Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Invitado por las comunidades tibetanas de América del Norte a enseñar los Ocho versos sobre entrenamiento mental y las Treinta y siete prácticas de un bodisatva esta mañana, Su Santidad el Dalái Lama llegó casi quince minutos antes. El representante Ngodup Tsering presentó el evento en tibetano. Agradeció a Su Santidad en nombre de los tibetanos en Norteamérica por la oportunidad de escuchar sus enseñanzas y hacer preguntas. También llamó la atención sobre la Ley de Política y Apoyo al Tíbet de 2020 (TPSA) que fue aprobada recientemente. Señaló que muchos tibetanos de América del Norte están obteniendo buenos resultados en sus estudios y sus trabajos. Finalmente, le pidió a Su Santidad que viviera 125 años como Trulshik Rinpoché había predicho que podría hacerlo.
Las palabras iniciales de Su Santidad fueron: «Me siento feliz de tener esta oportunidad de hablar con los tibetanos en Norteamérica hoy. En estos días es difícil para mí viajar lejos debido a mi edad, pero enseñar así por Internet desde aquí en Dharamsala es relativamente fácil.
»Somos tibetanos de la Tierra de las Nieves. Antes del reinado de Songtsen Gampo éramos nómadas como los mongoles. Él se casó con una princesa china que trajo la preciosa estatua de Jowo al Tíbet. Sus relaciones con los chinos eran estrechas, pero cuando se quiso diseñar una forma de escritura tibetana, eligió tomar como modelo el alfabeto indio Devanagari.
»En el siglo VIII, aunque las relaciones con China seguían siendo estrechas, el rey Trisong Detsen prefirió mirar a la India como fuente de enseñanzas budistas. Invitó a Shantarakshita al Tíbet. Una de sus principales sugerencias fue que, en lugar de tratar de aprender pali y sánscrito para leer la literatura budista, los tibetanos deberían traducirla al tibetano. En consecuencia, se crearon las colecciones de los Kangyur y Tengyur.
»El linaje que Shantarakshita introdujo en el Tíbet fue la Tradición de Nalanda, que incluía no sólo la filosofía del Camino Medio (Madhyamaka), sino también una lógica y epistemología rigurosas. El budismo tibetano es la única tradición que ha mantenido vivo el estudio de la Perfección de la Sabiduría, el Camino Medio, la lógica y la epistemología, el Conocimiento Superior (Abhidharma) y la Disciplina Monástica (Vinaya). Finalmente este enfoque fue transmitido a Mongolia por, entre otros, el Tercer Dalái Lama.
»Hoy en día, todo lo que queda físicamente del gran centro de aprendizaje conocido como Universidad de Nalanda es una ruina. Recuerdo que una vez hice una peregrinación allí y recité el «Ingreso al Camino Medio" de Chandrakirti en recuerdo de las tradiciones que prevalecieron allí y que nosotros, los tibetanos, hemos mantenido vivas.
»De simples nómadas nos hemos transformado en rigurosos estudiantes de budismo a través de un extenso estudio, reflexión y meditación sobre las enseñanzas del Buda. Los seguidores de la tradición pali en Sri Lanka, Tailandia y Birmania siguen las enseñanzas de Buda sobre la base de la autoridad de las escrituras. Nosotros seguimos el consejo de Buda de ser escépticos y cuestionar. Buda nos recomendó: "Monjes y eruditos, tal como examináis bien el oro quemándolo, cortándolo y raspándolo, es así como debéis aceptar mi palabra, no por respeto a mí"».
Al destacar la importancia de estudiar la Perfección de la Sabiduría, el Camino Medio, y lógica, Su Santidad citó un verso del final del Ingreso al Camino Medio de Chandrakirti:
Mediante una habituación previa, algunos comprenden la temible profundidad de este ser en sí ya descrito. Otros no la comprenden aunque hayan estudiado mucho. Por eso, al estudiar los sistemas que nos atraigan, debemos abandonar la inclinación por los tratados que se aparten de este sistema, como los que proponen un «yo». 11.55
Continuó citando unos versos que indican los absurdos lógicos que se derivan de la afirmación de que los fenómenos tienen una existencia intrínseca:
Si su fundamento fueran sus propias características,
al refutar estas, las entidades quedarían destruidas.
