Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Una vez más esta mañana, al llegar al Tsuglagkhang, Su Santidad el Dalái Lama saludó al público, tanto a los que estaban dentro del templo como a los que estaban sentados en el exterior. Tras subir al trono, presentó sus respetos al Buda antes de tomar asiento. El Sutra del Corazón fue recitado enérgicamente en mandarín mientras se servía pan y té a la multitud.
«Como dice Nagaryuna en un verso de agradecimiento al final de su obra Sabiduría Fundamental», comenzó Su Santidad:
Me postro ante Gautama,
quien a través de su compasión,
enseñó la doctrina correcta
para que abandonemos toda teoría.
«Como dice esta estrofa, el Buda enseñó por compasión hacia todos los seres. Todas las tradiciones religiosas benefician a sus seguidores y a los demás enseñando el amor y la compasión. El Buda vio que la raíz de todo sufrimiento es la ignorancia y que la forma de eliminarla es comprender la realidad acerca de la existencia de los fenómenos. En su Modo de Vida de los Bodisatvas, Shantideva también describe la situación de los seres sensibles:
Aunque desean dejar de sufrir,
se involucran en el sufrimiento mismo.
Aunque desean tener felicidad, por ignorancia,
destruyen su alegría como a un enemigo.
»Cuando Nagaryuna elogia al Buda, por lo que lo alaba específicamente es por enseñar el surgimiento dependiente. También en este texto veremos una explicación del surgimiento dependiente, la teoría que diferencia al Buda de otros maestros y pensadores».
Su Santidad continuó diciendo que el Buda pudo iluminarse gracias a la naturaleza de luz clara de la mente. Todos los seres sensibles tienen el mismo potencial, la misma naturaleza de Buda. Pero para llegar a ser un Buda necesitamos desarrollar la mente del despertar o bodichita y la sabiduría no dual que comprende la vacuidad. No se trata sólo de tener gran compasión y desear que los seres se liberen del sufrimiento, sino que se requiere valor para asumir la responsabilidad de ayudarlos y liberarlos.
Su Santidad reanudó su lectura y explicación de Los 400 versos de Aryadeva en el capítulo 5: Las acciones del bodisatva. Contó que en los años sesenta tenía gran fe en las prácticas para desarrollar la mente del despertar y empleó el método de las Seis Causas y un Efecto. Le parecía que el objetivo era bueno, pero que sería muy difícil de cumplir. Después de recibir enseñanzas sobre el Modo de Vida de los Bodisatvas de Khunnu Lama Tenzin Gyaltsen dijo que había cambiado de opinión y que sentía que si tenía tiempo para aplicar realmente la práctica podría conseguir algo.
El capítulo 6 trata sobre cómo deshacernos de las emociones nocivas con consejos para las personas que están llenas de deseo o de mal genio. El capítulo 7 trata sobre el abandono del apego a los objetos de los sentidos y el capítulo 8 explica a fondo la preparación del estudiante.
Su Santidad anunció que mañana dirigirá una ceremonia para generar la mente del despertar o bodichita basada en las aspiraciones expresadas en los siguientes versos de la Guirnalda Preciosa de Nagaryuna:
Que pueda yo ser siempre un objeto de disfrute
para todos los seres sensibles conforme a sus deseos,
y sin interferencias, como lo son la tierra,
el agua, el fuego, el viento, la hierba y los bosques.
Los seres sensibles aprecian sus propias vidas,
que los aprecie yo a ellos más que a la mía.
Que sus malas acciones den su fruto para mí
y todas mis virtudes fructifiquen en ellos.
Mientras exista cualquier ser sensible
en cualquier lugar, que no haya sido liberado,
que pueda yo permanecer en el mundo para beneficio de ese ser,
aunque haya obtenido la más alta Iluminación.
Al salir del templo, Su Santidad se dirigió lentamente hacia las escaleras que bajan al patio, deteniéndose con frecuencia para intercambiar palabras o estrechar la mano de los devotos y simpatizantes. Varias veces hubo grupos de taiwaneses que gritaron saludos a coro y rieron con placer cuando Su Santidad respondió brevemente en chino. Interactuó de forma similar con miembros sonrientes del público mientras caminaba por el patio del templo hacia la puerta de su residencia, intercambiando algunas palabras aquí y estrechando una mano extendida allí. Una vez atravesada la puerta, fue conducido a su casa para almorzar y se sirvió comida en el patio para los invitados taiwaneses y los monjes y monjas.