Thekchen Chöling, Dharamsala, HP, India - Esta mañana, mientras Su Santidad el Dalái Lama aparecía ante las cámaras de la transmisión por Internet en su residencia, se podía oír al maestro de canto de Drepung recitando oraciones introductorias con su estruendosa voz. A continuación, recitó el Sutra del corazón. Después, el maestro de canto de Sera dirigió el canto de la oración del linaje del Lam Rim. A continuación, el maestro de canto de Ganden realizó la ofrenda del mandala. En las pantallas que tenía delante, Su Santidad pudo ver los rostros del titular del trono de Ganden, de los abades, de los antiguos abades, de los tulkus y de los miembros de la Asociación Ladakhi Semkye.
Su Santidad se puso brevemente el sombrero de pandita, recitó su propia oración introductoria y comenzó su discurso.
«Hoy celebramos esta enseñanza como parte del Gran Festival de Oración. Como no podemos reunirnos físicamente, nos reunimos por Internet. El desarrollo del Gran Festival de la Oración es complicado y recuerdo que una vez tuve que prepararme y entrenarme para dirigir las oraciones de la tarde. Entre ellas estaba la oración relacionada con Sukhavati. Estaba tan nervioso que hasta que no llegué a cierto punto de la oración no fui consciente de los pájaros que me rodeaban volando aquí y allá.
»Como he dicho antes, no podemos reunirnos a causa de la pandemia, pero no importa porque a esta enseñanza pueden acceder personas de todo el mundo. Me alegraré si eso incluye a la gente del Tíbet y de la China continental.
»Siguiendo la tradición, leeré un fragmento de los Cuentos Jataka desde donde los dejamos en la última ocasión, tras lo cual leeré el primer capítulo de la Guirnalda Preciosa de Nagaryuna.
»Hoy estamos en el siglo XXI y muchos tibetanos vivimos en el exilio como refugiados. Las enseñanzas de Buda, impartidas según las necesidades y disposiciones de los discípulos, han sido preservadas por los inteligentes mediante el uso de la razón y la lógica. En la actualidad, su reconocimiento se ha extendido a muchas otras partes del mundo, donde muchas más personas pueden prestarles atención.
»Según cuenta la historia, en el siglo VII, el rey Songtsen Gampo, al que podemos considerar como una emanación de Avalokiteshvara, tuvo una visión de futuro. Aunque tenía fuertes conexiones chinas y se casó con la princesa china que trajo consigo la estatua de Buda que se encuentra en el Jokhang, optó por encargar una escritura tibetana inspirada en el alfabeto indio. En consecuencia, cuando el gran abad Shantarakshita fue invitado al Tíbet por el rey Trisong Detsen, nos aconsejó a los tibetanos que tradujéramos la literatura budista a nuestra propia lengua para no tener que depender del conocimiento del sánscrito y el pali.
»Shantarakshita procedía de la Universidad de Nalanda, así que, desde el principio, los tibetanos estudiamos según la Tradición de Nalanda. Esto significó que nos basamos en la razón y la lógica de una manera que no se encuentra en ningún otro país budista. Gracias a la amabilidad de Shantarakshita, los traductores tibetanos y los panditas indios, hemos podido conservar una presentación muy completa de las enseñanzas de Buda. El pueblo del Tíbet sigue teniendo una devoción inquebrantable y una fe que no se desvía ni siquiera ante las grandes dificultades. Tenemos una profunda tradición de la que sin duda hemos de estar orgullosos. Incluso los funcionarios chinos de línea dura deberían ser capaces de ver esto.
»Cuando conocí a Mao Zedong, me impresionó su motivación socialista de preocuparse por el público en general. Sin embargo, con el paso del tiempo eso parece haber cambiado. Ahora hay una enorme brecha entre ricos y pobres. Mientras tanto, los tibetanos del Tíbet, jóvenes y mayores, han mantenido nuestras tradiciones tibetanas, que podemos ver entre los que realizan postraciones frente al Jokhang. Mi mensaje para ellos es que se sientan tranquilos.
»A los jóvenes tibetanos les pido que presten atención a la lengua tibetana. Estos días he oído que incluso en Siling se enseña el tibetano, cosa que no ocurría en el pasado. Hago un llamamiento a los tibetanos de todas las partes del Tíbet para que presten atención a nuestra lengua común. Puede que hablemos en diferentes dialectos, pero la lengua que leemos es común entre nosotros. Recordad también lo que aconsejó el Buda: "Monjes y eruditos, tal como examináis bien el oro quemándolo, cortándolo y raspándolo, es así como debéis aceptar mi palabra, no por respeto a mí". Sed escépticos; estudiad y experimentad».