La causa de su destrucción devendría una vacuidad,
y eso es absurdo, luego las entidades no existen. 6.34
Cuando examinamos bien estas entidades,
aparte de la identidad real de su ser en sí,
no se encuentra nada de este lado, luego la verdad
convencional mundana no debe examinarse. 6.35
Al considerar la talidad, ningún razonamiento
demuestra la generación de sí ni de otro.
Tal razonamiento no procede ni de modo nominal,
¿de qué es, pues, vuestra generación? 6.36
Mencionó que recita estos versos y reflexiona sobre ellos diariamente. También señaló el eficaz análisis séptuple de Chandrakirti:
Por eso tampoco es lógica la mente que imputa
una jarra en el lugar donde están la forma y demás.
La forma y demás no han surgido y tampoco existen,
luego, tampoco tiene sentido que tengan una figura. 6.151
Ésta no está establecida mediante el análisis
séptuple, en el ser en sí ni en lo mundano.
Mas, sin investigar, en lo mundano,
es imputada en dependencia de sus partes. 6.152
No se puede determinar que los fenómenos existan de manera independiente conforme a este análisis séptuple, pero sí existen por convención. Los consecuencialistas (Prasangikas) dicen que los fenómenos no tienen una existencia última, aunque existen por designación. Su Santidad aclaró que el propósito de explorar tales puntos de vista filosóficos es combatir nuestra concepción errónea de la realidad.
Además de esto, en su Modo de Vida de los Bodisatvas, Shantideva describe la poderosa práctica de ponernos en el lugar de los demás. Subraya la necesidad de esta práctica con la siguiente declaración:
Cualquier alegría que haya en este mundo viene de desear que los demás sean felices, y cualquier sufrimiento que haya en este mundo proviene de desear mi propia felicidad. 8/129
¿Hace falta decir más? Los infantiles se ocupan de sí mismos, los Munis obran por el bien ajeno: mirad la diferencia entre ellos. 8/130
Si no intercambio mi felicidad por el sufrimiento de los demás, no sólo no alcanzaré la budeidad, tampoco en el samsara tendré felicidad. 8/131
Su Santidad recordó que, en el pasado, el budismo tibetano se denominaba en algunos círculos «lamaísmo», como si no fuera la verdadera enseñanza del Buda. Desde que los tibetanos llegaron al exilio se ha hecho evidente que siguen la tradición de Nalanda. Y es por esto, y por su confianza en la razón y la lógica, que los budistas tibetanos han sido capaces de entablar un diálogo fructífero con los científicos modernos.
Los budistas pueden aportar algunas observaciones clave, una es el descubrimiento de que lo que perturba nuestra mente es la idea errónea de que los fenómenos existen de manera intrínseca. Otra es que las perturbaciones de la mente sólo pueden ser abordadas cultivando estados mentales positivos. El conocimiento preservado en la tradición budista tibetana es de tal valor que es un tesoro para la humanidad.
«Hemos mantenido nuestras tradiciones vivas y continuaremos haciéndolo. Esto es algo que también hacen los tibetanos en el Tíbet, no como resultado de una fe ciega, sino sobre la base de la razón».
Su Santidad terminó su charla preliminar explicando que en lo que respecta a viajar a Norteamérica, uno de sus amigos se ha ofrecido a poner a disposición su propio avión privado, pero aun así es un viaje muy largo. Por el momento, dijo que le complace poder interactuar con tantas personas a través de Internet.
Volviendo al primero de los textos que iba a leer, los Ocho versos sobre entrenamiento mental, Su Santidad comentó que Geshé Langri Thangpa era famoso por su práctica de la bodichita. Sin embargo, su preocupación por el sufrimiento de los seres sensibles era tal que siempre mostraba una cara triste.
