil, Rakesh Kumar, al Consejero Jefe Tashi Gyalson y a las demás personalidades presentes.
»Los monasterios, conventos y escuelas de Zanskar y Ladakh han acogido con seriedad el consejo de Su Santidad de no dejar los textos clásicos olvidados en las estanterías, sino de estudiarlos e investigarlos. Este Gran Simposio de Verano —el Gran Debate del Verano— forma parte de ese propósito. Centrar la atención en este simposio ha sido sumamente beneficioso para el pueblo de Ladakh.
»Su Santidad nos ha dicho que los pueblos de la región himaláyica tenemos una responsabilidad especial: la de mantener vivo el budismo del Tíbet. Las enseñanzas budistas no solo han beneficiado a los budistas, sino también a quienes, simplemente, buscan la felicidad en esta vida. Su beneficio se extiende más allá del ámbito monástico, e incluye a las escuelas. En este simposio que se celebra en el Monasterio de Karsha participan monjes y monjas de Ladakh, Zanskar, Lahaul y Spiti, Kinnaur, entre otras regiones, así como alumnos de 27 escuelas. Hoy en día, los escolares estudian de manera habitual temas como Teoría de mentes o Teoría de silogismos, que se han incorporado al currículo general.
»En resumen, la influencia de este Simposio de Verano no solo impacta positivamente en los escolares, sino que también genera oportunidades para que personas de distintas creencias puedan dialogar entre sí. Es una ocasión para difundir el valor de la educación.
»Presentamos nuestros planes a Su Santidad en Dharamsala. Él nos dio su aprobación y su apoyo, por lo cual le estamos profundamente agradecidos. Tanto el Comisionado del Distrito de Kargil como el Consejero Jefe del Consejo Autónomo de Desarrollo de Ladakh también nos han mostrado su respaldo de forma clara. En nombre de los organizadores, quiero dar las gracias a todos los que han contribuido con su ayuda. Ruego para que Su Santidad tenga una vida larga y para que se cumplan todos sus deseos. Que la paz y la felicidad prevalezcan en todo el mundo».
El Comisionado de Distrito de Kargil, señor Rakesh Kumar, se dirigió a los presentes. Rindió homenaje a Su Santidad y a los distinguidos invitados, y felicitó a los organizadores y participantes del simposio. Solicitó las bendiciones de Su Santidad para la paz y la prosperidad del pueblo de Ladakh.
Los escolares ofrecieron una demostración de las habilidades que habían desarrollado en el arte del debate. Comenzaron recitando el verso de homenaje de la Sabiduría Fundamental de Nagaryuna, seguido de un verso de alabanza a Su Santidad. A continuación, recitaron de memoria el capítulo 18 de dicha obra. Hablaron sobre cómo una actitud altruista —el anhelo de ayudar a los demás— es la fuente de toda felicidad. Concluyeron con una afirmación clara: que la actitud altruista puede ser estudiada, cultivada y puesta en práctica.
Otro grupo debatió sobre los universales y los particulares en el contexto de la cognición válida.
Los invitados y organizadores se acercaron para recibir las bendiciones de Su Santidad.
El moderador anunció que se invitaría ahora a dirigirse a la asamblea al maestro raíz de todos nosotros, el Campeón de la Paz Mundial.
Su Santidad comenzó diciendo:
«Dejé mi tierra natal en Amdo y me trasladé a Lhasa, donde estudié durante varios años. Di enseñanzas públicas en el Tíbet y visité los grandes centros monásticos, los principales institutos de estudio, en torno a Lhasa.
»Los comunistas chinos no solo nos han arrebatado nuestros derechos políticos; también han intentado someter nuestras tradiciones espirituales. Cuando estuve en Pekín en 1954, Mao me dijo que la religión es veneno. Creo que lo decía con sinceridad desde su propia visión del mundo. Yo no respondí, pero comprendí en mi interior que era alguien hostil al Dharma.