Su Santidad anunció que, como es tradicional en este Día de la Luna Llena del Gran Festival de la Oración, que conmemora la derrota de los oponentes por parte de Buda en las discusiones y el despliegue de milagros, leería un fragmento de la Guirnalda de Historias de Nacimientos de Aryasura, el Jatakamala, que relata novelescas vidas anteriores del Buda. Retomó la historia de Vishvantara, cuya principal virtud era su generosidad de corazón abierto. Los cortesanos se dirigieron al padre del Príncipe, al Rey, para insistir en que, como el Príncipe estaba demasiado apegado a la virtud, no era apto para ascender al trono. Exigieron que fuera desterrado antes de que pudiera regalar más riquezas del reino. El Príncipe se sorprendió al ser condenado por su virtud mientras el Rey lloraba de tristeza.
Volviendo a la Guirnalda Preciosa, Su Santidad comentó que aunque el autor, Nagaryuna, atraía poca atención entre los seguidores de la Tradición Pali, era de gran importancia para los seguidores de la Tradición Sánscrita. Desarrolló lo que el Buda enseñó en su segunda ronda de enseñanzas que se recoge en los Sutras de la Perfección de la Sabiduría. Además de sus seis colecciones sobre el razonamiento que tratan de la visión de la vacuidad, este texto, la Guirnalda Preciosa, también explica el camino extenso. Su Santidad mencionó que recibió una explicación del libro de Serkhong Rinpoché.
El primer verso expresa el homenaje al Buda, que está libre de todas las faltas, que es culto y compasivo con todos, y que ha acumulado mérito y sabiduría durante tres eones incontables. Nagaryuna se refiere a él como un recipiente de la excelente doctrina. En el tercer verso señala que, para practicar la enseñanza de Buda, es necesario tener la elevada condición de un buen renacimiento. Esto se consigue observando las «diez vías de acción positivas», que consisten en abstenerse de las diez acciones perjudiciales. Éstas, a su vez, se complementan con «no consumir sustancias tóxicas, llevar una vida honrada, no dañar, dar con respeto, venerar a los honorables y amar». El decimocuarto verso revela lo que conduce a una vida corta, mientras que el decimoquinto esboza las faltas del habla que conducen a que no se tengan en cuenta nuestras palabras.
Su Santidad leyó enérgicamente los versos restantes hasta la estrofa 25, que, aclaró, completaba la explicación de cómo alcanzar un estatus elevado.
Por último, Su Santidad anunció que la Asociación Ladakhi Semkye le había pedido que dirigiera una ceremonia para cultivar la mente del despertar o bodichita. Comenzó señalando que si generamos bodichita, lograremos un buen renacimiento con sabiduría en todas nuestras vidas. Cumpliremos nuestros propios objetivos y los de los demás. La gente se hará nuestra amiga y nos ganaremos su respeto.
«Como seres sociales —observó—, todos dependemos de la comunidad. Por lo tanto, debemos ser sinceros a la hora de mostrar amabilidad a los demás. Como aclara Shantideva:
»Cualquier alegría que haya en este mundo viene de desear que los demás sean felices, y cualquier sufrimiento que haya en este mundo proviene de desear mi propia felicidad. 8/129
»¿Hace falta decir más? Los infantiles se ocupan de sí mismos, los Munis obran por el bien ajeno: mirad la diferencia entre ellos. 8/130
»Si no intercambio mi felicidad por el sufrimiento de los demás, no sólo no alcanzaré la budeidad, tampoco en el samsara tendré felicidad. 8/131
«Por eso debemos ser altruistas con todos los seres sensibles».
A continuación, Su Santidad guió a la audiencia virtual a través de la visualización y la repetición de oraciones y versos para generar bodichita y tomar el voto de bodisatva. Para concluir, declaró que la bodichita es la esencia del dharma.
«Por supuesto, hago prácticas del yoga de la deidad —informó—, pero mi práctica principal es el cultivo de la bodichita. Lo importante, como señaló Dromtönpa, es la práctica de los linajes de la conducta extensa y la visión profunda, es decir, el cultivo de la bodichita y la comprensión de la vacuidad. No tengo mucha consideración por el llamado linaje de las bendiciones.
«Con esto —dijo—, hemos terminado».
La sesión se cerró con los maestros de canto dirigiendo las recitaciones de la Oración por el florecimiento del Dharma, los versos auspiciosos sobre las Tres Joyas y, finalmente, la Oración de Lam Rim.