La primera estrofa alude a la mente compasiva del despertar, el deseo de liberar a los seres sensibles del sufrimiento. La segunda tiene como propósito que nos veamos a nosotros mismos como inferiores a todos, y tratemos a los demás con respeto. La tercera sugiere que hagamos lo que hagamos, no debemos dejarnos llevar por las emociones nocivas. La cuarta recomienda cultivar la compasión por aquellos que reaccionan con ira. La quinta declara que debemos ofrecer la victoria a los demás. Las estrofas sexta y séptima se refieren a la práctica de intercambiarnos con los demás, dándoles nuestras virtudes y cargando con sus malas acciones. La última estrofa afirma: «Que pueda ver todos los fenómenos como ilusiones —la visión de la vacuidad— y, sin apego, obtener la libertad de la esclavitud».
Su Santidad habló de lo cerca que se siente de las enseñanzas de Nagaryuna en su tratado sobre la vacuidad, La sabiduría fundamental del camino medio. Expresó su sensación de haber estado en la periferia de la reunión cuando Nagaryuna enseñó sobre el descubrimiento de que nada tiene una identidad verdadera e independiente, sino que las cosas existen por mera designación sobre la base de ser consabidas en lo mundano. Señaló que los Ocho Versos tratan de la bodichita convencional y la última, y que los recita todos los días.
Los versos introductorios de las Treinta y siete prácticas de un bodisatva observan que «todos los fenómenos carecen de ir y venir», pero como Su Santidad ya ha mencionado, existen por designación. Leyó sin parar algunos versos, comenzando con el significado de una preciosa vida humana, el valor de la soledad y la impermanencia. Hizo una referencia a recibir la ayuda de las deidades y otros seres, pero que no son objetos de refugio apropiados. Ayudar a otros es crear las causas de la buena fortuna. También hay una referencia aquí a la práctica de igualarnos e intercambiarnos con los demás.
El texto menciona que buscar el elogio y la fama puede disminuir nuestra práctica. Señala que lo que percibimos son proyecciones de la mente, lo que llevó a Su Santidad a observar que Thogmé Sangpo parece haber sido un seguidor del punto de vista de la escuela de Mente Solo. Hay una serie de versos que destacan la práctica de las seis perfecciones. El texto termina con una aspiración a preguntar constantemente "¿Cuál es el estado de mi mente?" y una dedicación de la virtud de hacer tal esfuerzo a la iluminación.
Su Santidad informó que la copia del texto que había estado leyendo le fue enviada a Darjeeling desde el Tíbet por Lhatsun Rinpoché. A su debido tiempo pudo pedir a Khunu Lama Rinpoché que se lo explicara y le diera la transmisión oral.
El representante Ngodup Tsering invitó a varios jóvenes tibetanos en los EE.UU. y Canadá para hacer preguntas a Su Santidad. La primera fue sobre cómo ayudar a las personas que sufren de enfermedades incurables. Su Santidad empezó por expresar su admiración hacia aquellos que se formaban en medicina. Luego señaló que si una enfermedad tiene un remedio, no hay necesidad de preocuparse. Pero si no hay cura, preocuparse no ayudará. Cuando llegue el momento de la muerte, Vajrapani puede eliminar obstáculos y el Buda de la Medicina puede conceder bendiciones, pero la muerte se ha hecho ya inevitable.
Los budistas no creen en un «atman» o alma que va de vida en vida, ellos hablan de la continuidad del continuo mental.
«Mientras aún haya esperanza —añadió—, toma el tratamiento que haya y mantén la calma, conserva tu paz mental y, si eres budista, reza para que te guíen los maestros espirituales en el futuro».
