Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana, Su Santidad el Dalái Lama fue invitado por la Fundación Internacional Dr. APJ Abdul Kalam para dar una breve charla y responder a las preguntas de los estudiantes de todo el mundo. Fue recibido por los sobrinos nietos del Dr. Abdul Kalam y los co-fundadores de la fundación. Le dijeron a Su Santidad lo honrados que se sentían de que se hubiera unido a ellos por medio de videoconferencia desde su residencia. Citaron las palabras del Dr. Abdul Kalam como evidencia de su sueño de un mundo más pacífico: «Donde hay rectitud en el corazón, hay belleza en el carácter. Cuando hay belleza en el carácter, hay armonía en el hogar. Cuando hay armonía en el hogar, hay orden en la nación. Cuando hay orden en la nación, hay paz en el mundo».
«Respetados amigos —respondió Su Santidad—, también es un gran honor para mí tener la oportunidad de recordar y hablar del Dr. Abdul Kalam. Cuando vine por primera vez a la India, en 1956, Rajendra Prasad era el Presidente. Le sucedió el Dr. Radhakrishnan. A lo largo de los años he tenido la oportunidad de conocer a muchos Presidentes y Primeros Ministros. Entre ellos, había algo especial en el Dr. Abdul Kalam. Provenía de una familia normal, pero gracias a la educación y al trabajo duro, se convirtió en un científico eminente. Era un líder gentil, genuino y digno.
»Hoy tenemos la oportunidad de recordarlo y de hablar de la cultura de la India que tiene miles de años de antigüedad, especialmente de la costumbre de mantener la armonía interreligiosa. El Dr. Abdul Kalam era un musulmán que ocupaba el cargo más alto del país. Y dado que todas las religiones del mundo florecen aquí y conviven en el respeto mutuo, la India es un ejemplo vivo de que la armonía religiosa es posible.
»La India también tiene una larga tradición de 'ahimsa' y 'karuna', no violencia y compasión, que son ideas maravillosas. En sus estudios, los académicos indios adoptaron un enfoque lógico. Distinguidos lógicos compusieron tratados sobre lógica. Además, las tradiciones espirituales indias tienen en común métodos para entrenar la mente, la concentración, el samadhi y la sabiduría analítica, vipashyana.
»Las prácticas de bondad y altruismo están relacionadas con el bienestar humano. Dado que muchos de los problemas a los que nos enfrentamos son el resultado directo de la falta de compasión, las nociones de 'karuna' y 'ahimsa' son claramente relevantes hoy en día. Por ello, uno de mis compromisos es fomentar un renacimiento del interés por los antiguos conocimientos indios, especialmente una comprensión de la conciencia y las emociones que nos permita alcanzar la paz mental.
»Creo que aunque gran parte de este conocimiento se encuentra en textos religiosos, puede ser aplicado de una manera secular y académica. Todo ser humano espera llevar una vida pacífica; la compasión y la no violencia son importantes para poder hacerlo».
Respondiendo a las preguntas que le hicieron jóvenes estudiantes de diferentes partes del mundo, Su Santidad confirmó que los miembros de las familias ordinarias pueden contribuir a la paz mundial. Citó el ejemplo de Mahatma Gandhi que, aunque era un solo individuo, propagó un enfoque no violento del cambio, primero en Sudáfrica y luego como parte de la lucha por la libertad en la India. No tenía ninguna fuerza militar detrás de él, pero su poderoso ejemplo fue seguido por Nelson Mandela y Martin Luther King.
«Las ideas pueden comenzar con un solo individuo, pero crecen a medida que son asumidas por la humanidad en general. Los jóvenes como ustedes, con un rico patrimonio cultural, pueden hacer una contribución decisiva a la paz en el mundo».
Con respecto a la consecución de un planeta pacífico, Su Santidad explicó que la educación moderna tiende a centrarse en objetivos materialistas, sin prestar suficiente atención a cómo cultivar la paz mental. El énfasis contemporáneo en el desarrollo tecnológico conduce a la codicia. Su Santidad sugirió que si nuestras vidas sólo se centran en objetivos materiales y recurrimos a la violencia para defenderlos, será difícil que veamos la paz como resultado.
Sin embargo, hacia finales del siglo XX, mucha gente, incluyendo científicos, comenzó a interesarse en cómo desarrollar la paz mental. Algunos científicos comenzaron a observar que los cambios en la mente podían afectar al cerebro. La paz, explicó Su Santidad, no está relacionada con nuestras conciencias sensoriales, sino con nuestra conciencia mental.
«Los seres humanos somos animales sociales —añadió—, con una preocupación natural por la comunidad en la que vivimos. Sin compasión y sin el cuidado de los demás no podemos sobrevivir. Desde el momento en que nacemos nuestra madre nos cuida, pero también hay parientes y vecinos que la cuidan a ella. La compasión no es algo que aprendamos cuando crecemos, la experimentamos tan pronto como nacemos.
»En el mundo actual, el pensamiento materialista crea muchos problemas. Para colmo, están el calentamiento global y el cambio climático, que cuya solución es realmente urgente. ¿No se informó que este septiembre fue el más caluroso que se haya registrado? Las antiguas escrituras describen la creación, permanencia y destrucción del mundo y si nos detenemos a pensar en ello, parece que nuestro planeta se está acercando a la destrucción.
