Nueva Delhi, India, 10 de diciembre de 2016 - Al amanecer, Delhi estaba envuelta en una espesa niebla que se fue levantando gradualmente a medida que salía el sol. Cuando Su Santidad el Dalái Lama se dirigió en coche al Centro Cultural Rashtrapati Bhavan, dentro del complejo residencial del Presidente de la India, el día se presentaba brillante. Había sido invitado a participar en la sesión de apertura de la Cumbre inaugural de Laureados y Dirigentes en favor de la infancia, organizada por la Fundación Infantil Kailash Satyarthi. En cuanto llegó el Honorable Sr. Pranab Mukherjee, Presidente de la India, la cumbre comenzó con el propósito de globalizar la compasión por los niños.
En su discurso de apertura, Kailash Satyarthi, que fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2014 por su labor para liberar y elevar a los niños, dijo que se sentía humilde y privilegiado al dar la bienvenida a todos los que habían venido a asistir a esta primera cumbre de este tipo en la India.
«Nunca antes el mundo ha estado más conflictivo —dijo. Millones de niños y niñas son esclavizados, traficados y privados de educación, esto es inaceptable. Necesitamos resoluciones que sean innovadoras e inclusivas. Cuando conté historias de la esclavitud infantil en Oslo, a muchos les resultó difícil de creer.
»Mediante esta reunión de laureados y líderes en esta cumbre, juntos cambiaremos la marea a favor de los niños más marginados. Hermanas y hermanos, los niños son la voz del cambio, debemos escucharlos».
Invitado a pronunciar el discurso de apertura, el Sr. Pranab Mukherjee, Presidente de la India, aludió a la diversidad que florece en este país. También señaló que ha surgido una convención para que el Premio Nobel de la Paz se otorgue el 10 de diciembre, que desde 1948 es el día de los derechos humanos.
«Los niños y niñas tienen que ocupar el centro del escenario —declaró—. Tenemos que superar la desigualdad que deja a los niños y niñas desfavorecidos. Tenemos que comprometernos con su desarrollo y su seguridad. Debemos corregir las desventajas e igualar las oportunidades a través de la educación. Hagamos de este planeta un mejor hábitat para nuestros niños y niñas».
Cuando llegó su turno de hablar, Su Santidad saludó al Presidente y a sus compañeros invitados de honor, y se dirigió a los reunidos como hermanos y hermanas, como suele hacer, diciendo:
«Realmente creo que todos somos iguales en tanto que seres humanos, independientemente de nuestra nación, creencia o rango. Todos nacemos de la misma manera, todos partimos de la misma manera. Muchos de los problemas que enfrentamos son de nuestra propia creación. Pero como nosotros los hemos originado, está dentro de nuestro poder y responsabilidad resolverlos también. Para unirnos con este fin, necesitamos compasión enraizada en un sentido de preocupación por el bienestar de los demás sobre la base de que todos pertenecemos a una familia humana.
»Ya que el siglo XX fue un período de violencia, debemos asegurarnos de que el siglo XXI sea una era de paz. ¿Pero cómo podemos lograrlo? ¿A través de la oración? Soy un monje budista, rezo. Pero cuando se trata de cambiar el mundo, soy escéptico sobre si lo haremos sólo con la oración. La paz en el mundo deriva de los individuos que han logrado la paz interior. La ira puede ser parte de nuestras vidas, pero si analizamos el valor que tiene, encontraremos que perturba nuestra paz interior y casi siempre conduce a consecuencias negativas.
»Los científicos dicen que la ira, el miedo y el odio constantes consumen nuestro sistema inmunológico, así que si buscamos una buena salud, necesitamos cultivar la paz mental. La educación es un factor que contribuye, pero nuestro sistema educativo actual sólo tiende hacia objetivos materialistas. Las personas que han sido educadas en él tienen una perspectiva materialista y una cultura materialista, con poca consideración por los valores internos. La fuente de problemas está dentro de nosotros mismos, son nuestras emociones perturbadoras. Tenemos que aprender a enfrentarlas.
»El Presidente, aquí presente, y Kailash Satyarthi, como yo, pertenecen al siglo XX, un tiempo que se ha ido. Aquellos de ustedes que pertenecen al siglo XXI, que ahora tienen 30, 20 o 15 años, son nuestra fuente de esperanza. Si hacen el esfuerzo, más adelante en el siglo el mundo puede ser un lugar más feliz y pacífico».
Su Santidad continuó con el tema de la paz mental, cuya fuente dijo que era la calidez de corazón. Si nuestros corazones son cálidos, continuó, entonces cada persona que conozcamos será como una hermana o un hermano. Así es como son los niños: naturales, se aceptan y se incluyen unos a otros. Sólo cuando crecen empiezan a ver a los demás en términos de 'nosotros' y 'ellos'.
La princesa Charlene de Mónaco, ex nadadora olímpica, ha hecho campaña para prevenir el ahogo, que de otra manera se lleva la vida de muchos niños. Como nació en Rodesia, pero creció en Sudáfrica, citó a Nelson Mandela, quien dijo: «Debemos a nuestros hijos una vida libre de violencia y miedo».
El Príncipe Ali bin Al Hussein de Jordania felicitó a Kailash Satyarthi por haber convocado la cumbre. Preguntó por qué hoy vemos a tantos niños refugiados siendo rechazados y aconsejados,
«Le debemos a nuestros hijos hacer más, mejor y más rápido».
La princesa Laurentien de los Países Bajos dijo que es nuestro deber proteger a los niños de cualquier manera que podamos. Mencionó que según los tratados existentes los niños tienen específicamente 54 derechos.
«Lamento —dijo, que los ricos y poderosos se encuentren tan cómodos que no sientan la urgencia de actuar».
José Ramos Horta, ex presidente de Timor-Leste, declaró que el trabajo infantil y la esclavitud son una acusación para todos nosotros. Pero, añadió, algunos países son demasiado pobres para cambiar el patrón.
Finalmente, un niño delegado de la conferencia, Imtiaz Ali de 16 años, un ex niño trabajador rescatado por Bachpan Bachao Andolan, dijo:
«Tenemos que encontrar la manera de que cada niño sea libre y pueda ir a la escuela. Nosotros los niños tenemos preguntas. Se las traigo. ¿Cuánto tiempo más tenemos que esperar?»
Los reunidos se dividieron en grupos para las mesas redondas. La conversación en la que participó Su Santidad se centró en la compasión en los negocios. Sugirió que muchos negocios empiezan con una buena motivación, pero que gradualmente se corrompe. Reiteró que la simple calidez de corazón es la base para servir a la humanidad. «Si tienes un corazón cálido, serás capaz de usar tu inteligencia humana de una manera apropiada y positiva».
La sesión se interrumpió para un suntuoso almuerzo servido en el césped detrás del edificio. Muchos delegados de diferentes partes del mundo aprovecharon la oportunidad para presentarse a Su Santidad y tomarse fotos con él. Cuando la comida terminó, regresó a su hotel.