Thekchen Chöling, Dharamsala, India - Había un brillo en el aire después de la lluvia nocturna de esta mañana cuando Su Santidad el Dalái Lama se reunió con los representantes de la comunidad, el personal y los estudiantes de Tong-Len, una pequeña organización benéfica que trabaja con las comunidades indias desplazadas en la zona de Dharamsala. El objetivo de Tong-Len es ayudar a estas comunidades sin hogar a acceder a los derechos humanos básicos y a romper el ciclo de privación a través de la educación. Con este fin, la organización benéfica ha establecido su propia escuela y proporciona alojamiento en albergues para los niños más necesitados.
Su Santidad el Dalái Lama llega para su reunión con representantes de la comunidad, personal y estudiantes
Su Santidad saludó a las dos docenas de visitantes al entrar en la sala. Les dijo que por lo que recordaba, Tong-Len era una iniciativa de Ven Yamyang, un monje tibetano que estaba visitando Dharamsala para asistir a las enseñanzas y meditar. Se dio cuenta de que los niños de los barrios bajos mendigaban y recogían basura, pero no recibían educación, y decidió que había que hacer algo.
«Nosotros los seres humanos tenemos un cerebro especial —explicó Su Santidad—, y necesitamos ser educados si queremos que se desarrolle adecuadamente. Sin embargo, a veces la educación está motivada por el egoísmo, la ira y el miedo. Eso sólo crea problemas. Está claro que educar al cerebro por sí solo no necesariamente trae paz mental. La educación debe combinarse con la calidez de corazón, con una motivación sincera y compasiva. Cuando se combinan la inteligencia y la calidez de corazón, la persona será más feliz y estará más en paz consigo misma. Dondequiera que viva, su familia se beneficiará y, como resultado, la comunidad en general también se beneficiará.
»Ayer me regalaron un gran pastel de cumpleaños y me gustaría compartirlo con ustedes hoy.
»Veo que, aparte de un seguidor australiano, todos ustedes son indios. Con frecuencia pienso que entre las tres grandes civilizaciones antiguas de Egipto, China y el Valle del Indo, fue la cultura del Valle del Indo la que desarrolló una comprensión profunda del funcionamiento de la mente y de las emociones. La práctica de la no violencia y la compasión, 'ahimsa' y 'karuna', surgieron como consecuencia de ella. Buda Shakyamuni fue un producto de este movimiento y dio lugar a importantes desarrollos filosóficos.
»Sin embargo, nunca digo que el budismo es la mejor tradición espiritual o filosófica, porque así como no podemos decir que tal o cual medicina es la mejor en todos los casos —si no que depende de lo que el paciente necesite— así también entre nuestras diferentes tradiciones espirituales y filosóficas, lo que se ajusta a la disposición mental de una persona puede no ajustarse a la de otra. Depende de lo que cada una encuentre útil. Sin embargo, lo cierto es que los grandes maestros budistas como Nagaryuna, Arya Asanga, Dignaga, Dharmakirti, Buddhapalita y Chandrakirti eran todos indios, así que tal vez haya algo especial en el cerebro indio.
»Mi amigo, el físico nuclear Raja Ramana, señaló que la física cuántica es relativamente nueva en Occidente, pero que muchas de sus ideas fueron anticipadas en la India hace 2000 años. La clave para esto son las Dos Verdades, la verdad convencional y la verdad última, y la idea de que las apariencias no concuerdan con la realidad. Los jóvenes indios tenéis mucho de lo que estar orgullosos».
Su Santidad explicó que mientras que la India moderna tiende a seguir un camino occidentalizado y materialista, la antigua India tenía una profunda comprensión del funcionamiento de la mente y las emociones, y una visión clara de la realidad derivada de la lógica y el razonamiento. Siguiendo la admonición del Buda de no aceptar lo que dijo a primera vista, sino de investigarlo tan minuciosamente como un orfebre prueba el oro, Nagaryuna, Dignaga y Dharmakirti escudriñaron sus enseñanzas. Su enfoque era científico.
Su Santidad aludió a las discusiones que ha mantenido con científicos modernos durante los últimos 40 años. Mencionó que también ha oído que los profesores de las universidades chinas han quedado impresionados por el contenido de los libros preparados en Dharamsala que tratan de la ciencia y la filosofía de los clásicos budistas. Destacó que la educación legada a la India por los británicos buscaba en Dios, si es que existía, una guía moral, pero carecía de toda idea de cómo lograr la paz mental.
La antigua India conocía bien las prácticas para desarrollar una mente serena y una visión de la realidad, 'shamatha' y `vipashyana', pero estas tradiciones están, en general, desatendidas en la India moderna. Es por eso que Su Santidad se ha comprometido a revivirlas si puede y a animar a los indios a combinar las habilidades antiguas y modernas sobre la base de un enfoque secular. Pueden ser relevantes para todos: la paz mental es un asunto de toda la humanidad.
«La India tiene un gran potencial para lograr un mundo más pacífico. Mahatma Gandhi no era un gran filósofo, pero demostró lo práctica que podía ser la no violencia, 'ahimsa'. Estoy convencido de que una combinación de 'ahimsa' y los conocimientos de la física cuántica puede contribuir a un mundo más pacífico. Esta es una gran oportunidad, por favor piénsenlo.
»Como seguramente saben, 'tong-len' se refiere literalmente a dar y tomar, a imaginar que intercambiamos cualquier cualidad positiva que podamos tener por el dolor y el sufrimiento de los demás. Lo encuentro muy útil.