»Si no hacemos nada al respecto, los expertos dicen que los ríos y lagos de los que dependemos para el agua se secarán. Ha llegado el momento de prestar una seria atención a la ecología y a la paz en el mundo. Seguir fabricando armas y participar en guerras es autodestructivo. Pensar en los demás en términos de "nosotros" y "ellos" y recurrir al uso de la fuerza es completamente anticuado. Son "ahimsa" y "karuna", la no violencia y la compasión, en las que tenemos que confiar.
»La mayoría de los problemas que nos perturban son de nuestra propia creación. Por eso es tan esencial que aprendamos a establecer la paz en nuestra mente. Es evidente que permanecer en un estado de ira y miedo constantes destruye cualquier sensación de paz interior, mientras que cultivar la compasión y la preocupación por los demás reduce estas emociones destructivas. Es mejor ser altruista y pensar en los vecinos como hermanos y hermanas. Por eso intento promover un sentido de la unidad de la humanidad.
»Existen diferencias de color, fe religiosa y nacionalidad, pero dondequiera que voy trato de pensar en mis semejantes como hermanos y hermanas. Somos esencialmente iguales en cuanto que seres humanos. A los niños y niñas no les importa la fe de sus compañeros de juego, su nacionalidad, ni si son ricos o pobres, sino que tienen una apreciación natural de la unidad de la humanidad. Este es el tipo de actitud que tenemos que tratar de preservar para que todos podamos vivir juntos en este pequeño planeta.
»Tomemos como ejemplo el espíritu de la Unión Europea. Después de luchar y matarse unos a otros durante siglos, tras la Segunda Guerra Mundial, las naciones europeas establecieron lo que se convirtió en la UE y la lucha entre ellas cesó. Necesitamos uniones similares en otras partes del mundo, una Unión Latinoamericana y una Unión Africana. La India y China son los países más poblados del mundo, ¡qué bueno sería que formaran una Unión Asiática con Japón y otros estados como Birmania, Tailandia y Vietnam!
»Si, gracias a estas uniones, no hubiera más necesidad de fuerza militar, se ahorraría mucho dinero. Si queremos ver un mundo más pacífico, tenemos que aprender a colaborar. Ustedes, los jóvenes, no deben seguir los patrones de comportamiento anteriores. Las nuevas condiciones, como nuestro mundo interdependiente y globalizado, requieren nuevas ideas. Como he dicho antes, dividir a la gente en "nosotros" y "ellos" está desfasado.
»En la época de Buda, la gente vivía en pequeñas comunidades relativamente aisladas. No tenían ningún sentido del internacionalismo. Ahora vivimos en una economía global y la tecnología nos ha acercado mucho más. La India es una gran nación, pero necesita buenas relaciones con otras naciones. La realidad nos está enseñando que debemos trabajar todos juntos.
»El interés propio miope y los impulsos emocionales como el apego, la ira o el miedo no ayudan. Se basan en apariencias superficiales, que son un malentendido, porque las apariencias, como nos muestra la física cuántica, no se corresponden con la realidad. Las emociones positivas como la compasión, que pueden cultivarse sobre la base de la razón, también sirven para reducir las emociones destructivas».
Cuando le preguntaron cómo responder a la pandemia de coronavirus, Su Santidad observó que en la India el número de enfermos es bastante alto, pero también lo es el de los que se han recuperado. Señaló que los investigadores parecen estar haciendo un buen trabajo y progresando. Destacó que los pacientes no deben dejarse desmoralizar, pues ello puede socavar su inmunidad natural. Dijo que necesitan valor y entusiasmo para vivir al servicio de los demás, y les recomendó que se mantengan animados y seguros de sí mismos y que piensen de manera positiva.
En respuesta a una pregunta sobre la brecha entre ricos y pobres, Su Santidad declaró que los pobres también tienen derechos y que los individuos ricos, así como las naciones ricas, deberían prestar más atención a ayudarlos. Observó que la existencia misma de la creciente brecha entre ricos y pobres es moralmente errónea y que, dado que todos tenemos que vivir juntos, es preciso hacer esfuerzos para repararla.
»La inteligencia humana tiene el poder de observar el mismo objeto desde diferentes ángulos —dijo Su Santidad a otro interrogador—. Hacer esto nos permite ver las cosas con una luz diferente. No debemos simplemente repetir lo que se hizo en el pasado. Cuando la situación ha cambiado, la forma en que pensamos sobre ella también debería cambiar. Como ya he dicho más de una vez, la división entre "nosotros" y "ellos" está obsoleta. Tenemos que pensar en todo el mundo, en toda la naturaleza. En lugar de tener una mente estrecha, necesitamos un enfoque más amplio. Ustedes los jóvenes pueden hacer una contribución significativa adoptando una visión más holística.
»Como dije hace un rato, necesitamos confianza, coraje y paz mental, no podemos permitirnos del desánimo. Es así como podremos superar cualquier problema al que nos enfrentemos».
Los organizadores agradecieron a Su Santidad y a los demás participantes su contribución al debate.
«La clave es tener confianza en nosotros mismos —reiteró Su Santidad—. Y un factor importante en esto es permanecer honestos y veraces, entonces nuestraa confianza estará sólidamente asentada. Si combinamos la confianza en nosotros mismos con las emociones negativas, eso sólo nos llevará al desastre. Los seres humanos tendemos a ser optimistas por naturaleza. Si somos sinceros, honestos y tenemos confianza en nosotros mismos, seremos capaces de usar bien nuestra inteligencia humana. Lo que solemos decir es que la inteligencia debe combinarse con la calidez de corazón y respaldarse con la verdad y la honestidad. Gracias. Adiós».