»La política del Partido Comunista Chino considera que la tradición religiosa no es más que fe ciega, y por tanto algo que debe ser destruido. Ven el Dharma con animadversión. Sin embargo, la enseñanza del Buda que nosotros preservamos se basa en el estudio, la reflexión y la meditación. El estudio de los grandes tratados, iluminado por la lógica y el razonamiento, es algo verdaderamente extraordinario.
»Desde la infancia estudié filosofía budista, lógica, así como Teoría de mentes. Poder reflexionar sobre las enseñanzas del Buda es algo de valor incalculable. Me fueron explicadas a través de la lógica y el razonamiento. Más adelante, descubrí que incluso los científicos modernos encontraban interesante y atractiva nuestra aproximación lógica, heredada de la Tradición de Nalanda.
»A diferencia de otras religiones que se basan más en la fe, en nuestra tradición budista damos prioridad a la razón, utilizando métodos dialécticos. Estas herramientas son sumamente importantes para el pensamiento crítico y nos ayudan a profundizar en casi cualquier tema. No aceptamos sin más lo que enseñaron los maestros del pasado.
»Precisamente porque en nuestra manera de enseñar y estudiar el budismo damos especial importancia a la lógica y la razón, las autoridades comunistas chinas han impuesto restricciones específicas sobre nuestras tradiciones. Como resultado, las enseñanzas budistas han sufrido deterioro y destrucción en el Tíbet. Sin embargo, en el exilio hemos logrado mantener vivas nuestras tradiciones, y nuestros esfuerzos han recibido un apoyo sustancial del Gobierno y del pueblo de la India.
»Por lo que a mí respecta, estudié los textos clásicos y me presenté a los exámenes del grado de gueshe. Uno de mis maestros más importantes fue un maestro mongol llamado Ngodrup Tsognyi, quien me ayudó a comprender la filosofía del Camino Medio. Debatir con personas como él me permitió alcanzar una buena comprensión de las enseñanzas. A partir de mi propia experiencia, he aprendido lo beneficioso que puede ser participar en debates. Es un método que nos permite ejercitar plenamente nuestra inteligencia.
»Puede haber momentos en los que tengamos que interpretar las enseñanzas del Buda. Eso está bien. Amplía nuestra comprensión. Los tibetanos en el exilio somos un grupo relativamente pequeño, pero gracias a nuestra aproximación lógica hemos podido preservar nuestras tradiciones. Aquí, en Zanskar, en este momento crucial, esas tradiciones se están conservando mediante la lógica y la razón. Eso es todo lo que quería decir. Muchas gracias».
A continuación, los niños de la Escuela Arcoíris cantaron los siguientes versos y bailaron al ritmo del tambor:
¡Qué afortunados somos de tener entre nosotros la Joya que concede todos los deseos, aquí en el nuevo Phodrang de Karsha! Tiene ya 90 años, y continúa esforzándose al máximo. Nos ha visitado en varias ocasiones y se ha quedado con nosotros. Todos hemos tenido la dicha de verlo, Su Santidad. Solo con tener la fortuna de escuchar a Tenzin Gyatso, el Dalái Lama, se nos llenan los ojos de lágrimas de alegría. Somos inmensamente afortunados de contar con Su Santidad entre nosotros, que, incluso ahora, a sus 90 años, hace el compasivo esfuerzo de visitarnos. Gracias por venir a inaugurar este palacio.
Grupos de mujeres zanskares, vestidas con sus mejores galas y joyas, algunas con fajas teñidas a mano sobre sus túnicas, otras adornadas con tocados elaborados engalanados con turquesas y corales, interpretaron canciones conmovedoras mientras danzaban.
Se invitó al organizador principal a pronunciar unas palabras de agradecimiento. Rindió homenaje al Buda, quien, movido por la compasión, disipó las visiones erróneas. Relató los costes implicados en la construcción del Phodrang de Karsha y explicó cómo se recaudaron los fondos necesarios. Agradeció la presencia de todos los asistentes, y reservó su mayor gratitud para Su Santidad, quien, al final de su discurso, se puso en pie y se dirigió al ascensor que lo llevaría a sus aposentos en la planta superior del nuevo edificio.