»En 2008, nos llegó la noticia de las manifestaciones que tuvieron lugar en Lhasa. Me preocupaba que la violenta retribución desencadenada en 1959 se repitiera, pero me sentía impotente. No había nada que pudiera hacer. Practiqué 'tong-len'. Imaginé que les quitaba el enojo y el impulso de represalias a los funcionarios chinos y les daba paciencia y compasión a cambio. El ejercicio no tuvo ningún efecto práctico sobre el terreno, pero fortaleció mi tranquilidad.
»Del mismo modo, en otra ocasión, me enfermé en Bodhgaya y conduje hasta Patna para recibir tratamiento. En las afueras de la ciudad vi a un anciano enfermo, sin amigos y desatendido en una simple cama. Una vez más, no pude ayudar directamente, pero más tarde, cuando me sentía dolorido en mi habitación, visualicé que asumía su angustia y su soledad y le daba consuelo, lo que me ayudó mucho».
Los estudiantes de Tong-Len saludaron a Su Santidad con «Namaste, Tashi Delek y Feliz Cumpleaños». Cantaban una oración india en hindi, seguida de una oración tibetana traducida al inglés, cuya línea final decía: «Permanezca hasta el fin de la existencia, permanezca hasta el fin de la existencia».
»Dado que nací en el Tíbet, soy físicamente tibetano —respondió Su Santidad—, pero cada partícula de mi cerebro está llena de pensamiento indio, así que mentalmente soy realmente indio. Trato de promover la no violencia y la compasión, que estoy convencido de que son relevantes en el mundo de hoy. Si mantenemos la paz mental, estaremos tranquilos y sin preocupaciones. Es sobre esta base que estoy comprometido a revivir el conocimiento de la antigua India, y ustedes pueden ayudarme a hacerlo.
»Ahora tengo 84 años y podría vivir hasta los 94 o incluso hasta los 100". Pero yo soy viejo, mientras ustedes son jóvenes. Introduzcan estas ideas de las que he estado hablando a la próxima generación y a las generaciones posteriores, para que ustedes, que pertenecen al siglo XXI, pasen algo a los siglos XXII y XXIII. Hace más de 2000 años que el Buda vivió en la India, pero sus enseñanzas aún sobreviven. Los tibetanos hemos mantenido viva la tradición de Nalanda. Es a través del estudio y la práctica que se preservan los pensamientos de Buda.
»Si el mundo fuera más compasivo, también podría desmilitarizarse. Esto depende de que las personas desarrollen el desarme interno, lo que da lugar a la compasión, la calidez de corazón y el desarme externo. Esto es cierto 'ahimsa'. Gracias».
Un representante de un estudiante de último año leyó una menciión honorífica de gratitud a Su Santidad antes de entregarle una copia enmarcada.
«Su Santidad, somos estudiantes de alto nivel y personal de Tong-len y representantes de las comunidades de los suburbios. Estamos aquí para expresar nuestra gratitud por su filosofía y apoyo y, con motivo de su cumpleaños, para desearle una larga vida.
»Nacimos en los barrios bajos. No teníamos recursos básicos, ni derechos, ni respeto. Teníamos poca o ninguna comida. Algunos de nosotros estuvimos cerca de la muerte. Algunos de nuestros amigos fallecieron debido a una enfermedad simple, falta de atención médica y exposición a los elementos. Nuestros amigos y familiares siguen viviendo con estas dificultades.
»Su filosofía de bondad y compasión inspiró a un monje a crear Tong-len. Apoyado por usted y el Dalái Lama Trust, Tong-len nos rescató. Se nos ha dado atención médica, comida, refugio y educación. Gracias a su apoyo, 333 niños están transformando sus vidas.
»Solíamos mendigar y recoger basura, pero gracias a su apoyo y al de Tong-len hemos alcanzado proezas asombrosas, como completar los estudios superiores. Le estamos agradecidos por su amabilidad, compasión, inspiración y visión. Estamos agradecidos a Tong-len por ver nuestras necesidades y por darnos esperanza y un futuro. Somos el ejemplo de cambio.
»Su Santidad, su visión de la ética secular ha transformado nuestra manera de pensar y nos ha inspirado a ser buenos seres humanos. El estudio a través de la ética secular nos ha ayudado a aprender acerca de nuestra humanidad común y cuán importante es el respeto por todos. La familia Tong-len es un grupo diverso y todas las personas dentro de nuestra comunidad son igualmente respetadas sin importar su religión, casta o género. Este concepto nos ha dado poder. Tenemos autoaceptación, madurez emocional, tolerancia y el coraje para mantener la cabeza en alto. Los niños de Tong-len tienen un futuro positivo y les gustaría darle las gracias de todo corazón.
»Su visión de una comunidad global es un regalo para nuestra generación y sentimos la responsabilidad de difundir los conceptos y la filosofía a toda la comunidad. Bajo el apoyo del Dalái Lama Trust trabajamos en la comunidad para desarrollar una sociedad ética a través de la educación y la concienciación. A través de nuestros proyectos de bondad esperamos hacer de Dharamsala una ciudad amable. También estamos trabajando en los barrios bajos para ayudar con la higiene, la educación y la vivienda. Los niños de Tong-len están comprometidos a vivir a través de su visión para asumir responsabilidades universales y reducir los problemas sociales.
»Con motivo de su cumpleaños, en nombre de las comunidades de los suburbios del valle de Kangra, de los niños y del personal de Tong-len, deseamos presentarle este recuerdo para expresarle nuestra gratitud por su inspiración y su compromiso inquebrantable de hacer del mundo un lugar mejor y más armonioso. Por el apoyo que Su Santidad nos ha dado para romper el ciclo de la pobreza y darnos esperanza y un futuro. Deseamos a Su Santidad una larga vida para reducir la pobreza».
