Su Santidad el Dalái Lama ha escrito al Emperador Naruhito para felicitarlo por su acceso al trono de Japón y por el amanecer de la nueva era Reiwa.
«Admiro calurosamente la determinación de Su Majestad» —escribió—, «de continuar con el enfoque compasivo de su respetado padre, el Emperador Emérito, de interactuar estrechamente con el público, al cumplir con la responsabilidad del Símbolo del Estado».
«Tengo un profundo respeto por la resiliencia del pueblo japonés» —continuó—, «y por la forma en que la nación se levantó de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial. También, en los años siguientes, el Japón se ha enfrentado a desastres naturales sin precedentes, pero se ha recuperado gracias a una combinación de trabajo arduo y fuerza de espíritu. Lo he visto con mis propios ojos cuando tuve la oportunidad de visitar las zonas afectadas por el devastador terremoto y el tsunami de 2011. Allí me reuní con personas afectadas por estas calamidades y rezamos juntos por los miembros de la comunidad que habían perdido la vida.
»Durante los últimos cincuenta años, en el transcurso de mis visitas regulares a Japón, he apreciado profundamente el interés y el entusiasmo que personas de todas las profesiones y condiciones sociales han mostrado en mis esfuerzos por fomentar el cultivo de valores humanos tan fundamentales como la compasión y la armonía religiosa».