Su Santidad situó la práctica de la bodichita en el contexto de que somos seres humanos que dependemos de nuestras comunidades para sobrevivir. Por eso es un error descuidar el bienestar de los demás y por eso es importante ayudarlos siempre que podamos. El cultivo del sentido de la unidad de la humanidad y el reconocimiento de que todos somos iguales es tan eficaz para ser felices y evitar el sufrimiento, debido a nuestra dependencia de los demás.
Su Santidad explicó que, aunque se ha retirado de su papel político, considera que es su responsabilidad fomentar la preservación de la cultura tibetana y la protección del medio ambiente natural del Tíbet. El pueblo del Tíbet responde manteniendo vivo el espíritu tibetano.
«La cultura tibetana puede ser beneficiosa para el mundo en general —dijo—. No debemos lamentar lo que hemos perdido sino que debemos sentirnos orgullosos de que nuestras tradiciones puedan ser útiles a los demás. Los libros que hemos publicado aquí en el exilio sobre ciencia y filosofía han llegado a las universidades del Tíbet. Me han llegado informes de que los eruditos chinos han quedado impresionados por el carácter científico de esta presentación del budismo tibetano. Este es un ejemplo del impacto que los exiliados pueden tener en lo que sucede en el Tíbet.
»Preservar nuestra cultura y tradiciones es importante, pero también lo es compartir lo que sabemos con los demás».
Al preguntarle su opinión sobre la competitividad, Su Santidad estableció una distinción entre obstruir la capacidad de los demás para tener éxito a fin de ser el primero, lo cual es perjudicial, y esforzarnos por llegar a la cima para dar un ejemplo a los demás.
Una joven planteó la necesidad de la igualdad de la mujer. Su Santidad le habló de que hay pruebas científicas que indican que las mujeres son más compasivas y que el amor de una madre es particularmente intenso. Señaló que recientemente había escrito para felicitar a la Primera Ministra de Finlandia por su nombramiento, así como por su elección de un gabinete mayoritariamente femenino. Al ser más sensibles a los sentimientos de los demás, las mujeres pueden ser más eficaces en la promoción del amor y la compasión.
Desafiado a decir por qué se han producido los incendios forestales australianos y la pandemia de la COVID 19, Su Santidad expresó su pesar por el gran número de animales que han perecido en los incendios de Australia y del Brasil, lo que atribuyó al calentamiento del planeta, así como por los que han perdido la vida a causa del coronavirus. Reflexionó sobre el hecho de que podemos entender la pandemia en términos de karma colectivo, pero subrayó la importancia de ser optimistas y mantener el ánimo elevado.
«No importa cuán enfermos estemos, debemos mantenernos optimistas y conservar la paz mental —aconsejó Su Santidad—. Si están tratando a los enfermos, es importante no que no se desanimen y que infundan esperanza en sus pacientes. Si somos budistas, podemos recitar el mantra de Tara, como yo hago todos los días durante unos minutos, con mis oraciones para que la pandemia se calme pronto. También recito el mantra de Sakiamuni de la misma manera. Este tipo de práctica puede ayudar y no perjudica en absoluto. También pueden decirle a sus pacientes que el Dalái Lama está rezando por ellos».
Cuando se le preguntó cómo pueden los jóvenes tibetanos hacer del mundo un lugar mejor para vivir, Su Santidad recomendó dar y recibir ayuda médica, recitar mantras y responder a los demás con amor y compasión. Con respecto al calentamiento global, advirtió que puede agravarse hasta tal punto que la meseta tibetana, fuente de tantos ríos asiáticos, se convierta en una zona árida como Afganistán. Reflexionó que desde una perspectiva más amplia los mundos surgen y desaparecen, pero, mientras tanto, debemos cuidar más nuestra ecología natural.
En sus observaciones finales, Su Santidad animó a los tibetanos entre sus oyentes, dondequiera que estén, a no olvidar que son tibetanos. Tienen sangre tibetana. Son descendientes de ancestros tibetanos. Deben preservar su cultura y tradiciones con valentía.
«La humildad, bondad y moralidad tibetanas son ampliamente admiradas. Por favor, manténganlas vivas».