Bodhgaya, Bihar, India – Era una mañana fría y con niebla cuando, justo antes de las 7, Su Santidad el Dalái Lama salía en coche del Monasterio de Namgyal. El Sikyong (Primer Ministro) Dr. Lobsang Sangay, el Presidente del Parlamento Tibetano Khenpo Sonam Temphel y el Kalon (Ministro) de Asuntos Religiosos y Culturales Ven. Karma Gelek precedían al coche de Su Santidad andando y llevando incienso ceremonial hasta el cercano lugar del Kalachakra. Su Santidad saludó a las personas que se habían congregado en el Templo Kalachakra y se sentó frente al pabellón del mandala para empezar los procedimientos preliminares para la Iniciación de Kalachakra. Le asistían los monjes del Monasterio de Namgyal.
«Hoy, he terminado el ritual preliminar en más o menos una hora», comentó Su Santidad después de tomar asiento en el trono frente a la multitud asistente. Se recitaron versos de homenaje a Buda y el Sutra del Corazón y Su Santidad pidió a todo el mundo que recitara el mantra del Kalachakra mientras él se preparaba para la siguiente fase de los actos.
»Estamos aquí en este lugar sagrado donde hace más de 2500 años Buda Shakyamuni alcanzó la iluminación. Grandes maestros indios como Nagaryuna y muchos entre los 84 Grandes Eruditos han practicado aquí. Muchos traductores que vinieron del Tíbet en busca de enseñanzas también visitaron este lugar. En esta ocasión voy a dar la Iniciación de Kalachakra aquí y esta será la 34ª vez que lo hago.
»Los monjes de Phende Lekshe Ling o del Monasterio de Namgyal han practicado Kalachakra desde la época del VII Dalái Lama, que fue quien compuso el texto que seguimos sobre la base de las tradiciones Zhalu y Jonang.
»Después de dar la iniciación por primera vez en India, en Dharamsala en 1970, ya habíamos desmontado el mandala al final cuando tuve un sueño. Soñé que estaba en el centro del mandala con los monjes a mi alrededor y estábamos bendiciendo el terreno y entonando la invocación de la deidad. Tomé este sueño como indicación de que daría esta iniciación en repetidas ocasiones. Puesto que la primera que di fue en 1954 en Lhasa, muchas personas la han recibido pero realmente no sé cuántas personas están realmente practicando».
Su Santidad hizo una pausa para preguntar si lo que estaba diciendo se estaba traduciendo y emitiendo claramente por FM. Se le aseguró que así era y que se estaba traduciendo simultáneamente al hindi, inglés, chino, ruso, coreano, mongol, japonés, italiano, vietnamita, francés, español, portugués, tailandés, nepalí, ladakhi, butanés, así como a los dialectos de Amdo y Kham.
«Todos habéis venido aquí con gran entusiasmo para escuchar el Dharma. Vamos a convertirlo en una oportunidad para practicar. Sea cual sea la tradición religiosa que practicáis, lo que realmente es importante es la sinceridad con que lo hacéis. La práctica principal de todas nuestras diferentes tradiciones es cultivar el altruismo –un sentimiento de amor y compasión. Este es un planteamiento práctico. Los que seguimos la tradición de Budismo Sánscrito necesitamos cultivar la compasión si queremos ser practicantes Mahayana. Si somos egoístas de corazón, nuestra práctica no será Mahayana. Y si no practicamos tampoco recibiremos muchas bendiciones de la iniciación.
»Lo que necesitamos hacer es cambiar nuestra perspectiva y concentrarnos en el bienestar de los demás. Ya que habéis hecho el esfuerzo de venir hasta aquí, mientras estéis aquí intentad transformar un poco vuestro interior. Aquí es dónde recibí la transmisión oral de la Guía de la forma de vida del Bodisatva por Khunu Lama Rimpoché, que me impactó en gran manera y me llevó a hacer una transformación. No podéis hacerlo sólo con oraciones, debéis utilizar vuestra mente y transformarla. La manera en que progresamos a través de los cinco caminos está indicada en el dharani del Sutra del Corazón: Gate, gate, paragate, parasamgate, bodi svaha.
Su Santidad advirtió que la transformación interior no es algo que ocurra en un par de días. Dijo que de la misma manera que una flor necesita tiempo para crecer y florecer, asimismo se necesitará tiempo para transformar nuestras mentes. Pero, como dijo Maitreya, la naturaleza de la mente es clara y su contaminación es accidental. Mantener como objetivo la iluminación es un incentivo para evitar conductas inmorales, adoptar la virtud y transformar la mente.
«Practicar el altruismo es la manera de llevar una buena vida —sugirió Su Santidad— y si hacéis esto tendréis un buen renacimiento. Intentad comprender las enseñanzas escuchándolas, pensando sobre ellas e integrándolas en vuestra vida».
«Daré también enseñanzas sobre el volumen medio de las Etapas de la Meditación de Malamashila que lo escribió en el Tíbet el en siglo VIII a petición del emperador tibetano Trisong Detsen. Fue su maestro Shantarakshita quien introdujo la tradición Nalanda en el Tíbet, creando la ordenación monástica, dando enseñanzas e iniciando la traducción de los textos budistas al tibetano, mientras que Guru Padmasambhava lideraba la práctica del tantra.
»Hoy voy a revisar los procedimientos para cuidar de los discípulos. Llevará varios días construir el mandala de arena, por lo que los procedimientos de hoy tienen como objetivo proteger a los discípulos para que no encuentren obstáculos para recibir la iniciación. Esto incluye hacer un ritual de ofrecimiento de torma a las fuerzas que podrían interferir y construir una barrera vajra para proteger el lugar.
Su Santidad habló sobre el punto de vista científico de que el universo empezó con el big bang y el punto de vista budista de que la mente no tiene principio. Dijo que la causa substancial de la mente tiene que ser de la misma naturaleza que la mente. Observó que hasta ahora, puesto que no hemos visto los defectos de las emociones negativas, no les hemos aplicado antídotos. Puesto que la causa principal de las emociones negativas es la ignorancia, el mejor antídoto es la sabiduría que comprende la vacuidad. Por esta razón, Su Santidad elogió la práctica de los tres adiestramientos, ética, concentración y sabiduría.
Sikyong Dr. Lobsang Sangay, en nombre de los anfitriones de la ceremonia del Kalachakra, la Administración Central Tibetana, ofreció a Su Santidad un mandala y representaciones del cuerpo, habla y mente iluminados. En su momento se le invitó a lanzar el palillo de limpieza dental en nombre de las personas laicas de la audiencia para descubrir el tipo de logros que conseguirían. Khenpo Sonam Temphel hizo lo mismo en nombre de los monásticos.
Su Santidad recomendó a los discípulos que confiaran en el mantra abreviado o completo de Kalachakra para su protección, recitándolos incluso cuando se fueran de compras. Anunció que esto completaba los procedimientos para proteger a los discípulos y puesto que las enseñanzas no se iniciarían hasta pasados dos días tendrían tiempo de hacer un peregrinaje a Ragir, Nalanda y las cuevas de Mahakala. El consejo final de Su Santidad fue que todo el mundo cuidara su salud.
